En plena desolación, aparece un número de teléfono que te puede responder, te puedo iluminar, puede sacar el velo de clandestinidad que el Estado hoy mantiene sobre el aborto. Ese es hoy el trabajo de las Socorristas en Red que para quien lo necesita se convierte en un abrazo de la palabra para consolar el miedo, pero también en una postura política: la decisión sobre el cuerpo es propia.

La colectiva nació hace  ocho años con el objetivo de informar y acompañar a personas con necesidad de abortar. Hoy es una de las organizaciones clave dentro de feminismo, y una pieza fundamental en la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.

Socorristas en Red surgió por un impulso político de La Revuelta, en un momento en el que ya existían varias colectivas de acompañantes, y supo darles impulso a 56 agrupaciones de socorristas en todo el país. 

«En ese momento le dimos mucha importancia a esto de acompañar sin ser del todo conscientes de los efectos que esas prácticas tendrían sobre nuestras vidas activistas y las de quienes nosotros acompañamos», explica Ruth Zurbriggen, activista e investigadora de la Colectiva Feminista La Revuelta, una de las fundadoras de Socorristas en Red e integrante de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto. «Hoy pensamos mucho acerca de las prácticas de acompañamientos como prácticas de políticas de cuidados feministas, de intentos de poner la experiencia del aborto en un lugar bien visible, cotidiano pero a la vez político», define.

Desde el nacimiento hasta ahora, las Socorristas fueron reconceptualizando su tarea a partir de la práctica. «La tarea tuvo un impacto muy fuerte en las propias argumentaciones, sentidos y significados acerca de por qué el aborto tiene que estar despenalizado y legalizado en la Argentina», detalla Zurbriggen. «Los efectos en nuestra vida activista fueron empezar a pensar los propios prejuicios que el activismo feminista carga sobre el aborto. En la medida en que pensamos y reflexionamos sobre nuestras prácticas de acompañamiento y lo que nos cuentan, afinamos y desarrollamos la escucha, una escucha afectada».

Para Zurbriggen, hay una serie de prejuicios que en el quehacer fueron derrumbados. «Por ejemplo, reconocer que hay muchísimas mujeres que no utilizan métodos anticonceptivos y eso no las vuelve irresponsables. Hay un discurso atado a esa idea para no discutir con sectores tan contrarios a la práctica del aborto, pero son argumentos que corren la idea de la sexualidad deseante que aparece también ante los embarazos no buscados. O prejuicios vinculados a cuántos abortos se realizan en los cuerpos de las personas», repasa. «Insistir en que el aborto tiene que ser legal no es solamente para no morir, y eso es un debate, es una disputa de sentido. El aborto tiene que ser legal porque la soberanía de nuestros cuerpos importa, y nos merecemos el reconocimiento de la legalidad de estas prácticas en pos de nuestras autonomías corporales. Por eso lo queremos legal, lo queremos despenalizado y queremos que se saque el aborto del Código Penal», expresa.

El asunto de acompañar

El acompañamiento tiene cuatro instancias. Primero es la llamada telefónica (los teléfonos están disponibles en la página www.socorristasenred.org), donde se brinda información. A partir de ahí hay una segunda instancia que es el encuentro, que hoy es grupal. «Actualmente, propiciamos los encuentros grupales, una reunión en ronda. Eso permite politizar la decisión, circular la palabra, y permite que la vivencia no sea en soledad, le sacamos al aborto el lugar de la excepcionalidad», comenta Ruth. El tercer momento es del uso de la medicación, cuando las personas quedan en contacto con la socorristas por si necesitan acudir a ellas, y el cuarto es la propuesta post aborto para que las mujeres acudan al sistema de salud.

Daniela es Socorrista en La Pampa desde 2015, luego de una serie de situaciones que hubo en su provincia y que permitieron que se agruparan diferentes luchas del movimiento feminista.

«Hay una transformación y un aprendizaje en el contacto con las personas que deciden abortar, es despegarse de las propias ideas o ir quebrando esas ideas, qué estaba bien y qué estaba mal, no en el sentido moral sino en las condiciones. Eso va cambiando en el acompañamiento porque también vamos aprendiendo cosas, destrabando límites y aprendiendo de las situaciones particulares», cuenta a Tiempo la mujer.

En Comodoro Rivadavia, Soledad Cañumil integra Socorro Rosa Rabiosa, que se conforma en 2017. «Conocí la Red en un taller autónomo de aborto medicamentoso en un Encuentro, y con mis compañeras coincidimos en que acompañar procesos de aborto era una de las formas de luchar por la soberanía de nuestrxs cuerpxs y el derecho a decidir, luchas que no se culminan con la legalización del aborto. La estigmatización y criminalización del aborto son una parte más de la imposición de una forma de sexualidad que es moralista, normalizadora, patriarcal, heterosexista, y cuyo fin máximo es la reproducción y por eso es vital el mandato de la maternidad», expresa.

En el caso de Silvina, de Corrientes, comenzó a colaborar con unas de las tantas tareas que tienen las mujeres que se dedican al Socorrismo. «Siento una interpelación porque tuve militancia político-partidaria. Pasar a algo autogestivo, horizontal, me permite plantear una demanda al Estado por algo concreto, por algo que es un hecho y está en nuestra experiencia, en nuestros cuerpos. A la historia la estoy haciendo desde la realidad y no presentando petitorios como yo hacía antes».

El socorrismo es el espacio donde se manifiesta más claramente la necesidad de que el aborto se legalice. «La Red Plurinacional de Socorristas aporta nuevos sentidos a la sexualidad. Es una de las potencias más grandes de nuestra red que se incrementa con los acompañamientos cotidianos, ahí donde el Estado todavía está ausente o ejerciendo violencias. Tramamos otras experiencias, que son de autonomía, de fortalecimiento, de crecimiento con otras, de organización colectiva y de muchísimo aprendizaje. Resignificamos la experiencia de abortar, que no tiene por qué ser traumática, solitaria, vergonzosa, sino que puede ser acompañada, cuidada, empoderante, libre de violencias y prejuicios.

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La pandemia

Silvina cuenta que en Corrientes desde marzo hasta ahora registraron 170 llamadas y acompañaron 130 abortos. Si bien no están aún las cifras de los abortos durante la pandemia, sí hay un registro que indica un gran crecimiento de consultas. La modalidad debió modificarse durante esta época. «Nos robó el corazón de las prácticas de acompañamiento, que es el encuentro presencial, y lo extrañamos horrores», dice Zurbriggen. «Porque los cuerpos juntos nos importan. Apenas se inició la cuarentena, decidimos no apagar la línea de teléfono. A nadie se le ocurrió, pero como red rescatamos que aún en esta incertidumbre íbamos a seguir acompañando. A seis meses de la cuarentena, si pudimos seguir estando cerca y reacomodando nuestra práctica fue por todo lo andado», agrega. 

Para las militantes, este año la legalización está cerca. «Esta situación retrasó todo, pero estoy convencida que el aborto va a ser despenalizado y legalizado en la Argentina con esta gestión de gobierno. Es la primera vez en la historia de la Argentina que lo dice. Tiene un proyecto, eso no había existido antes, eso también es por este movimiento que pese a al decisión cruel del Senado de la Nación no guardó sus pañuelos verdes en el placar», afirma Zurbriggen. «Hace pocos días escuché a Alberto Fernández diciendo que desde el 85 enseña que el aborto debe ser despenalizado y él ha tenido cargos importantes en otros gobiernos y no hubo esta postura. Ahora sí hay un movimiento que empuja para que se convenzan que no es piantavotos despenalizar el aborto», afirma. «El movimiento de la marea verde, de la Campaña no conocemos el proyecto del Ejecutivo. No merecemos no conocer el proyecto a esta altura, más allá de la demora del debate. ¿Es urgente? Lo es. Lejos de recargar el argumento de salud, despenalizar va a permitir otros accesos», finaliza la activista. «

Un llamado a saldar una deuda

Human Rights Watch (HRW) presentó un informe donde instó al presidente Alberto Fernández a enviar el proyecto de legalización al Congreso.

El informe de 86 páginas se llama «Es hora de saldar una deuda: El costo humano de las barreras al aborto legal en Argentina” y analiza las consecuencias del rechazo del Senado al proyecto de ley de 2018. Se documentan casos de mujeres y niñas que, desde entonces, enfrentaron a una serie de barreras para acceder al aborto legal y a la atención médica post aborto. Los obstáculos incluyen límites arbitrarios basados en la edad gestacional, la falta de accesibilidad y disponibilidad de métodos abortivos y el temor a la persecución penal, así como la estigmatización y el maltrato por parte de profesionales de la salud.

Marcha virtual para el 28S

En Argentina habrá más de 100 acciones por el  Día de la Lucha por la Despenalización y Legalización del aborto en América Latina y el Caribe.

Se  realizará una afichada en el corredor del Congreso de la Nación, el Ministerio de Salud y Plaza de Mayo, con la consigna “Es Urgente Aborto Legal 2020” .

La acción central y federal será un Pañuelazo Virtual a las 18, cuando se leerá la declaración y se cerrará la actividad con un pañuelazo.

Las regionales que integran la Campaña en todo el país harán sus acciones locales en exigencia de #abortolegal2020.
Las actividades se pueden acompañar por Twitter @CampAbortoLegal; Instagram: @campabortolegal y el Facebook de la Campaña y por el canal YouTube de la Campaña: www.youtube.com/campabortolegal.