Alicia Kirchner declina referirse a la decisión unánime de la Corte Suprema que validó la Ley de Lemas en su provincia y, en consecuencia, el triunfo electoral que la convirtió en gobernadora. No está en su agenda, explica, que se concentra «en sacar adelante a Santa Cruz». En su entorno conceden que, en parte, los sorprendió, que del nuevo equilibrio de poder al interior del máximo tribunal podría haberse esperado un fallo adverso. Ella sonríe. En El Calafate, adonde llegó para asistir al festival Glaciares en Concierto, aún se muestra conmovida por esa experiencia de educación inclusiva a través de la música (ver página 30). Desde aquel convulsionado abril del año pasado, que incluyó el ataque de manifestantes a la residencia oficial en Río Gallegos, la situación en la provincia parece haber cambiado.

«Es difícil hacer una evaluación, pero la voy a hacer según mi criterio –dice la gobernadora–. Realmente nos tocó a los santacruceños pasar una situación muy compleja, y de a poco la fuimos sacando adelante. Y hoy no digo que estamos muy bien, porque estaría mintiendo. Si me preguntás si del 10 de diciembre de 2015 a la fecha, ¿mejoró?. Sí. ¿Es lo que el pueblo de Santa Cruz necesita? No. ¿Es lo que yo quiero? No. Aquí no hubo un solo despido. Buscamos reciclar capacidades en distintas áreas y fuimos orientando esos recursos en función de las políticas públicas. Ese fue un objetivo: con todos adentro. Otro: defender la Caja de Previsión Social, que para Santa Cruz y para nuestros jubilados es un eje fundamental. No quiero ser soberbia y decir que volvimos a poner la provincia en movimiento, pero sí al modo en que yo estaba acostumbrada a que las cosas debían funcionar. Pero no quiero quedarme en esa pequeña superación, nos falta muchísimo. Y tenemos que hacerlo entre todos, independientemente del pensamiento político. Cuando decimos que ‘Santa Cruz nos Une’, significa que se puede construir en las diferencias, que también enriquecen.»

–¿Cómo evolucionó la situación presupuestaria de la provincia?

–Acá no hay magia. Nosotros tuvimos que hacer dos grandes articulaciones. No teníamos una agencia recaudadora; hoy la tenemos y eso nos permitió generar nuevos ingresos. Y después, hubo que apelar a la creatividad. Porque al principio no alcanzaba ni para pagar los sueldos, y hoy, no voy a discutir que la gente necesita ganar más, pero pudimos dar aumentos, desde luego no en relación al desfasaje que generó la inflación a nivel nacional. Yo rechacé la disminución del Fondo Sojero, porque no me parecía correcto. Tengo una buena relación con el Ministerio del Interior (el martes recibió al ministro Rogelio Frigerio), pero eso no lo íbamos a firmar. Sin ese fondo, no tenía para construir o ampliar escuelas, hospitales, para comprar equipamiento, insumos. ¿Qué es lo que ideamos? Vos viste que todas las empresas hablan de responsabilidad social, que manejan de manera individual. Bueno, nosotros creamos el Fondo Unirse, que es un fondo de responsabilidad social empresarial colectiva. Las empresas que trabajan en Santa Cruz aportan a un fideicomiso, que se destina a salud, a educación, a programas culturales, a desarrollo social.

–¿Qué diagnóstico puede hacer de estos tres años de gestión de Cambiemos?

–Hay un dato central que son los precios de las tarifas de luz, de gas, de los combustibles, que es lo que la gente necesita todos los días, y su incidencia creciente en la economía de las familias. Para mí, las políticas públicas suponen inclusión, en la educación, en el acceso a la salud, y creo que el trabajo es el mejor organizador social. A mí me gustaría que se siguiera capacitando, formando a la gente en función de la riqueza productiva de nuestro país. En nuestra provincia son fundamentales el turismo, el desarrollo hidrocarburífero, la minería. ¿Qué hacemos? Estamos capacitando en nuestras escuelas técnicas, en conjunto con las carreras terciarias, tecnicaturas y universidades, apoyando todo lo que tenga que ver con el desarrollo productivo, porque entendemos que es la única manera de salir adelante.

–Usted fue ministra de Desarrollo Social. ¿Cree que la actual gestión está abandonando ese criterio por una lógica más asistencialista?

–Evidentemente, en términos de políticas públicas, nuestra mirada en el gobierno nacional era diferente a la del gobierno actual. Pero como es un área tan cercana para mí, la verdad es que temo ser subjetiva. Yo creo que la actual ministra se ocupa, es justo reconocer que ese ministerio trabaja mucho, pero con una lógica distinta. Para mí, los ejes de una política de desarrollo social centrada en las personas, en las familias, tienen que contener capacitación, salud, cultura, deporte, y no quedar parcializada en una mirada desde lo asistencial, sino apelar fundamentalmente al trabajo como gran motivador.

–¿Qué es hoy el kirchnerismo?

–Yo voy a hablar del peronismo, que es un gran movimiento social, con distintas facetas, en distintos momentos y en distintos espacios, que es lo que tenemos de particular. Yo pertenecí a un gobierno en el que, primero con Néstor, después con Cristina, tuvimos la oportunidad de poder hacer una gran transformación, con aciertos y con errores. Hoy, a la distancia, quizás me hubiese gustado hacer más cosas, pero bueno, somos seres humanos, perfectibles. Cuando me tocó estar en el Ministerio traté de no perder el tiempo, de ponerme siempre al servicio de los demás. «