Un concejal suplente de Magé, en la región metropolitana de Rio de Janeiro, fue asesinado este martes, a menos de una semana de homicidio de la edil Marielle Franco, por quien miles de brasileños salieron a las calles de la ciudad carioca para pedir justicia.

Paulino Henrique Dourado Teixeira era concejal suplente de Magé por el Partido Laborista Brasileño (PTB por sus siglas en portugués). Según la Policía Militar de Río (PM), estaba en su coche en Magé cuando fue atacado a tiros. Uno de sus acompañantes fue herido en el episodio. 

Teixeira fue candidato a concejal en 2016 por el PTB. La Policía no descarta que el crimen haya tenido un móvil político. 

En tanto, miles de brasileños volvieron a salir a las calles de Rio de Janerio este martes para pedir respuestas sobre el asesinato de la concejal y defensora de los derechos humanos Marielle Franco, cerca de cumplirse una semana del crimen.

Con carteles que decían «Marielle vive» y gritos de «¡justicia!» los manifestantes marcharon por uno de los principales paseos del centro de la ciudad, sin que la indignación y la consternación hayan desaparecido.

«Es importante toda esta movilización para que este crimen bárbaro no quede impune. No sabemos si fue un crimen de Estado o no, probablemente tenga que ver con un crimen de la policía para acallar una voz que defendía los derechos humanos», dijo a la AFP Rafael Cavalli, abogado de 36 años.

A algunos aún se les escapaban las lágrimas recordando a esta mujer negra de 38 años, nacida y criada en las favelas de la Maré, que luchaba por los derechos de los negros, las mujeres y la comunidad LGBT y a quien no le temblaba la voz a la hora de denunciar los abusos policiales o la reciente intervención militar de Rio.

El crimen ocurrió el pasado miércoles en la noche cuando Marielle Franco regresaba de un acto de mujeres negras a su casa y desde un carro que se aproximó a su vehículo dispararon al menos trece tiros hacia donde ella estaba sentada. La concejal recibió cuatro disparos en la cabeza y su chófer, Anderson Gomes, también falleció.

«¿Quien mató a Marielle y a Anderson?», decía una pegatina negra con un dibujo del rostro de la concejal distribuida a los manifestantes a lo largo de la ruta, prácticamente la misma de la masiva protesta del jueves pasado.

«No existe justicia para la gente negra en Brasil…», manifestaba visiblemente emocionada Thuanny Inara, una estudiante de 19 años de largas trenzas africanas.

La violencia se acentuó en Rio desde el fin de los Juegos Olímpicos de 2016, con bandas de traficantes y milicias parapoliciales dominando parte del territorio y enfrentándose regularmente con la policía.

Hasta el momento, las autoridades no han dado pistas sobre el móvil o los autores de este asesinato que ha causado conmoción dentro y fuera de Brasil, pero hay controversia sobre las balas que se usaron.

Globo Televisión aseguró que pertenecen a un lote comprado por la Policía Federal en 2006 y el gobierno ha sugerido que esa munición podría haber sido robada, como ha ocurrido en otros casos de tráfico de armas.

Las críticas a la policía y a la intervención decretada hace un mes por el presidente Michel Temer volvieron a sonar con fuerza en la marcha de este martes, donde muchos brasileños dijeron que no se dejarán amedrentar.

«Otra negra murió, pero otras se levantarán con tanta fuerza y poder como Marielle. Mientras tenga vida, yo lucharé. No vamos a parar», manifestó Irone Santiago, una emblemática activista de la Maré, cuyo hijo quedó parapléjico por disparos de los militares en 2015.