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(Foto: Prensa Prov. Buenos Aires)

La situación de las cárceles bonaerenses en medio de la emergencia sanitaria por el avance del coronavirus fue abordada en los últimos días por las máximas autoridades de la provincia y del Poder Judicial bonaerense. 

A través de videoconferencia, el ministro de Justicia y Derechos Humanos de la provincia, Julio Alak,  la vicegobernadora Verónica Magario y el titular de la Suprema Corte, Eduardo de Lázarri, se reunieron este lunes en el marco del comité de crisis para analizar la situación de las cárceles dependientes del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) ante la pandemia.

Mientras tanto, un trabajo en conjunto entre privados de libertad y penitenciarios derivó en la implementación de un novedoso sistema que se suma a otras medidas de prevención contra el Covid-19 en los dispositivos de encierro. Se trata de una cabina de desinfección por la que tienen que pasar los agentes que cumplen sus funciones en el interior de los penales. 

El comité fue creado el pasado 19 de marzo para afrontar la problemática carcelaria y atender la superpoblación. En el conclave pudieron ver que al día de hoy el sistema penitenciario cuenta con sólo 24 mil plazas y aloja a 44.706 internos en cárceles y a 4.100 en comisarías; en tanto 1.907 están con monitoreo electrónico, lo que genera un total de 50.703 personas prisionizadas en la órbita bonaerenses.

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Durante el encuentro analizaron las medidas que se implementarán de ahora en adelante sobre la pandemia en los establecimientos penitenciarios. Con relación a la prevención del avance del Covid-19, Alak enumeró las medidas que se vienen impulsando en las cárceles. Además, convocó a los profesionales de la salud para determinar la manera de abordar el virus en las prisiones. En esta línea, el ministro aseguró que “en los penales se cumple estrictamente con el protocolo de ingreso. También se reforzó la entrega de insumos, se suspendieron talleres y se autorizó el uso de celulares en algunas unidades, entre otras medidas”.

En el encuentro también participaron, el subsecretario de Política Criminal del Ministerio de Justicia, Lisandro Pellegrini; los ministros de la Suprema Corte, Eduardo de Lázarri, Hilda Kogan, Sergio Torres, y el Procurador General, Julio Conte Grand. Ellos estuvieron a través del sistema digital de videoconferencia.

Cabinas de desinfección

Desde la Provincia informaron a Tiempo sobre la elaboración de cabinas de desinfección: “Es un trabajo conjunto entre privados de libertad y penitenciarios que derivó en la implementación de un novedoso sistema que se suma a otras medidas de prevención contra el Covid19 en las cárceles bonaerenses. Se trata de una cabina de desinfección por la que tienen que pasar los agentes que cumplen sus funciones en el interior de los penales”, explicaron.

La cabina es una estructura metálica de un metro de ancho y largo. Su altura es de 2,10 metros, cubierta con nailon y  en la parte superior tiene un pulverizador con líquido desinfectante. Cabe destacar que esta idea surgió en las mesas de diálogo impulsadas por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires. Se desarrollan en los establecimientos  carcelarios y participan las autoridades de las dependencias junto a los referentes de los distintos pabellones, en el marco de la pandemia.

“En la Unidad 42 Florencio Varela del SPB, se propuso sumar una medida preventiva además de la suspensión de las visitas de los familiares de los internos. El objetivo es reducir las posibilidades de que ingrese el virus a los centros de detención. La idea se hizo realidad en pocos días gracias al ingenio y dedicación de 18 internos de este penal, quienes con el apoyo de los agentes penitenciarios construyeron cabinas de desinfección en el taller de herrería”, aseguró el vocero.

El director del Complejo Penitenciario Florencio Varela, Hugo Piedrabuena, explicó que “la cámara de desinfección cuenta con la aprobación de los médicos que trabajan en nuestras cárceles. Los profesionales destacaron que se trata de una acción más de prevención y ellos también pasan por la cámara para desinfectar sus ropas y pertenencias”.

Aseguran que el protocolo es de aplicación para los agentes que cumplen funciones en la sección de Vigilancia y Tratamiento, es decir, para los que están en contacto directo con los presos. Y tiene varios pasos. El primero de ellos es pararse sobre un paño embebido con lavandina que sirve para desinfectar los borceguíes. Luego, el agente ingresa a la cabina y se para en un círculo para y acciona un motor pulverizador. Así, desde lo más alto de la cámara cae el líquido desinfectante con la particularidad de que no moja ni humedece el uniforme ni las pertenencias de los penitenciarios.

“El líquido desinfectante está conformado por 10 litros de agua y 150 centímetros cúbicos de lavandina y es presurizado por un compresor. Una vez que el agente egresa de la cabina, debe colocarse alcohol en gel en las manos o lavárselas con jabón durante 40 segundos, para luego atarse el barbijo e ingresar al penal. Todo el proceso es supervisado por el jefe de turno”, finalizó Piedrabuena.