El ministro de Energía, Juan José Aranguren, realizó una exposición ante un plenario de cuatro comisiones de la Cámara de Diputados donde recurrió a “la grave herencia” recibida para justificar el tarifazo en los servicios públicos de agua, luz y gas. El funcionario habla ante más de un centenar de legisladores que esperan el momento de hacer preguntas.

Aranguren arrancó su discurso recurriendo a una máxima peronista para justificar el incremento tarifario: “Como la única verdad es la realidad. Y la realidad que nosotros hemos recibido es que en estos últimos 12 años la Argentina pasó de tener energía abundante y barata a tener energía escasa, importada y cara. El sector que recibimos manifestaba un gran desorden en su funcionamiento, con rol y responsabilidades equivocadas, alta irresponsabilidad”.

La herencia apareció pronto en el discurso de Aranguren, que llegó vestido con el estilo que tanto criticaron a entonces funcionarios kircheneristas, sin corbata y con la camisa desabotonada. “El marco de atraso tarifario no se correspondía con una realidad en la que las tarifas aumentaron menos que los salarios y la inflación”, dijo para luego detallar que la inflación de los últimos 12 años fue de “1400 por ciento, en tanto las paritarias salariales tuvieron un incremento del 1670 por ciento y las tarifas crecieron sólo un 40 por ciento”. Por lo tanto, Aranguren aseguró, en un rapto de una mirada clasista, que el anterior gobierno destinó “mayor subsidio para los ricos y menor para los pobres”.

En otra parte de su discurso, el ministro reconoció que hubo inversión en el gobierno kirchnerista pero dijo que “lamentablemente fuimos de avanzada en América Latina con una ley de fomento de la energía renovable, la famosa Ley Guinle, y sin embargo tardamos tres años en reglamentarla y los objetivos no se pudieron cumplir”.

Pero más allá de tal afirmación, Aranguren se negó a reconocer que el tarifazo haya sido en formato “shock” sino que señaló, sorprendiendo a su audiencia, que “se hizo de la forma más gradual que nos permitía la grave herencia que hemos recibido en el frente energético”. Luego dijo que por la quita parcial de subsidios se pudo “recuperar el 30 por ciento de lo que es el costo de generar energía”.

También realizó una declaración de neto corte desarrollista: “Si algo es claro para todos los argentinos es que sin energía no vamos a tener un desarrollo posible”. Por supuesto, sólo recibió el aplauso de los diputados oficialistas.

Antes de enfrentar el plenario, Aranguren mantuvo una reunión con los miembros del interbloque Cambiemos. El encuentro se realizó en el salón Delia Parodi, contiguo al de Pasos Perdidos. Allí coordinaron la estrategia pero también al ministro le avisaron, sobre todo los diputados radicales de las provincias, que le realizarán preguntas porque no puede quedar todo reducido a dudas y críticas de la oposición porque además, ya estaban al tanto de la ausencia del diputado y presidente de la comisión de Energía, Julio De Vido, con quien el oficialismo pretendía polemizar.

El salón, el más grande para reunión de comisiones, quedó estrecho porque las cuatro comisiones que se reunieron, Energía, Presupuesto, Defensa del Consumidor y Obras Púiblicas, reúnen como mínimo a 114 legisladores pero por la importancia del encuentro se sumaron otros diputados y todos con sus respectivos asesores.