Al mismo tiempo que el gobierno nacional acordaba con las organizaciones sociales medidas en pos de revisar una eventual declaración de la Emergencia Social, continuó en estos días el desembarco de las fuerzas federales al Conurbano. De acuerdo a un relevamiento realizado por Tiempo, debido a que desde el Ministerio de Seguridad de Nación guardan celosamente la información, ya se apostaron en 22 distritos unos 5240 agentes de Gendarmería (GNA), Prefectura (PNA), la Policía Federal y la de Seguridad Aeroportuaria. Se cree que antes de fin de año se completará el arribo de efectivos a 12 partidos más, con un total de 6300 hombres, coincidiendo con el momento más sensible para las barriadas. Todo sea para que reine la paz durante las Fiestas.

En diferentes momentos de las gestiones de Néstor y Cristina Kirchner, y ante la mirada crítica de la oposición, las fuerzas federales realizaron tareas de seguridad interior a modo de parche. En algunos sitios, los agentes llegaron y se fueron; pero en otros se quedaron hasta que Mauricio Macri llegó al poder e intentó cumplir con lo que desde los sectores más duros de su gobierno venían sosteniendo: que esos agentes solo debían cumplir servicio en las fronteras y en investigaciones complejas, el destino natural de estas fuerzas.

De manera silenciosa, entonces, comenzó un repliegue de efectivos sin que se hubiera resuelto la cuestión de fondo. Así fue que de un día para el otro, la PNA abandonó el «cinturón sur» de la Capital Federal y GNA se retiró de Zárate, situación que quedó en evidencia cuando un carnicero atropelló y mató a un delincuente que había robado en su negocio a mediados de septiembre. El intendente Osvaldo Caffaro denunció que una semana antes le habían quitado de manera inconsulta 100 gendarmes y 150 prefectos.

Pero el problema no era nuevo. En mayo, 54 intendentes del Partido Justicialista habían firmado una carta destinada a la gobernadora María Eugenia Vidal, a quien le reclamaban medidas concretas contra el narcotráfico y la inseguridad, al tiempo que le pedían mayor presencia de agentes federales.

A principios de junio, la intendenta de La Matanza, Verónica Magario, se quejó de que Nación había sacado 800 gendarmes de su distrito para destinarlos a Córdoba y otras provincias. Para septiembre, el gobierno nacional y el provincial acumulaban múltiples pedidos de este tipo. Todo esto, sumado al resonante caso del carnicero y al fantasma de los saqueos de fin de año, provocó que el macrismo decidiera rever la política de seguridad en este sentido.

El ministerio que comanda Patricia Bullrich volvió sobre sus pasos y delineó la incursión de las fuerzas bajo su órbita en forma progresiva: el 17 de octubre llegaron oficialmente los primeros 1140 gendarmes a cuatro distritos de la zona sur del Conurbano: Avellaneda (240), Lanús (300), Lomas de Zamora (300) y Quilmes (300).
La segunda etapa se llevó adelante el 31 de octubre, con el arribo de 1560 efectivos a Esteban Echeverría (150), Almirante Brown (240), La Matanza (600), Morón (240) y General Pueyrredón (330).

El 14 de noviembre fue el turno de movilizar otros 1610 efectivos, que fueron a cumplir tareas a ocho partidos: Vicente López (240), Ezeiza (150), San Martín (300), Tres de Febrero (300), San Isidro (180), San Miguel (240), Ituzaingó (100) y Hurlingham (100).

Mañana, lunes 28 de noviembre, está prevista la oficialización de la llegada de unos 930 agentes federales a cinco municipios más: San Fernando (150), Presidente Perón (90), Berazategui (200), Florencio Varela (250) y Merlo (240).

Con fecha incierta, trascendió que todavía resta el desembarco de estas fuerzas en otros 12 distritos: Malvinas Argentinas, Tigre, José C. Paz, Berisso, Ensenada, Escobar, General Rodríguez, La Plata, Marcos Paz, Moreno, Pilar y San Vicente.

Tiempo llegó a estos resultados cotejando y chequeando la información con cada distrito, ya que desde la cartera de Seguridad se negaron a precisar la cantidad de agentes desplegados y a qué fuerza pertenecen. Este diario pudo saber que en varios partidos no hay una buena coordinación entre la Policía Bonaerense, los grupos federales y las comunas. Municipios como La Matanza, Ituzaingó y Avellaneda, por ejemplo, consideran que merecen más efectivos.

Ya patrullan unos 5240 agentes en 22 distritos del Conurbano. Teniendo en cuenta lo que habían vaticinado desde Nación, que antes de fin de año llegarían a ser 6300 los efectivos en las calles de los 33 distritos del AMBA (sumados a Mar del Plata), aún restaría distribuir cerca de mil agentes más en los 12 partidos mencionados.
Consultado por Tiempo, el director del Programa de Justicia y Seguridad Democrática de la Comisión Provincial por la Memoria, Rodrigo Pomares, concluyó que “hace tiempo que se vienen dando pasos en falso en las políticas de seguridad interior. Gendarmería tiene un perfil militarizado. Retirarla de las fronteras deja un vacío que se va a cubrir con el Ejército. Esto va ablandando la resistencia de la población a determinadas intervenciones estatales y genera un consenso social para aceptar una policía militarizada. Esto es peligroso”. «

Los efectivos en Rosario, un secreto

Luego de una multitudinaria marcha en reclamo de seguridad realizada en Rosario a principios de septiembre, el gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, acordaron la llegada de Gendarmería a esa ciudad y a la capital provincial. Según indicó el comandante mayor de Gendarmería Nacional, Pedro Ortubia, en la ciudad de Santa Fe ya hay un total de 400 gendarmes en las calles. Respecto de Rosario, nunca se precisó la cantidad exacta.