“La primera vez que vi la fotografía de Oscar Pintor –cuenta Ataúlfo Pérez Aznar– fue en la galería de arte Lirolay en 1979. A partir de ese momento, me interesó mucho su trabajo y en 1981 lo invité a exponer en la galería Omega que había creado en 1980. Allí expusieron además de Pintor, Eduardo Grossman, Marcos López, en fin, todos los grandes fotógrafos. Más tarde, en 1984, conformamos el Núcleo de Autores Fotográficos (NAF). En ese momento planteamos una alternativa a lo que era el fotoclub, la fotografía competitiva y apuntamos a desarrollar más la fotografía como medio de expresión. Allí estaban también Pintor, López, Grossman, Helen Zout… En total éramos 12 autores”.

Hoy Pérez Aznar es el curador de la muestra de Pintor Vuelta a las fuentes que se expone en Fola. Está integrada por 75 fotos en blanco y negro que se caracterizan por su clima intimista. “Traté de concentrar los trabajos que para mí constituyen el núcleo más privilegiado de la fotografía argentina –dice–. Son trabajos con una mirada propia que tienen que ver con su encuentro con su provincia natal, San Juan, así como con otras provincias del país. De Capital incorporé una serie de trabajos que son nocturnos, en los que mantiene el espíritu de la soledad y la nostalgia que caracterizan su obra. Son nocturnos desolados, muy intimistas y muy interesantes. A mí me resulta muy curioso, muy loco ese modo de registrar la Capital Federal, que es tan tumultuosa. En ellos, como en sus otros trabajos que conforman la muestra actual, se aleja de la fotografía más documental, más callejera, no tan introspectiva”.

La fotografía no es ajena al contexto en que se desarrolla. Por eso, el fin de la dictadura, según Perez Aznar, deja una impronta en ella: “Con el advenimiento de la democracia, la gente pierde el miedo, sale a la calle y comienza a registrar los acontecimientos que se suceden con una mirada que es más genérica. Durante la dictadura, quien salía con una cámara corría peligro porque las dictaduras siempre vieron las cámaras como un elemento de denuncia. Prefiero hablar de mirada genérica y no de ‘documental’ porque hay fotografía documental que también tiene miradas más profundas, como la de Walker Evans, Paul Strand o Robert Frank, que tienen también tienen algo muy personal, tienen poesía”.

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(Foto: Oscar Pintor)

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(Foto: Oscar Pintor)


Cuando se le pregunta cuál cree que es la característica distintiva de la fotografía de su colega, contesta sin dudarlo: “Para mí, Oscar fue el primer fotógrafo argentino que accedió a tener una mirada particular. Comenzó a desarrollar su obra en 1978 en 35 mm y a partir del ’80/’81 se volcó al formato 6×6, que fue el que adoptó de modo definitivo. Tuvo una participación muy activa en los ’80 hasta principios de los ’90. Luego, a mediados de los ’90, se borró de la fotografía hasta mediados de los 2000, razón por la cual los fotógrafos más jóvenes no lo conocían”.

No es esta la primera vez que Pérez Aznar cura una muestra de Pintor. Motivado por el deseo de traerlo de nuevo al universo fotográfico y de hacerlo conocer por los más jóvenes, organizó una muestra en el Cultural Recoleta. Para realizar esa gran retrospectiva de su obra tuvo que tomarse antes el trabajo de convencerlo, lo que le insumió tres años. Finalmente, la muestra tuvo un gran éxito de público. “Los más jóvenes –relata– no podían creer cómo no conocían a ese fotógrafo. Eso le dio a Oscar un gran impulso, volvió a la fotografía, aunque nada lo satisfizo. En esa muestra no solo incorporé los trabajos que había hecho en los ’70 y los ’80, sino también los posteriores, como desnudos de sus hijos que dejé de lado en la muestra de Fola”.

El curador subraya especialmente que Pintor fue el primer fotógrafo argentino en profundizar su mirada personal y el primero en hacerlo de una manera muy poética. “Por eso –dice– integra el grupo de quienes abordamos la fotografía de ese modo y que aquí se dio en llamar ‘fotografía independiente’, lo que para mí es una redundancia porque creo que la única forma de entender el arte es desde una mirada independiente. En oposición a lo que era el fotoclub, que tenía pautas estéticas predeterminadas, nosotros integrábamos el grupo de la fotografía autoral que se sustenta en la fotografía como medio de expresión. Creo que Oscar fue el primero en tener una mirada personalísima sobre el mundo que lo rodeaba”.

Ante 75 fotografías en blanco y negro, la pregunta es inevitable: ¿fue una decisión estética de Pintor o la fotografía en color no estaba lo suficientemente desarrollada como para ofrecer posibilidades expresivas? “Todos los fotógrafos que desarrollamos la fotografía como modo de expresión durante los ’80 –contesta– lo hicimos en blanco y negro. En la Argentina, los autores que desarrollaron la fotografía en color desde un punto de vista personal, interpretativo, son de principio de los ’90. Marcos López, por ejemplo, comenzó a hacerlo en el ’92, ’93”.

Hoy hay una revalorización del blanco y negro porque, según Pérez Aznar, “en el proceso del uso del color se da una gran masificación de la fotografía. Mucha gente que no sabía de fotografía, compraba rollos color, los usaba, los hacía revelar y realizaba las ampliaciones, por lo que en la segunda mitad de los ’90 hubo muchos fotógrafos que comenzaron a mostrar trabajos sin tener mucho conocimiento técnico. Más que una elección, la fotografía color fue una ‘adopción’. Fue una forma de acceder a la fotografía sin un aprendizaje particular”.

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(Foto: Oscar Pintor)

Pérez Aznar, que además de fotógrafo es docente de fotografía, entiende que la tarea del curador es conflictiva. Y lo dice con conocimiento de causa, porque entre las muchas muestras que curó figuran, además de las de Pintor, la de Sara Facio en el Malba referida a Perón y la de Jorge Aguirre. “Creo que el curador debe ser un vehículo para la expresión del artista –afirma–, pero sucede a veces que quien realiza la curaduría quiere imponer su propio discurso y adaptar a él la obra, en este caso las fotos, del autor. Considero que el curador debe ser casi invisible. Su función es facilitar el diálogo, la lectura de las obras por parte del espectador, aceitar la comunicación entre el artista y el público. Si salta a la vista la mano del curador es porque algo no está bien, algo hace ruido. Algunos, sin embargo, prefieren ser el centro y marginar la mirada particular del autor”.  

Él eligió ser invisible para poder poner de relieve lo que las fotografías de Pintor tienen de más característico: «Lo que se puede lograr cuando hay sensibilidad, cuando se tiene algo que decir. En sus trabajos se puede observar un manejo muy interesante del encuadre, de la luz, de las formas. Muestran lo que tiene que tener cualquier obra de arte: la capacidad de crear un vínculo con el espectador que atrape, conmueva y permita vivir la situación que se muestra en la foto. De cualquier obra de arte, independientemente de qué disciplina se trate, se dice que modifica al espectador. Este no el mismo antes de verla que después, porque se da una convivencia entre el autor y el espectador. La obra de Oscar hace posible sumergirse en el tiempo y la nostalgia, y le permite al espectador convivir con sus imágenes conmovedoras que son un raconto de la vida misma. Creo que el clima de su fotografía es su rasgo más particular”.

La muestra se puede ver hasta el 2l febrero en Fola, Godoy Cruz 2626, piso 1, CABA. Reservar turno en: https://fola.com.ar/reserva-de-turnos/

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Encuentro con afiches

En Fola se puede ver otra muestra, curada por Pérez Aznar, Encuentro con afiches, integrada por piezas de su colección. “El afiche –dice- era una pieza fundamental que informaba sobre una muestra. Pero se fue desvirtuando y hoy lo remplaza el flyer que no cumple la misma función, porque se dirige a los iniciados. Al afiche, en cambio, cualquier persona que se lo encontraba en la calle. La muestra está integrada por piezas de primerísimo nivel: desde muestras de Richard Avedon en el Metropolitan de Nueva York en los ’70, hasta afiches del Pompidou, de fotógrafos como William Klein y Walker Evans y de la muestra que en 1968 hizo Sara Facio con textos de Cortázar. Dado que antes de la muestra, Cortázar hizo una declaración contra Onganía, la levantaron y quedaron solo dos afiches de los cuales yo tengo uno y está en la exposición. 

Documental

En paralelo a la muestra, la plataforma de streaming Comunidad Cinéfila exhibe el documental Memoria fotográfica en el que la obra y la pintura de Oscar son abordadas por su hijo Pablo, también fotógrafo. La película puede verse en comunidadcinefila.org