Beijing

China recibió esta semana con frialdad al secretario de energía de Estados Unidos tras la decisión de Washington de abandonar el acuerdo de París pero acogió con los brazos abiertos al gobernador de California, un muestra de la voluntad de Beijing de liderar la lucha contra el cambio climático.

El secretario Rick Perry llego a Beijing pocos días después de que el presidente Donald Trump anunciara su histórica decisión de abandonar el acuerdo de París sobre el clima aunque quiso dar un mensaje de tranquilidad.

«No damos marcha atrás y no dejamos ningún lugar vacante (…) Estados Unidos no renuncia a su papel de líder para tener un planeta limpio», dijo el lunes en una escala en Tokio, citado por la agencia Bloomberg.

«Si los chinos quieren retomar la corona (…) será un gran desafío», añadió.

Con un tono más diplomático, Perry dijo este jueves en Beijing durante una entrevista con el viceprimer ministro chino Zhang Gaoli que existen «oportunidades extraordinarias» de colaboración con Estados Unidos en energías limpias

Pero en paralelo, y saltándose el protocolo, el gobernador de California, Jerry Brown, opuesto al abandono del acuerdo de París, se reunió esta semana con Xi Jinping en persona para una larga entrevista.

El encuentro fue portada en la prensa de ambos países y ambos firmaron un acuerdo entre California, considerado como la sexta economía mundial, y China para promover las «tecnologías verdes».

En comparación Rick Perry, no logró ni siquiera reunirse con Xi, que espera que «los estados estadounidenses y las provincias chinas refuercen sus sinergías» sobre la cuestión climática.

El secretario estadounidense, que hasta 2015 era gobernador de Texas y defendía el acuerdo de París, fue muy discreto en su paso por Pekín, donde participa en un un foro sobre energías limpias,

El martes defendió las tecnologías para capturar C02 que se usan en su Texas natal pero el jueves no apareció en una conferencia donde en principio tenía que participar.

Todo lo contrario de Jerry Brown, que multiplicó apariciones y entrevistas, criticando a Trump y elogiando las políticas energéticas de su estado.

«California se ha comprometido con Washington, Nueva York y otros [estados] para motivarse y actuar más» en energías limpias, «en gran parte a causa de Trump», dijo el gobernador a la AFP.

La semana pasada una decena de estados y un centenar de ciudades se comprometieron a luchar juntas para reducir las emisiones de Estados Unidos, el segundo emisor mundial de CO2, y cumplir con los objetivos del acuerdo de París.

«Intento despertar a la gente sobre el combate contra el cambio climático. China es un aliado importante, con grandes recursos (…) para acelerar nuestra acción», dijo Brown.

Washington ha sufrido otro revés diplomático este semana con la dimisión de David Rank, el encargado de negocios estadounidense en China, el más alto representante diplomático en el país.

Según la prensa la decisión se explica por su oposición a la policía climática de Trump.

«Rick Perry está en una posición delicada. La administración Trump está realmente desconectada de la comunidad internacional, queda muy claro en las reuniones como las de Pekín», dice por su parte Alex Perera, director adjunto de la oenegé WRI Energy Program.

Y el vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic, asegura que Trump «parece querer volver a la segunda revolución industrial» del XIX, basada en el carbón.

«Pero los alcaldes y los gobernadores estadounidenses siguen comprometidos» y «apegados a la modernidad», afirma a la AFP.