“Esto es un atraco. Lo que quieren es disciplinarme, humillarme”, aseguró Víctor Hugo Morales. En el living de su departamento aún permanecían los tres funcionarios judiciales que fueron a llevarse siete cuadros embargados por la causa que Cablevisión le entabló por haber transmitido en la televisión pública fragmentos del partido de fútbol entre Boca y el Real Madrid, de la final de la Copa Intercontinental del año 2000. Se adujo “violación de los derechos exclusivos de transmisión del partido”.

Pasadas las 11, por orden del juez Fernando Saravia, los martilleros Alberto Quinteros, Lucas Quinteros Suárez y Teresa Coronel allanaron el domicilio del periodista y se llevaron las obras de arte.

En su momento, Víctor Hugo fue obligado a pagar una suma de 3.000.000 de pesos por la demanda. En realidad, un millón al periodista, otro al productor Eduardo Juan Metzger, e igual suma al canal de televisión. Los demandantes, entonces, en uso de sus facultades, optaron por cobrarle la suma total a Víctor Hugo, quien ya abonó más de dos terceras partes de ese monto, en cuotas deducidas de sus salarios. Pero el importe de esas cuotas se achicaron en los últimos tiempos ya que sus ingresos se redujeron luego que fuera despedido de C5N. Es llamativo que esta nueva situación procesal, este allanamiento, se produzca luego del retorno del periodista al canal, lo que sucedió hace sólo tres días.

Este viernes por la mañana, el periodista estaba conduciendo su programa de la AM 750 cuando fue anoticiado del allanamiento por su esposa, Beatriz. Recién cuando arribó a su domicilio se permitió el ingreso de los funcionarios al departamento, quienes tras un breve diálogo dispusieron bajar los cuadros de las paredes. A pesar de ser cuadros muy valiosos, se los llevaron sin una protección especial, más aún en una jornada lluviosa. Entre ellos hay un Castagnino, un Alonso y un Rivero. Los martilleros aseguraron que las pinturas serán llevadas a una casa de subastas.

“Es una pena muy grande, son un capital efectivo, me acompañan desde siempre. Me dicen que se en la subasta tendrán una base de 50 mil pesos. Es definitivamente un atraco. Yo siempre he tenido voluntad de pago”, explicó el periodista uruguayo, muy apesadumbrado, junto a la pared vacía.