El gobierno publicará mañana en el Boletín Oficial el llamado a sesiones extraordinarias para tratar el paquete de reformas anunciado hace poco más de un mes por el presidente Mauricio Macri. La casualidades en política no existen, y menos por estos tiempos de paridades parlamentarias y proyectos polémicos. Por eso, muchos de los legisladores alineados con la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner no dudaron en vincular el fallo del juez Claudio Bonadio, el pedido de desafuero de la ex mandataria, y las detenciones de ex funcionarios con una estocada final para presionar y garantizar la aprobación de los proyectos que impulsa el gobierno. 

En ese escenario, Miguel Ángel Pichetto, titular del flamante bloque Argentina Federal en el Senado, y la ex presidenta acaparan las miradas. El tablero de ajedrez en el que se ha transformado el Parlamento muestra una partida pareja más allá de las proporciones de los bloques. Por eso, ambos jugadores, mueven las piezas con cuidado mientras el oficialismo mira el partido con atención: el rionegrino no duda en rechazar el pedido de desafuero, pero avisa que recién se tratará en febrero.

La primera lectura indica que Cristina convivirá con la posibilidad de ser desaforada durante el tratamiento de las reformas. Conocedora del juego, la ex mandataria no duda en señalar que lo importante no es su situación judicial sino la discusión de las iniciativas enviadas por el Ejecutivo. En tanto, los voceros del kirchnerismo sostienen que se trata de una maniobra para “apretar a los gobernadores” que pueden llegar a trabar la salida de algún proyecto en Diputados.  

En principio, los números y los posicionamientos públicos hacen imposible pensar que el pedido de Bonadio pueda conseguir el aval de los dos tercios de los senadores. Nadie cree posible que el flamante bloque que conduce Pichetto, y que integra el ex presidente Carlos Menem condenado a siete años de prisión en segunda instancia, pueda apoyar el desafuero de una senadora que aún no fue condenada. 

Hoja de ruta 

Si bien el llamado a sesiones extraordinarias habilita la conformación de comisiones a partir de mañana, sólo se deberán conformar de manera obligatoria aquellas que tengan que tratar los proyectos incluidos en el temario. Así las cosas, la comisión de Asuntos Constitucionales del Senado, encargada de dictaminar sobre el pedido de desafuero de la expresidenta, no tendría que conformarse hasta febrero. 

El efecto del fallo de Bonadio se extenderá sobre todo el período de sesiones extraordinarias que comenzará esta semana y finalizará junto con el año.  Más allá del cimbronazo legislativo y los ánimos alterados de uno y otro lado, el cronograma parlamentario ya diseñado por el oficialismo no sufriría variaciones. La Cámara de Diputados comenzará este lunes a tratar la reforma tributaria y el Presupuesto con la intención de llevarla al recinto el 20 de diciembre. Luego abordará el resto de las iniciativas para finalizar su trabajo con la sanción de la reforma laboral el 27 de diciembre tras la aprobación del Senado. 

El trámite formal con la conformación de las comisiones que tratarán los temas de la agenda del Ejecutivo y la visita de funcionarios del Ejecutivo para defender los proyectos se realizará el lunes a las 14.

Por su parte, la Cámara Alta también comenzará a trabajar esta semana. La reforma laboral será el eje central. La intención de Senado es avanzar con todos los temas en una única sesión, el próximo 20 de diciembre.

Los números tanto en el Senado como en Diputados se presentan, en principio, favorables a la intención del oficialismo. Pero sin duda la batalla más reñida será en Diputados. Allí el que terminará de inclinar la balanza será el interbloque Argentina Federal que cuenta con 35 miembros, y en su mayoría responden a la voluntad de los gobernadores. La posición del bloque no será monolítica, pero sus votos serán decisivos para la sanción de la reforma previsional. «