Apareció Elisa Carrió para hacer pública su opinión sobre la decisión de la Corte Suprema de Justicia de beneficiar a los condenados por delitos de lesa humanidad con el 2 x 1. Opinó y pretendió, alineándose con el discurso del gobierno, transformar el dramático retroceso en materia de Derechos Humanos en un síntoma de republicanismo.

Lo primero que dijo Carrió es lo que dicen todos los funcionarios y dirigentes oficialistas: “el fallo demuestra la independencia que tiene el Poder Judicial respecto del Poder Ejecutivo”. Siguiendo el carácter transitivo del razonamiento falso, aludió que “el Poder Ejecutivo es el mayor perjudicado con esa sentencia”.

Después Lilita pasó a la segunda fase de su posicionamiento, coincidiendo también con la mayoría de sus pares de Cambiemos: “El fallo de la Corte es correcto, aunque yo no lo hubiera votado así” dijo y concluyó, como siempre, subiendo la apuesta de sus socios del PRO y de la UCR: “Mi discripancia no significa que la decisión no está enmarcada en una posición del Derecho Penal liberal tradicional que los garantistas, como Eugenio Zaffaroni, sostuvieron a lo largo de los años. La ley del 2×1 siempre fue una mala ley, de cuando las cárceles estaban llenas de procesados por catorce años en el país”.

¿Cuánto podía tardar Carrió en culpar al kirchnerismo por la decisión de la Corte? Ni cinco minutos: “Esto no hubiese pasado si Remo Carlotto hubiera aceptado debatir el tema cuando fue presidente de la comisión de Derechos Humanos, durante los 12 años del gobierno anterior».

El final de Lilita fue a viva voz, pidiendo que se reconozcan los planteos de los familiares de “los soldaditos de Formosa”, en referencia a los conscriptos asesinados en un cuartel de esa ciudad en el año 1975, durante un ataque de la organización Montoneros.