«El año pasado se tomó la decisión de trabajar de manera prioritaria, la problemática de los refugiados, la cual vamos a abordar durante los próximos dos o tres años, al margen de que ya es una línea de trabajo que Amnistía Internacional sostiene desde hace mucho tiempo». La coordinadora de Política y Justicia Internacional de Amnistía Internacional, Leah Tandeter, contó a Tiempo que la iniciativa «Te doy la bienvenida», se enmarca en el resultado de la última asamblea global de la organización, en la que a instancias de sus siete millones de miembros, se toman decisiones para la aplicación de políticas relacionadas a temas y países prioritarios..

En relación a la instalación en los pasillos del subte, la mujer expresó que desde la organización «siempre buscamos maneras creativas de comunicar los mensajes que queremos hacer llegar a la población en general y a los Estados, esta vez fue con una intervención en la calle».
Tandeter definió a la instalación como «algo disruptivo, que llama la atención y que sirve de excusa para comenzar la conversación sobre el tema de los refugiados» ya que la idea es que «el porteño que transita esta galería viva en carne propia la experiencia de lo que es estar en cualquier lugar en Siria».

«Esto –continuó Tandeter– muestra el impacto más material de esta crisis. Lo más importante es el costo en vidas, la cantidad de refugiados y de desplazados internos que esta crisis humanitaria está generando. A nivel global hay más de 60 millones de desplazados, de personas que se vieron forzadas a abandonar sus hogares. De esos, aproximadamente, 22 millones son refugiados, lo que constituye la crisis humanitaria más importante desde la Segunda Guerra Mundial y por eso les estamos pidiendo a los Estados que tomen medidas excepcionales ante esta crisis excepcional».

En ese sentido, la mujer se refirió a la «Declaración de Nueva York sobre refugiados y migrantes» emanada este lunes por Naciones Unidas: «Amnistía Internacional tiene muchas expectativas en relación al resultado la las reuniones entre los líderes del mundo en la Asamblea General. Pero por lo que hemos visto, no va a haber un compromiso concreto de parte de todos los Estados, ya que esta declaración tiene términos muy lavados».

-¿Cómo cuáles?

-Amnistía Internacional pedía concretamente que los Estados, de acuerdo a sus capacidades, se comprometieran a reasentar, por año, al 10% de la población de refugiados que necesitan esta protección especial, con el objetivo de, en el corto plazo, resolver esta crisis humanitaria. Dentro de los más de 22 millones de refugiados en el mundo, Naciones Unidas ha identificado aproximadamente a un millón y medio de población especialmente vulnerable. Los países que están alrededor de Siria, como Turquía o Líbano, están colapsados, y ya no pueden garantizar los derechos humanos básicos de los refugiados. Entonces Naciones Unidas ha identificado a ese grupo que necesita una protección suplementaria, y esto es ser reubicados en un tercer país.

-¿Cuál fue la respuesta de Argentina en ese sentido?

-La declaración de Nueva York, adoptada por Argentina, no incluye ningún tipo de compromiso concreto para resolver la crisis actual de refugiados. En marzo, la Argentina anunció que estaba dispuesta a recibir a 3000 refugiados sirios. Esto generó gran expectativa a nivel internacional. De hecho Argentina fue invitada a una cumbre de líderes este lunes para dar respuestas a la crisis de los refugiados (ver aparte), que está siendo organizada por el gobierno de los Estados Unidos y de la que sólo participan los Estados que recibieron una invitación, justamente por haber mostrado cierto compromiso. Argentina hizo ese anuncio, pero por lo pronto no ha dado de talles de cómo piensa acoger a esos 3000 refugiados.

-¿Cómo accionó la Argentina ante esta crisis humanitaria?

-En este momento, Argentina cuenta con un procedimiento que reconoce el estatuto del refugiado y que está disponible para las personas que llegan al país huyendo de ese conflicto en el que corre riesgo su vida. Estas personas solicitan asilo. Ya son 350 sirios los que han llegado por sus medios al país, han solicitado el estatuto del refugiado y han sido reconocidos como refugiados. Paralelamente, desde 2014, en el país funciona el Programa Especial de Visado Humanitario para Extranjeros afectados por el conflicto de la República Árabe de Siria –denominado “Programa Siria”–, una iniciativa que le da la posibilidad a los sirios o a personas de lugares cercanos que tengan algún tipo de lazo con alguien que reside en el país, solicitar una visa de carácter humanitario. El llamante, es la persona que reside en el país, identifica a la persona o grupo de personas que se encuentra en Siria o en los países cercanos, y se tiene que hacer cargo de los gastos de traslado de esta persona al país y de los medios de subsistencia de esa persona en la Argentina. Es una iniciativa de carácter privado, adoptada por el Estado argentino, pero que se sostiene gracias al aporte y a la buena voluntad y recursos de privados dispuestos a financiar los gastos. Las personas beneficiadas, no constituyen al grupo más vulnerable, y si bien para Amnistía Internacional es una buena iniciativa, creemos que tiene que ser accesorio a una política de Estado de recepción de refugiados con el establecimiento de un programa de reasentamiento. Por eso pedimos a todos los países que estén en condiciones de hacerlo que establezcan un programa serio y responsable de reasentamiento que justamente está destinado al grupo más vulnerable de refugiados. En un programa de reasentamiento, es el Estado, a través de cooperación internacional o con recursos propios, el que se encarga del traslado, la recepción y la integración local de los refugiados.

-¿Cómo ha sido la experiencia en países desarrollados?

-En Estados Unidos, Canadá, Noruega y el Reino Unido, que son los principales países que tienen programas de reasentamiento, la experiencia es muy positiva. De hecho, en estos países también hay iniciativas privadas, pero se apoyan en estos programas de reasentamiento. En la Argentina, solamente 150 personas han entrado al país a través del visado humanitario. Es un programa que está vigente hace dos años, y si uno piensa la dimensión que tiene la crisis, es muy poco. Es que algunos dirigentes locales han expresado la mejor voluntad para traer refugiados pero no cuentan con los recursos. No tienen la capacidad de comprometerse y hacer frente a los gastos de una familia por el plazo de dos años. Es un compromiso muy fuerte. Hay que tener en cuenta que estas son iniciativas que requieren muchísimo tiempo, no son practicables de un día para el otro. Se requiere un desarrollo de conocimiento y práctica pero una vez funcionando, pueden apoyar a las iniciativas privadas, ya sea con cursos de idioma o enseñando habilidades para que los refugiados consigan un empleo y puedan hacer una vida en este nuevo país.

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