El humorista, productor teatral y dirigente político Nito Artaza, cuyo nombre de pila es Eugenio, se convirtió en una figura asociada a los debates públicos cuando se dedicó a agrupar a los ahorristas estafados por el corralito bancario dispuesto por Domingo Cavallo en 2001. 

Simpatizante radical desde pequeño, con una infancia y una adolescencia transcurridas en la ciudad correntina de Bella Vista, Artaza fue electo senador nacional por su provincia en 2009. Desde que el radicalismo resolvió asociarse con el PRO y la Coalición Cívica para conformar Cambiemos, el hoy ex senador asumió una postura de franco rechazo. 

Este viernes estuvo en el Obelisco, entre otras caras conocidas de la política. Allí se codeó con varios dirigentes de extracción peronista que, sin embargo, le tendieron puentes para analizar la actualidad y las perspectivas de corto plazo: varios de ellos, como los diputados Felipe Solá y Daniel Filmus, al igual que el ex jefe de Gabinete Alberto Fernández, formaron parte de la convocatoria “la Patria está en peligro”.

Artaza fue invitado a sumarse al llamado espacio UMET, del que ya forman parte Solá, Filmus y Fernández.

En diálogo con Tiempo, Artaza reclamó al gobierno que envíe al Parlamento el contenido del acuerdo con el FMI. “Hay que llamar a una sesión urgente. El acuerdo con el FMI tiene que ser tratado por el Congreso”, exigió.

-¿A qué atribuye esta respuesta a la convocatoria a festejar el 25 de mayo en la 9 de Julio?

-Bueno, los argentinos ya hemos padecido al Fondo Monetario Internacional. Fue corresponsable de la crisis de 2001. Yo, como amplificador en su momento de las personas que fueron estafas por los bancos, sabía desde el primer momento que el FMI había cometido un gran error. Le pedimos que investigara a través de la Oficina de Evaluación Independiente (una suerte de auditoría interna creada por el organismo que, no por casualidad, fue fundada justo en el año 2001, NdR) y sacó un dictamen en 2003 reconociendo la responsabilidad del Fondo (en el derrumbe de la Convertibilidad de diciembre de 2001). Ojalá esto no vuelva a ocurrir. Y esta presencia de la gente es una muestra de resistencia pero también le da una señal al gobierno de que el acuerdo con el FMI tiene que ser tratado por el Congreso de la Nación. Hay que llamar a una sesión urgente. Lo peor que tiene Argentina hoy es el endeudamiento que ha tomado el gobierno. Ha tomado deuda por 200 mil millones en solamente un año. Además, esta presencia no fue llevada adelante solamente por la dirigencia sino que también es espontánea. Y esto es así porque se percibe una cuestión social grave: baja de salarios, flexibilización laboral, despidos. En mi provincia (por Corrientes) hay muchos despidos y suspensiones de trabajadores.

-¿Qué genera este acto en las filas del radicalismo? Porque la UCR, históricamente, siempre tuvo dos líneas: el balbinismo y el yrigoyenismo/alfonsinismo. Este sector debe sentir una abierta contradicción con el rumbo del gobierno.

-Sin duda. Es una contradicción fundamental. Y yo espero que la UCR pueda volver al radicalismo. Es una cúpula que cometió un error grave en Gualeguaychú (se refiere a la convención radical que resolvió la integración con el PRO en la alianza Cambiemos, NdR) y por eso varios nos alejamos. Y muchos se alejaron de la UCR para seguir siendo radicales. Porque el radicalismo no es ajuste. No es baja de salarios a los jubilados o flexibilización laboral o endeudamiento.