Por inacción del Estado, ineficiencia en campañas de vacunación o desmantelamiento de programas claves de atención primaria en territorio, enfermedades que parecían controladas, o de las que no se hablaba en la opinión pública hace unos años, empezaron a recrudecer. Tuberculosis y sarampión, los mayores ejemplos de patologías que no son controladas a tiempo.

«La Ciudad de Buenos Aires muestra altas tasas de notificación de tuberculosis, con una distribución desigual entre las comunas del norte y del sur», admite el Boletín Epidemiológico de la Capital Federal de esta semana. El Piñeiro y el Muñiz están abarrotados y los especialistas la llaman «la enfermedad de la pobreza». El promedio es de 25 años, la mayoría hombres y un 28% es de origen boliviano, asociado al hacinamiento en los talleres clandestinos de zonas como Flores y la villa 1–11–14.

El epicentro es esa Comuna 7, que el año pasado presentó una tasa de 50,3 por cada 100 mil habitantes, similar a Salta y Jujuy. El Boletín Epidemiológico de Ciudad apunta que los tres principales factores de riesgo son la desnutrición (24%), el consumo problemático de sustancias (21%), y el VIH (18%). El asesor tutelar de Cámara, Gustavo Moreno, asegura que «los casos de jóvenes adictos al paco y los que trabajan en los talleres textiles clandestinos son una realidad que no se puede negar. En la Comuna 7 tenemos los más vulnerables y marginales. Hoy tenemos tuberculosis multirresistente, que no veíamos hace 15 años». Sostiene que lo mismo se sufrió con el dengue: “De los 43 casos autóctonos que tuvo la Ciudad este verano, 42 fueron de la villa 21-24 y Zavaleta”.

«Observamos una diferencia cualitativa de los enfermos. Nos llegan grados muy avanzados de la tuberculosis. Eso habla de un diagnostico tardío, y barreras culturales de acceso a la salud», enfatiza Domingo Palmero, jefe de Neumonología del Muñiz. Uno de los problemas es que la mayoría de los pacientes no termina los tratamientos (que deben durar, como mínimo, seis meses), por confiarse o por temor a que sean despedidos en sus empleos precarios. A otros les alargan el alta «porque sabés que no tienen ningún lugar y lo estás mandando a la calle».

Palmero alertó por la idea oficial de Horacio Rodríguez Larreta de fusionar cinco hospitales en el Muñiz, con diferentes patologías: «La tuberculosis necesita que los pacientes estén aislados en internación y el proyecto plantea reunir a todos los enfermos en el mismo lugar. Es muy peligroso. No me opongo a una modernización, pero se necesita la opinión de quienes trabajamos dentro, y no nos han llamado».

La tuberculosis es la primera causa mundial por enfermedades infecciosas. Con escasez de datos nacionales sobre 2018, la principal fuente de información proviene del primer boletín epidemiológico sobre tuberculosis, elaborado en abril por el Ministerio de Salud. El estudio indica que la patología viene en ascenso en estos cinco años, y se agravó en el último tiempo: en 2016 hubo 11.560 casos y 757 muertes, 5% más que en 2015. El 17% fueron menores de 20 años, y seis de cada diez, varones. La tasa de notificación pasó de 24,9 por 100.000 habitantes en 2015, a 26,5 en 2016. Y los números de 2017, de acuerdo al último reporte del Instituto de Enfermedades Respiratorias (INER), son similares a los del año anterior. Catamarca, San Juan y Tierra del Fuego registran los valores más bajos. Los más altos son los de Salta y Jujuy.

En este contexto se vuelve fundamental la detección temprana, pero a nivel nacional el Ministerio desmanteló las áreas esenciales que apuntaban a la atención primaria en territorio. En 2015, el programa Atención Sanitaria en el Territorio contó con 338 millones. En 2018 bajó a 221 millones, de los cuales (transcurridos siete meses del año) ejecutó apenas el 27%; “Fortalecimiento de la capacidad del sistema público”, un 5%. El CUS (Cobertura Universal de Salud), que reemplazó al ex Remediar, sólo lleva invertido el 8% de sus 2388 millones.

Mientras tanto, en los últimos días surgieron más casos de sarampión autóctonos en Capital y GBA, los primeros en más de 15 años. Niños sin antecedente de viaje a zonas de riesgo. América ya no es región libre del virus, como fue declarada en 2016. A los casos en Venezuela, Brasil y Perú se suman los de Oriente y Europa, donde en 2017 se cuadruplicó el número de afectados respecto de 2016; el 72% ocurren en Rumania, Italia y Ucrania.

Argentina podría contar con mayor fortaleza si su población estuviese vacunada. El Estado debía lanzar este año la campaña de dosis adicional de la vacuna Triple Viral, que protege contra el sarampión, la rubéola y las paperas. El año pasado la anunciaron por Boletín Oficial para que ocurra entre septiembre y octubre. Sin embargo, y a pesar del aumento de casos, el Ministerio de Salud ahora informó que se hará entre octubre y noviembre. «Un mes de diferencia en tema de vacunas es trascendental», remarca Ricardo Teijeiro, de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI). «El sarampión estaba erradicado, y ahora estamos en problemas. Por un lado porque muchos se confiaron y dejaron de vacunarse, y por otro lado hay una falla de acción pública del Estado de no hacer campaña a tiempo. Eso también repercute en que hay una disminución de la cobertura; en los últimos años cayó tres puntos», afirma. Hoy abarca a alrededor del 88% de la población, cuando debería superar el 95%, lo que representa a unos 690 mil niños, de entre 1 y 4 años, según la Comisión Nacional de Inmunizaciones. Teijeiro se lamenta: «Es una locura tener que volver a luchar contra el sarampión, que produce muerte en los chicos».

En abril se conoció una carta de los jefes de Inmunizaciones de 23 de las 24 jurisdicciones del país (la única que no firmó fue la Provincia de Buenos Aires) en la que denunciaban la situación crítica que se vive desde el año pasado por el faltante de algunas vacunas entre las que se encuentra la Triple Viral. «En los últimos dos años hubo un desmantelamiento del ministerio respecto a la eficiencia de llevar la salud al territorio; sumado a que la política de inmunizaciones parece haber dejado de ser una prioridad para el Estado, se están descontrolando enfermedades que parecían controladas», indica Nicolás Kreplak, titular de la Fundación Soberanía Sanitaria, que elaboró un informe en el que se remarca: «Argentina es ejemplo mundial por el amplio Calendario Nacional de Vacunación con que cuenta y la alta tasa de cobertura, con un sistema de vasto desarrollo territorial. Ha pasado de contener 6 vacunas en 2003 a 16 vacunas en 2015. Pero en los últimos dos años, la política de inmunizaciones parece haber dejado de ser una prioridad para el Estado».«

Otra preocupación

La Fundación Soberanía Sanitaria alertó por otra posible problemática sanitaria con una enfermedad que se propaga en la región, sobre todo en Brasil: la fiebre amarilla. Suman siete casos confirmados en 2018, con antecedente de viaje al país carioca, y sin haberse vacunado. Tres de ellos fallecieron.
«La política adoptada por el gobierno argentino para evitar el contagio de turistas se basa en una perspectiva sanitaria más individualista, descargando la responsabilidad total por el cuidado de la salud en las personas de manera aislada. Desde la perspectiva de la salud colectiva y comunitaria, los problemas de salud poseen una dimensión social muy importante, el Estado es un actor que debe ocupar un rol protagónico en materia de salud, principalmente en contextos epidémicos», resaltan en un informe, y mencionan factores que vuelven «vulnerable» al país, como «la falta de políticas públicas en el control del mosquito Aedes aegypti, el desmantelamiento de la Dirección de Enfermedades Transmitidas por Vectores y la epidemia de dengue producida durante 2016».

Recomendaciones contra el sarampión

Los integrantes del comité de expertos de sarampión, convocados por el Ministerio de Salud de la Nación, acordaron esta semana una serie de recomendaciones destinadas a fortalecer la respuesta ante la aparición del cuarto caso de esta enfermedad y la circulación del virus en países de la región. Entre las medidas hablaron de fortalecer la vigilancia epidemiológica, intensificar las acciones de vacunación, establecer un mecanismo de rápida clasificación en las guardias de hospitales y centros de salud de la ciudad y provincia de Buenos Aires y mantener el inicio de la campaña de seguimiento de sarampión y rubéola para el mes de octubre, a pesar de que originalmente había sido pautada para septiembre.

“Los casos están circunscriptos a Capital Federal y provincia de Buenos Aires por lo que se acordó que en la guardias se establezca un sistema de selección que permita efectuar un triage de pacientes rápidamente por enfermedad febril exantemática y acortar los tiempos de atención de los mismos”, afirmó el titular de la Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles, Cristian Biscayart.

“Es importante recordar que el sarampión es muy contagioso. Contagia cuatro días antes y cuatro días después del comienzo de la erupción. Por lo cual cuando una familia consulta a un hospital o centro de salud hay que armar mecanismos para que no tengan largas horas de espera en una guardia sino que rápidamente se lo pueda etiquetar, colocar barbijo y sean atendidos en un lugar separado en función de cada institución”, puntualizó Ángela Gentile, integrante de la Comisión para la Certificación de la Eliminación de la Circulación Endémica de Sarampión, Rubéola y Síndrome de Rubéola Congénita. La presidenta de la Comisión Nacional de Inmunización (CONAIN), Mirta Roses, agregó que “el personal de salud, la comunidad y las familias tienen que estar alertas frente a niños que tengan fiebre, tos, conjuntivitis, los ojos lagrimosos y sarpullido”.