Con un equipo económico diezmado por su insignificancia ante el desarrollo de la corrida cambiaria de esta semana, los funcionarios que rodean a Mauricio Macri admiten que luego de este 1º de mayo arrancó, en forma intempestiva, la segunda parte del mandato presidencial del líder de Cambiemos. Algunos funcionarios, con oficinas en el primer y segundo piso del ala sur de la Casa Rosada, se animaron a definir que la política del gradualismo que les permitió transitar los dos primeros años de gestión se encamina a su final. Aunque las preocupaciones que enumeran las fuentes consultadas identifican una mayor inquietud de la mesa chica que responde al presidente por el impacto negativo del tarifazo, antes que por los febriles coletazos de la devaluación del peso y la instauración de una tasa de interés del 40%: la más alta del mundo desde este viernes.

«La paridad de 20 pesos era irreal en este momento, hubo momentos complicados, pero en nuestros cálculos el valor del dólar tiene que rondar los 22,50, y bajar hasta los 21,50», resumió a Tiempo un funcionario del Gabinete económico, cuando las medidas de urgencia que anunció el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, habían dejado al billete verde a 22,30, luego de haber arañado los 24 dos días antes. La aproximación a las bandas que maneja la mesa chica que responde al presidente confirma el interés oficial por promover una devaluación controlada que los dejó en medio de una crisis que deberán trasegar desde este lunes, con pronósticos reservados y cautelosos. No sólo por el dólar, sino por el alcance del ajuste de 3200 millones de dólares que deberá recortar el gobierno para lo que resta del año. La versiones oficiales indican que la tijera pasaría por obras públicas previstas dentro del Plan de Participación Público Privada (PPP),  pero el volumen de la cifra despierta temores en áreas sensibles para el gradualismo en crisis, como Desarrollo Social, Salud y Educación.

En materia de endeudamiento, el ministro de Finanzas Luis Caputo aseguró que no habrá más endeudamiento externo, pero ante la volatilidad de la política económica del oficialismo, las fuentes que reconocen la inflexión de esta semana, también asumen la posibilidad de recurrir al Fondo Monetario Internacional, con un crédito puente que restablezca la tutela del organismo sobre la macroeconomía argentina. «La situación esta controlada, veremos qué pasa, pero Mauricio otra vez enfrentó la amarga paradoja de recibir un fuerte apoyo externo por las medidas de austeridad que anunciamos, y a la vez una situación compleja adentro», graficó otro escudero de Balcarce 50, para redondear que la ratificación de la pauta inflacionaria anual del 15%, y el ajuste «de los 3200 palos» están precisamente concentrados en que no se disipe la posibilidad de buscar un salvataje con el Fondo en caso de ser necesario. 

La clave para reconstituir esa confianza en crisis va más allá de la pulseada con los mercados por el dólar y está puesta en la capacidad que demuestre Macri para imponer el tarifazo y no retroceder en chancletas.

El viernes 27 de abril, antes del comienzo del fin de semana largo que posiblemente recuerde por años, Macri analizó la evolución del dólar, pero concentró su atención en medir el desgaste que padece por el impacto del tarifazo. También analizó escenarios posibles para defender un posible veto presidencial a cualquier ley que logre imponer la oposición en el Congreso para frenar la marcha de la Revisión Tarifaria Intergral o retrotraerla a diciembre del año pasado. Siete días después de aquella provisoria cartografía política, la posibilidad del veto es una decisión tomada, aunque Cambiemos no imposibilitará el tratamiento previsto para esta semana en la Cámara Baja y, en caso de lograr media sanción, se resignará a reunir los diez votos necesarios para obstaculizarla en el Senado. «Si nada de eso funciona, ya saben que aplicaremos el veto, pero no le vamos a pedir a la oposición que se inmole», resumió un hombre que reporta al ministro del Interior Rogelio Frigerio, el mismo que se encargó de advertirles a los gobernadores provinciales que la aventura de quitarle el IVA a las facturas de energía y gas «venía con vuelto». El mensaje que retumbó en los oídos de varios caciques provinciales fue claro: «Si ustedes quieren que quitemos el IVA lo sacamos, pero es coparticipable y van a recibir menos dinero (ver página 9). Si el Congreso aprueba retrotraer las tarifas a diciembre, vamos a tener que revisar las transferencias de subsidios, y eso implica unos 15 mil millones de pesos menos», les alertó el titular de la cartera de Interior, para que resignaran el planteo de que la Nación resigne el IVA, y también para confirmarles que un eventual veto los beneficiaría en medio del tembladeral.

Con esa carta en el bolsillo, Macri transitará los próximos cinco días hábiles con la sombra de la pulseada cambiaria, pero con la mira puesta en el descrédito de su gestión económica por el incremento de tarifas y por el impacto que tendrá en los precios la escalada del dólar. Ese movimiento, por ahora silencioso, ya es palpable en los circuitos informales de la economía al calor de una remarcación especulativa que podría impactar en las previsiones inflacionarias de mayo. La percepción sobre ese universo se agravó durante la corrida, cuando el jefe de la Bonaerense, Fabián Perroni  dijo que «hay gente que delinque por primera vez, pero por una necesidad, la de un apremio económico», porque «la pobreza y la exclusión llevan a que muchas personas salgan a robar» (ver página 14). El mensaje cayó como una piedra en la vertiginosidad de la semana corta y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich salió a desautorizarlo.

Sin perder la práctica habitual para desdramatizar momentos críticos, en el gobierno ahora reconocen la preocupación que respiran por la evolución de una crisis que consideran conjurada, al menos por ahora. El lado B de esa zozobra tiene que ver con las encuestas, que linkean el malhumor social del tarifazo con la volatilidad del dólar. «Seguimos ante tres tercios, pero con algunos cambios: está el 30% que nunca votará a Macri, ni aunque los torturen, el otro 30% de indecisos, que ahora está notoriamente enojado por el tarifazo y el núcleo duro nuestro, que nos banca, pero está incómodo por la política cambiaria y también por las tarifas», aseguró un habitante de Balcarce 50, luego de pasar casi tres días sin dormir, durante la corrida cambiaria que les sigue quitando el sueño. «

DESPUÉS DEL ANUNCIO

 El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, aseguró ayer que con la baja de la meta de déficit fiscal y la suba de tasas de interés del Banco Central se evitó 

«una crisis» y sostuvo que la política económica del gobierno nacional está «generando las condiciones para que la Argentina no tenga nunca más una crisis». «Ayer (por el viernes) anunciamos medidas para bajar la volatilidad y para dar certezas de que la Argentina va al equilibrio fiscal. Hay cosas que tenemos que asegurarnos que no nos ocurran nunca más, como una crisis, y con las medidas que estamos implementando vamos a evitar eso», sostuvo Dujovne en diálogo con radio Mitre. El ministro indicó que el país 

cuenta con «un tipo de cambio más competitivo que el del inicio de la gestión», y aclaró que la competitividad viene con lo que ocurre con las monedas de otros países.

El respaldo para las medidas oficiales llegó de boca de Elisa Carrió, una de las fundadoras de Cambiemos, que pidió a la sociedad «no desesperarse por ir a comprar dólares», al tiempo que atribuyó el aumento de la moneda estadounidense a «jugadas especulativas de sectores económicos». «Un dólar por debajo de 21 pesos termina con toda la industria exportadora y tenemos problemas de desempleo porque no hay competitividad», remarcó tras señalar que «no se puede tener un dólar anclado en 16 pesos, porque es como la convertibilidad de (Domingo) Cavallo, después sí que terminamos con el corralito», advirtió. La diputada atribuyó la «corrida» cambiaria a «una jugada del Banco Meridian de un millón de pesos», tras asegurar que «los movimientos no fueron de pequeños ahorristas». «Estuve haciendo inteligencia financiera, tengo todos los datos. Hay que empezar a hacer eso sobre quienes actúan contra el país con las corridas», agregó.