Hasta los bomberos se sumaron a las manifestaciones contra la reforma previsional que quiere imponer el gobierno de Emmanuel Macron en Francia. Es que entre los afectados por el proyecto del asesor Jean-Paul Delevoye figuran trabajadores de riesgo, mineros y todas aquellas profesiones que por alguna razón tengan jubilaciones adelantadas o algo mayores que las del resto de la población. El eufemismo para justificar la unificación de todos los planes de retiro es que se trata de 42 diferentes especificidades y que muchas de ellas otorgan «privilegios» a los empleados encuadrados. «Será un sistema mucho más sencillo, práctico y económico», argumentó Macron.

No lo ven de la misma forma los que entienden, con razón, que serán los primeros perjudicados. El sólo hecho de ser considerados como usufructuarios de privilegios los enemistó con el mandatario y ya no quieren escuchar más argumentos.

No es el primer enfrentamiento contra el Elíseo, pero a medida que se acerca la fecha en que el gobierno habrá de enviar el proyecto a la Asamblea, el clima se pone más áspero. Las protestas contra Macron fueron creciendo desde las de los «chalecos amarillos» (desde octubre del 2018) tras un aumento en el precio del combustible. Los primeros en salir a protestar por los cambios en el régimen previsional fueron los ferroviarios galos.

Por ahora, Macron afirma que no piensa renunciar a su proyecto. Pero en la práctica todavía no lo dio a conocer en profundidad. Es decir, puede hacer retoques sin que se note que tuvo que recular en ciertos temas.