La vicepresidenta de la comisión de Educación de la Legislatura porteña, Lorena Pokoik (Unidad Ciudadana), pidió abiertamente la renuncia de la ministra Soledad Acuña a quien acusó de profundizar una política de «exterminio» de la educación pública. «Con su pésima gestión está arrastrando a varios funcionarios y ministros», juzgó la legisladora en diálogo con Tiempo.   

 -¿Qué balance hace de la gestión de Acuña?

-Nefasta. Está claro que después de 12 años gobernando la Ciudad, no solamente hubo un vaciamiento en el sector. Acá hay un exterminio de la educación pública que se profundizó en los últimos 4 años.

-Desde el gobierno afirman que gran parte de la sociedad apoya la gestión educativa…

-Hace pocos días en una entrevista Acuña dijo que hay una minoría que grita frente a una mayoría silenciosa que apoya las medidas que toma. Si creemos que cada vez que el pueblo se expresa en la calle es un sector minoritario, ¿qué opinión tiene la ministra del 17 de octubre o del 19 y 20 de diciembre de 2001? ¿Alguien puede decir que un conjunto de 29 rectores, de 29 centros de estudiantes, de padres de docentes y que un montón de colegios tomados, no es representativo de la sociedad? Mientras Acuña está de vacaciones, la comunidad educativa se expresa activamente en contra de sus medidas. Este gobierno pretende construir una mayoría silenciosa.

-¿Acuña es la mejor alumna de Horacio Rodríguez Larreta?

-Sin lugar a dudas es una de las ministras privilegiadas, con mayor relación con el jefe de Gobierno, que la llevaría como vice. Sin embargo, durante los 4 años de su gestión se encontró con una comunidad educativa fuerte y que logró unirse como nunca antes. Hoy desde su propio espacio ponen en duda si Larreta le ofrecerá o no la vicejefatura para este año. Acuña quedó muy debilitada.

-Hay sectores de la comunidad educativa que dicen que el gobierno le está soltando la mano. ¿Coincide?

– No sé si le están soltando la mano, pero se nota que con su pésima gestión está arrastrando a varios funcionarios y ministros. En estas últimas semanas vecinas y vecinos junto a la comunidad educativa, repudiaron a la propia Acuña, a Larreta, y al ministro de Ambiente y Espacio Público, Eduardo Macchiavelli, por el cierre de escuelas nocturnas. A Macchiavelli, que no tiene nada que ver con su par de Educación, lo increparon por compartir el mismo espacio político. Eso es lo que genera Acuña con su falta de diálogo, con su desprecio por todas las organizaciones sindicales y estudiantiles. La ministra no sólo se lleva puestas a las escuelas, a las vacantes de las pibas y pibes, a los profesorados, al presupuesto educativo que bajó de 28% a 17,3% en los últimos 10 años; sino que parece que se lleva puesto al resto del gabinete también. Sería un acto de dignidad que Larreta le pida la renuncia a Soledad Acuña.

-¿Está descartado pedir el juicio político en la Legislatura?

– El oficialismo tiene una mayoría automática y la Legislatura actúa como una escribanía del Poder Ejecutivo. Durante el 2018 hemos convocado a dos sesiones especiales para declarar la emergencia educativa y para derogar la resolución 4055, y el oficialismo no dio quorum para dar inicio a la sesión. En la Ciudad hay dos poderes del Estado que son cómplices de la destrucción de la educación pública: el bloque Vamos Juntos en la Legislatura y el Ejecutivo. No me atrevería a decir el conjunto de la Justicia porteña porque hay algunos jueces y juezas que resisten la persecución y dictan fallos que respetan la constitución de la ciudad y la Ley Nacional de Educación.