Mientras el Ministerio de Ambiente de Nación y la propia empresa Barrick Gold admiten que la Mina Veladero está en una zona periglacial, empieza a surgir otro fantasma en la franja cordillerana argentina: la posible llegada de nuevos emprendimientos mineros sobre regiones glaciares, en contra de lo que dicta la ley.

“Cierre, remediación y prohibición”, es una de las exigencias centrales de la Marcha por el Agua y por la Vida, que arrancará esta mañana desde el acampe instalado en la plaza de Jáchal desde febrero de 2015, y que transitará por las rutas 150 y 40 hasta la capital sanjuanina. Más de 150 kilómetros a pie. Lo mismo se exigirá el miércoles en una marcha de Congreso a Plaza de Mayo. Es que el derrame de cianuro ocurrido a principios de mes (informado públicamente casi una semana después), el segundo en menos de un año, fue la gota que rebalsó la paciencia de un pueblo que, si bien dividido, en su mayoría se declara “harto” y denuncia que ni siquiera la cantidad de empleados locales en la mina de oro es tan grande como se anunció: medio centenar.

A casi 4800 metros de altura, la mina a cielo abierto se encuentra frenada por el Gobierno de San Juan y la justicia provincial hasta que la empresa haga mejoras. Las mismas que debió realizar tras el derrame de 2015, que afectó a cinco ríos. También se presentó ante el Juzgado Federal Nº2 de San Juan el Ministerio de Ambiente, a cargo del rabino Sergio Bergman, pidiendo que se investigue si hubo delito y que se hagan tareas de monitoreo y control, con inspecciones cada dos meses.

“El ministro se comporta como si fuese una ONG. Él es la autoridad de aplicación de la Ley de Glaciares y la máxima autoridad ambiental nacional. Le sobran herramientas para encauzar la situación”, aseguró a Tiempo el abogado de la asamblea, Enrique Viale. Y sentenció: “Veladero debe cerrar. No hay más excusas, viola la Ley de Glaciares.” El propio informe de impacto ambiental de la multinacional, hecho antes de la ley, manifiesta en su página 47 que la mina se encuentra asentada sobre ambiente periglacial, algo prohibido.

“El inventario ha identificado una serie de cuerpos de hielo, glaciares de escombro y periglaciares, en el área donde se ubica el emprendimiento de Veladero”, admitió Diego Moreno, secretario de Política Ambiental, Cambio Climático, Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación.

Pero la mirada de los ambientalistas no está puesta sólo en Veladero. En el marco del mini Davos, el ministro de Energía, Juan José Aranguren, anunció la posible llegada de 20 mil millones de dólares para reactivar 40 inversiones mineras, entre 2016 y 2021. El principal problema lo denuncia el Centro de Derechos Humanos y Ambiente (CEDHA): al menos tres de ellos serán en zonas protegidas por la Ley de Glaciares, pues están “en mayor o menor grado en zona de ambiente periglacial”. Se trata de El Pachón, proyecto de la anglo-suiza Glencore Xstrata, próximo a la localidad sanjuanina de Calingasta, en el límite con Chile; Los Azules, de la canadiense McEwen Mining, también en San Juan, cercano al Glaciar Calingasta; y Agua Rica, de Yamana Gold y de Glencore Xstrata, en Catamarca. Jorge Taillant, director del CEDHA, fundado por la ex secretaria de Ambiente, Romina Picolotti, brinda un ejemplo: “El Pachón evidencia más de 200 glaciares de escombro en la zona concesionada”.

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