Los jueces Gustavo González Ferrari, María Cristina Bertola e Inés Cantisani del Tribunal Oral en lo Criminal N°16 emitieron un polémico fallo que absolvió al ex efectivo de la Policía Federal, Daniel Santiago Veyga, acusado por el asesinato de los jóvenes Jonathan «Kiki» Lezcano y Ezequiel Blanco. Para los magistrados, el agente actuó en legítima defensa al ser asaltado por los jóvenes.

Tanto la querella como la fiscalía habían considerado que no se trató de legítima defensa. La querella de la familia reclamó prisión perpetua por homicidio agravado mientras que la fiscal Ana Helena Díaz Cano había pedido nueve años por considerar que los homicidios se dieron en el marco de un exceso en la legítima defensa

El martes próximo se darán a conocer los fundamentos del veredicto, que fue repudiado por familiares de los jóvenes presentes en la sala.

El hecho se remonta al 8 de julio de 2009 en Villa Lugano. Ese día, cerca de las 15, Veyga le disparó con su arma reglamentaria a los dos jóvenes dentro de su auto. El vehículo estaba estacionado frente a la casa del por entonces agente de la División Operaciones Urbanas de Contención y Actividades Deportivas, sobre el pasaje El Zonda, en Parque Chacabuco. A Lezcano le disparó en la cabeza, a la altura de la oreja. A Blanco, dos veces: uno en la ceja y otro en el costado del cráneo.

Los cuerpos de los dos jóvenes ingresaron a la Morgue Judicial ese mismo día, cerca de las 19, como NN. Recién dos meses después, las familias de ambos supieron en qué circunstancias murieron, a pesar de que habían radicado una denuncia en la comisaría 52 por la desaparición.

Durante el juicio, la fiscal repasó lo sucedido aquella tarde de 2009 y recordó el testimonio de un vecino que vio cómo Veyga era abordado por dos jóvenes. Aquella persona que prestó declaración fue quién llamó al 911 y que, al escuchar los disparos, salió para ver qué sucedía. Blanco estaba muerto en el asiento de atrás del auto mientras que Lezcano agonizaba en el lugar del conductor.

La fiscal repasó la declaración de la madre de Kiki, María Angélica Urquiza. Destacó la angustia con la que vivió todo el proceso judicial y la falta de respeto que sufrió durante este tiempo. La mujer contó que su sobrino le comentó que un día antes de la desaparición, un efectivo de la Comisaría 52 le advirtió a Jonathan: “una vez sí, dos veces no, voy a ser tu sombra”. En enero de ese año, ella misma había recibido la visita de la policía que le advirtió que “cuidara a su hijo”.

“Putito, ahora a ver si arrancás” es la frase que destacó la fiscal del video que le acercó a las familias un legislador de la Ciudad de Buenos Aires y que circulaba entre efectivos policiales. Así se dirige una persona que estaba en el procedimiento policial a Kiki, que agonizaba en el asiento del conductor. “Por las dudas, llamá a la ambulancia”, se escucha después en la filmación. Ninguno de los policías que participó del operativo y que declararon en el juicio aportó algún dato sobre el autor. Para la representante del Ministerio Público, fue grabado por el imputado o por su hermano, que estaba allí también.

En ese sentido, la fiscal descartó la posibilidad de un enfrentamiento o forcejeo entre Lezcano y Veyga. Detalló que este último no tiene ningún tipo de lesión y recordó que el disparo que recibió el muchacho nunca pudo haber sido efectuado mientras estuvieran frente a frente.

Consideró que Veyga quería matar a Lezcano y a Blanco, quería “deshacerse” de sus supuestos agresores ante ese supuesto robo. “Mató y luego remató, sabía que era una muerte segura”, dijo la fiscal y continuó: “Es policía, sabe qué significa ponerle un arma en la cabeza a un joven y disparar, acá se quebró el límite de la necesidad de defenderse, hubo un exceso”. Después, se preguntó: “¿por qué no repelió el ataque de otra manera? ¿Por qué no tiró a piernas, manos brazos?”.