Probablemente no cambie la vida, menos la historia. Pero que Acorazado Potemkin se presente en vivo el próximo 14 de marzo sin dudas es una de esas noticias que cambian las perspectivas sobre las cosas. No sólo para sus seguidores habituales, sino también para el rock, que como bien dice Juan Pablo Fernández (especie de líder del trío que completan Federico Ghazarossian y Luciano Esain), ya que el vivo es “el formato propio rock, su ámbito natural”.

“Es un show muy muy importante para nosotros -enfatiza Fernández-. No son muchas las posibilidades que tenemos de armar shows grandes en los que podamos reunir a toda la gente. Por eso hacemos este tipo de apuestas y queremos que sea con buen sonido, un buen escenario y en un lugar amplio. Todo para que este sea un show especial. Y por eso los convocamos: realmente no sabemos cuándo se va a poder volver a tocar con esta calidad.”

La banda había tenido un streaming en noviembre pasado en Niceto (uno de las primeras experimentos de volver a tocar en vivo aunque sin público), y luego tuvo “una buena despedida de un mal año” en el anfiteatro del Parque Centenario en diciembre, como parte de otra de las iniciativas, que consistió en habilitar espacios públicos para que los locales y productoras dedicadas a la actividad tuvieran la posibilidad de un ingreso económico que alivie el gran impacto que provocó la pandemia. Este del Mandarine Park “es un lugar casi ideal, puede ir mucha gente, tenemos un sonido de muy alta calidad, pantallas y qué sé yo, estamos tratando de buscarle la vuelta como para hacer cosas, mantener las ganas, el entusiasmo para que sea realmente un encuentro, que es lo que nos hace falta. La tensión antes de que abra el telón, los gritos de la gente que te pide cosas entre tema y tema, esas son las cosas que uno extraña y de a poquito las vamos recuperando”.

-¿Creen que la pandemia hará revalorar el vivo en el sentido de estar más conectado con ese momento y no tratando de registrarlo para las redes sociales?

-Creo que el vivo es intrínseco al rock. La gente que está haciendo un tema por semana, subiendo cosas, entiende mejor el formato de las redes que la del rock. La verdad del rock está en la experiencia de los shows en vivo. No sólo por la transpiración, el volumen. Tiene que ver con que la música aparece entre nosotros ahí, hay algo que se va generando, se buscan los climas, se prepara la grilla según cada show. De hecho grabamos en cada show y en cada disco que hacemos tratamos de recuperar ese sonido. No es lo mismo escuchar en streaming por auriculares. Todo forma parte de una experiencia. Por supuesto que con la pandemia y la mediación a otra gente le resulte que le hincha mucho los quinotos estar lidiando con el sonido, el ensayo y con la computadora ahora cualquiera persona la prende en cualquier lugar y te ve. A mí la parte emocional me falta. Primero lo hacemos entre nosotros: como Neil Young que se junta a tocar con sus músicos y se van abrazando y hacen como una pequeña ronda, bueno, nosotros hacemos algo así, nos sale naturalmente, nos acercamos, nos miramos, siempre nos estamos buscando en el escenario; y cuando se rompe la burbuja al terminar la canción, como un chico necesitás mirar a los ojos a otro como preguntando ¿estuvo bien?

En marzo de 2019 Acorazado Potemkin estaba a punto de iniciar un gran gira por el país con 15 presentaciones, pero la pandemia que crecía trajo la cuarentena y todo se paró. “Seguramente para más de una persona podrá haber aparecido el encierro, la peste, la introspección como temática para escribir o ponerse a componer; yo me puse estudiar y a preparar mis clases. Veníamos de un año de trabajo del 2019 muy intenso, habíamos tocado casi 30 veces e hicimos dos grabaciones, fue de mucho laburo. Y la cuarentena nos cortó las piernas, como decía el Diego. Pero no ha permitido mirar para adentro y parar un poco. Y hubo gente que subió un tema por día, salieron muchos EPs, alguien encontró grabaciones, empezó a redescubrir los vivos en YouTube. El tiempo dirá qué queda de esas cosas.”

Lo seguro para Fernández, por el momento, es el valor de la producción artística independiente. “Al principio se hablaba del fin del capitalismo, después de que somos todos esclavos de Zuckerberg y de Mercado Libre, y se pensó que al terminar la cuarentena todos nos íbamos a besar, a abrazarnos y salir a las calles, y no pasó como tampoco va a ocurrir ahora con la vacuna; toda va a ser muy mediado, medido, mediatizado por el miedo, las pequeñas proyecciones. El tiempo dirá qué cosas quedan, como pasa con las cosas de la dictadura. Hay un montón de sensaciones hostiles y duras, y también mucha solidaridad entre nosotros: los músicos independientes, el circuito de rock independiente ya trabajaba así desde siempre, compartiendo lo que tiene y con apuesta y riesgo. Por eso en los momentos de crisis quedamos bien parados aunque nunca hay plata. Pero los vínculos son más sólidos y el laburo en red hace que tu público sea más leal y que el compromiso sea compartido. Deberíamos tratar de sostenerlo como forma de trabajo y de vida de ahora en más.”


Acorazado Potemkin  en vivo. Domingo 14 de marzo a las 19 en Mandarine Park. Burbujas para dos y cuatro personas, estricto cumplimiento de protocolos.