El salto de la inflación de enero, del 2,9% a nivel nacional, puso de relieve que este año también puede caer el poder adquisitivo de la población. De acuerdo con especialistas consultados por Tiempo, salarios, jubilaciones y pensiones, y asignaciones familiares podrían volver a perder la carrera ante la suba de los precios, luego de un 2018 en el que los precios le sacaron una distancia a los ingresos de al menos el 11% en el caso de los salarios y del 13% en las jubilaciones.

El malestar social que provoca la pérdida de poder adquisitivo ha derivado en que, según recientes estudios, la inflación se ha convertido en el principal problema a resolver para la población. Según algunos encuestadores, una parte del resultado electoral de octubre dependerá de lo que surja de la puja entre los precios y los salarios.

La suba de los precios tiene una dinámica que preocupa, más cuando la emisión monetaria acumula cuatro meses en niveles muy bajos y el dólar se encuentra planchado. Ambos factores suelen ser los que empujan a la inflación, o son aquellos sobre los que mayor atención se pone a la hora de buscar las causas del alza de precios.

Pero hay otros elementos que entran en juego, como el costo del dinero (la tasa de interés que cobran los bancos a las familias y las empresas), y la suba de las tarifas que impulsa el gobierno, incluidos los precios de la energía.

Para Andrés Asiaín, director del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO), «el factor más fuerte en el proceso inflacionario es la variación del dólar. Las subas tarifarias mueven los índices, pero son algunos puntos en el año; en cambio, un alza del dólar puede empujar la inflación de a 20 o 30 puntos porcentuales», como sucedió en 2018.

Asiaín observó que «el dólar está estable, pero el Fondo Monetario Internacional no quiere que el gobierno toque las reservas y considera, al mismo tiempo, que el valor del dólar no debe retrasarse respecto del resto de los precios. Esa es una negociación que se está dando en este momento. Nos vamos a enterar de la posición final del FMI cuando la misión técnica haga entrega de su informe, en marzo. Allí hablará de las metas hacia adelante”.

En este sentido, si el FMI ratifica que el préstamo stand by es para «pagar la deuda y no para efectos electorales, el gobierno va a estar complicado de cara a las elecciones y los trabajadores en relación a su poder adquisitivo», aseguró.

Según el economista Martín Redrado, la inflación de este año será del 31 por ciento. «Sigue siendo altísima», señaló en declaraciones ayer a Radio Mitre. Redrado indicó que en los próximos meses los datos de inflación seguirán siendo altos debido a la suba del transporte y de servicios. «Probablemente febrero (se ubique) en cerca del 3% y los meses siguientes con la vuelta al colegio, esté entre 2,5 y 3% y, paulatinamente, el gobierno con alguna picardía política va a dejar de generar aumentos a partir de mayo, por lo cual de julio en adelante le permitiría llegar a niveles normales que igual son altísimos, del 2% mensual.»

En un reciente informe de la Fundación Capital, que dirige Redrado, se explicó que «en 2019, en un contexto de aumento del desempleo, el poder de negociación de los trabajadores se verá limitado. Sumado a un ritmo de inflación, que si bien se desacelerará, permanecerá en niveles elevados, el salario real de los trabajadores registrados se contraería por segundo año consecutivo». La consultora consideró que será del 0,9 por ciento.

«Los acuerdos paritarios que se firman principalmente en el segundo trimestre de 2019 (más de un millón de trabajadores sindicalizados) implicarán una recuperación en el poder adquisitivo de los trabajadores para la segunda mitad de 2019 (+3%), aunque no será suficiente para contrarrestar la caída en la primera parte del año (-4,4%)», informó.


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Con relación a las personas que perciben beneficios de la seguridad social, consideró que si hay una desaceleración de la inflación, el ajuste por movilidad podría arrojar un alza moderada del 1,1% en términos reales. Pero si la inflación mantiene un ritmo superior, esa ganancia se evaporará.

En el mismo sentido se expresó el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), para el que «la recuperación real (de jubilaciones, pensiones y asignaciones universales) que comenzaría a evidenciarse en el segundo semestre de 2019 resulta auspiciosa de cara al año 2020».

IARAF observó que el año estará dividido en dos etapas: «Del análisis mensual del haber jubilatorio real surge que se ubicaría por debajo del nivel general de precios en el primer semestre de 2019 y recién podrían comenzar a recuperar en términos de poder adquisitivo en la segunda mitad del año».

En cambio, Daniel Artana, economista jefe de la fundación FIEL, indicó: «Creemos que la inflación va a estar entre 28 y 30%» este año y estimó que los salarios «no van a volver a perder» contra la suba del costo de vida. En ese sentido, aseguró que «a partir de marzo, las jubilaciones van a empezar a tener una recuperación». En diálogo con Radio Mitre, insistió: «No creo que, de acá para adelante, los salarios pierdan terreno contra la inflación».

Claudio Lozano, coordinador del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP) enumeró los factores que impulsarán la inflación de 2019. «En primer lugar, la inflación mayorista superó el 70% contra una minorista del 47,6 por ciento. Eso quiere decir que hay un traslado de precios de mayoristas a minoristas que no se consumó aún por la recesión del mercado interno pero que paulatinamente se va a trasladar.» En segundo lugar, apuntó a los «aumentos tarifarios del primer semestre –agua, luz, transporte, prepagas, combustibles, gas– que agregan no menos de 5 o 6 puntos para todo el año».

En tercer lugar, «la evolución del dólar. Hay un piso inflacionario que no bajará este año del 30%, en un marco de un dólar calmo durante el primer semestre, pero que en el segundo va a tender a ir hacia arriba en el marco de una dolarización de carteras de empresas y particulares por la incertidumbre electoral”.

Respecto de las jubilaciones, Lozano consideró que a fines del primer semestre de 2019 estarán un 6% por debajo de 2017 y un 9% por debajo de 2015.

Peligro electoral

Un estudio de Ricardo Rouvier y Asociados de este mes señala que «la principal preocupación de los argentinos es la inflación. El 40% menciona este tema como problemática nacional destacada actualmente. Posteriormente aparecen los bajos salarios y la pobreza y en tercer lugar la inseguridad, con menos del 20% de las menciones».

El estudio agrega que «si agrupamos las problemáticas que tienen que ver con la marcha de la economía (Inflación/Salarios/Recesión/Desocupación/Deuda externa), observamos que estas cuestiones dominan las inquietudes de los argentinos. Y más del 70% considera que el gobierno actual no logrará resolverlas».

En un sentido parecido se había manifestado antes Synopsis Consultores, par la cual el 30,6% de los entrevistados consideró a la inflación como el principal problema del país. En segundo lugar figura el desempleo, con el 18,8 por ciento. La posibilidad de que la inflación y la pérdida de poder adquisitivo impacten en el resultado electoral está presente. Los próximos meses serán cruciales en esa perspectiva. «

El debate por 2018

¿Los asalariados podrán recuperar lo perdido en 2018? Si es por la parte patronal, la respuesta es no, sea el Estado o el sector privado. Esto queda claro con la posición asumida por los gobiernos provinciales con las paritarias docentes, cuyo caso destacado es el de Buenos Aires y en donde la gobernadora María Eugenia Vidal no acepta pagar ninguna compensación por la pérdida de poder adquisitivo del año pasado (ver página 5).

El sector privado se manifestó en una encuesta de SEL Consultores publicada ayer por el diario La Nación en la que surge que no está en sus planes recomponer la pérdida salarial que calcula en 15 puntos porcentuales.

Para Andrés Asiaín, del CESO, esta realidad va a condicionar al gobierno nacional, que «tendrá dificultades para pedir una moderación en el reclamo salarial en las paritarias».

Claudio Lozano, del IPyPP, indicó que «los salarios cayeron 12 puntos promedio en 2018. Para que se recompongan, habría que tener paritarias del 42%. Sin recomposición salarial no habrá recomposición del mercado interno».