Un texto clásico de la ópera, se fusiona con el teatro musical para probar nuevos estilos. De eso trata, Agrippina, una nueva experiencia de teatro musical basada en la joya operística de Georg Friedrich Händel, conocido como el autor de El Mesías. Con la puesta en escena de Ignacio González Cano, se recrea el clásico mundo de corrupción, en el cual la implacable Agrippina quiere instalar a su hijo Nerón en el trono, como sea. Pero no todos están de acuerdo.

Por seis únicas funciones, el espectáculo plantea una adaptación a una obra clásica, como una forma de volverla contemporánea. “La diferencia entre ópera y teatro musical tiene que ver con el estilo musical y la técnica vocal, que con la estructura en si misma de la obra. A lo largo del tiempo se ha intentado remarcar, especificar y clasificar pero en lo personal considero que esas diferencias no son tantas. En nuestra “Agrippina” la palabra fusión aparece vinculada a lo que realmente es nuestro espectáculo, una versión libre”, explica el director, Ignacio González Cano. Los procedimientos para lograr esta adaptación fueron profundizar en la pieza de Händel, en su música, la dramaturgia, la época en que fue compuesta, para luego decidir qué aspectos resaltar y visualizar.
Aunque esté asociada a puestas más conservadoras, la ópera y los artistas argentinos han comenzado a asumir riesgos. “La opera, al igual que otros géneros, permite siempre asumir riesgos. Esa libertad a veces se ve limitada no por la necesidad expresiva de los creativos sino por cierta parte del público que tras el objetivo de “cuidar la ópera”, mantiene una postura conservadora y exige de las nuevas producciones una determinada manera de hacer las cosas. En lo personal opino que esa actitud va en desmedro del objetivo principal. Pienso que poco a poco va a ir cambiándola idea de grupo cerrado, es necesario trabajar a conciencia para acercar nuevo público, crear nuevos espacios y estar más en contacto con la idea de que la opera fue un “espectáculo popular”, agrega.
La cuestión del público y la necesidad de ampliarlo parece ser una problemática clave de este género: “El público de ópera es aquel que habitualmente va a ver las diferentes producciones a las salas líricas tradicionales, las cuales en nuestro país nos son muchas. La opera es un género maravilloso pero que lamentablemente no todos tienen la posibilidad de conocer y eso debe a varios factores entre ellos la falta de formación de espectadores. En nuestro país hay una deuda muy grande desde el sistema educativo en relación al arte en general. Un espacio no convencional para la opera como es el Teatro Picadero también nos permite jugar y expresarnos en total liberta”.

Agrippina se presenta todos los lunes a las 20 hs en el Teatro Picadero (Enrique Santos Discépolo 1857).