Los días de partido despliega su inconfundible estilo como comentarista en Radio Nacional junto al equipo de Relatores, la cooperativa que encabeza Víctor Hugo Morales y nuclea a más de 25 periodistas. Los sábados de 14 a 17 continúa con Todo con afecto, su clásico programa dedicado a los cuentos de fútbol. Pero eso no es todo. Alejandro Apo recientemente relanzó otra de sus pasiones:  Dondequiera que estés, el ciclo en el que reúne su pasión por la radio y la literatura en el que se permite –aunque sea por un rato– postergar su fervor por la pelota.

“Es un espacio que nació hace muchos años en Radio Continental, con el que luego estuve en Radio Nacional y en FM La Patriada. Se trata de un desprendimiento de Todo con afecto, mi clásico ciclo de cuentos de fútbol”, puntualiza el periodista. “El programa había quedado sin aire y mientras tanto mutó en una especie de columna del programa La casa invita (Victoria Torres y Valmiro Mainetti). Pero las autoridades de la radio me ofrecieron que vuelva a ser un programa y acá estamos, de lunes a viernes de 23 a 00. Todo un honor preceder al programa de Alejandro Dolina. Es mi espacio de poemas, cuentos, anécdotas e historias. Pero no tanto para hablar de jugadores y de la pelota, sino para reflexionar de la vida en general. Soriano, Galeano y Fontanarrosa los dejo para Todo con afecto. Acá me doy el gusto de leer Bradbury, Borges, Abelardo Castillo y Cortázar, entre otros”.

Apo reconoce que se siente muy feliz de volver con Dondequiera que estés: «Compartir el placer de la lectura es un privilegio. Este mundo no invita a leer. Invita a muchas cosas, pero no a sentarse en un buen sillón para entregarse a la aventura fascinante de leer un cuento o una novela. Siento que ese es mi rol. Si logramos que los pibes tengan ganas de leer, estamos completos. No es poco acercarlos a los libros. Los cuentos de fútbol ayudaron a que muchos descubran la literatura, eso lo sé. Me lo han dicho maestros y profesores de todo el país. Engancharlos en este mundillo es un objetivo muy valioso. Si lo logramos, nos damos por satisfechos”.

El periodista encuentra en su infancia el origen de esta pasión. “Mi mamá siempre fue cuenta cuentos. Y mi viejo, creador de Polémica en el fútbol, también nos motivó. Nos inculcaron la literatura y el cine como manera de incorporar conocimiento. De hecho nos hacían elegir un cuento para leer en voz alta después de cenar, para luego debatirlo. Y mirá lo que me sirvió ese rito familiar. Lo que hago hoy es muy parecido. Leer me sale naturalmente, eso derivó en que cuando me volví comentarista de fútbol, otra de mis pasiones, puede aportar eso que aprendí de chico”, señala. “Agradezco a la gente que me distingue por darle un espacio a la literatura en la radio –puntualiza–. Pero estoy lejos de Guerrero Marthineitz, Quique Pesoa o Liliana López Foresi. Todos grandes lectores, que me dejan a mí como un aficionado. Pero bueno, lo hago con pasión”.

Trabaja en radio hace más de 45 años. “Es mi casa. Hice televisión, pero soy un animal de radio. Es mi lugar, mi ecosistema. Mi vieja se enoja cuando digo esto: ‘Al reparto de caras llegué tarde, pero al reparto de voces llegué temprano. Y me tocó una sonora y particular, reconocible. Y bueno, aquí estoy”. Una vez un productor de radio le dijo una cosa que no sabe si fue un elogio o vaya a saber qué: “’Vos sos lindo por radio’, me dijo. Que bravo, me dejo pensando. Una amiga me comentó el otro día algo que también me dejó en duda. Le cuento que me dijeron que era feo y me tiró algo que sonó un poco ambiguo: ‘No es para tanto’. Quedé regulando (risas). Pero más allá de las bromas, reconozco que frente a un micrófono siento una seguridad que me deja ser quien soy y no consigo en otro lado”, confiesa.

Tiene un público  fiel, que lo sigue y eso “se lo debo a lo que en su momento hice en Radio Continental. Por suerte tuve el apoyo del más grande relator del planeta: Víctor Hugo. Es un periodista de excepción, además. Es difícil encontrar a un tipo con tanta claridad y que genera confianza. Su valentía periodística es única. Mi primer medalla es haber logrado acompañarlo a él como comentarista. Estuve donde estuvieron los mejores: Néstor Ibarra, Julio Ricardo, Paenza, todos capos. Por suerte un día Víctor Hugo me propuso que hiciera el programa de los cuentos de futbol y acá estoy».

El fútbol –claro– es otra de sus grandes pasiones. Sobre la actualidad del deporte, señala: “El mundo del fútbol está feo. Sobre todo lo dirigencial, el negocio se lleva todo puesto. Una cosa increíble lo que han hecho. Miran más el negocio que otra cosa y nosotros los futboleros quedamos a merced de ellos. Los últimos torneos son medio una vergüenza. Ojalá que se encuentre un camino. Encima están las tribunas vacías por la pandemia…”.

La muerte de Diego Maradona continúa siendo algo difícil de elaborar: «Nunca pensé que se iba morir antes que yo. No imaginé no tener a Diego en esta Tierra. Les pasa a muchos. Tenía una relación de afecto. Por encima de cualquier cosa, era de una esas personas que podían contar conmigo siempre, esas cosas que generaba sólo él. Soy un hombre que me considero con el mandato popular de defender a Diego ante todo. Suena desubicado de mi parte: pero no nos falten el respeto, nadie se puede comparar con Maradona. Fue único. Articulaba muchas cualidades. El fútbol mostró a alguien con contundencia, personalidad, liderazgo, estrategia, táctica: todo junto en un jugador. No va a aparecer nadie igual. Hablo desde el dolor, soy uno más que lo amaba.”  «


Dondequiera que estés
Idea y conducción: Alejandro Apo. De lunes a viernes, de 23 a 24, por AM750.



La pandemia, la vacuna y los que hablan sin saber

Alejandro Apo vive la pandemia de cerca y atento al avance del virus que tiene en vilo al planeta. “Me cuido mucho, estuve muy guardado. Recién ahora salgo un poco más. Soy asmático, tengo diabetes y también hipertensión. La verdad es que no es fácil para los que tenemos más de 60, pero hay una esperanza. Estoy ansioso de poder vacunarme”, explica el comentarista. “Es un momento terrible para la Argentina y el mundo. Nos puso a pensar a todos y nos hizo dar cuenta dónde estábamos parados. No puedo creer que haya sectores que apuestan al fracaso del gobierno solamente por ese odio que está inoculado y propiciado por gobernantes que nos han hecho tanto daño. Los anteriores digo, ellos son los que tanto hablaron, ¡festejaban las muertes! Son sectores que siguen vigentes y rezando, por ejemplo, para que la vacuna no funcione. Una locura», agrega.
El espectáculo de comunicadores que apostaban a que la gente tuviera miedo a vacunarse no le resultó indiferente: “Fue de no creer. La vacuna rusa funciona hasta con la nueva cepa inglesa. Es patético verlos ahora haciéndose los que no criticaron. Hablaron sin saber, y de ese offside no se vuelve”.