Banfield se transformó este jueves en la primera institución en restituir la condición de socios a personas desaparecidas, detenidas o víctimas del terrorismo de Estado en la última dictadura militar de la Argentina. «Esto es una victoria», dijo Ariel Bargach, integrante del “Colectivo Banfield por los Derechos Humanos”, espacio desde el que se organizó «Los 11 de Memoria», el acto en el estadio Florencio Sola donde se les entregaron los carnets a familiares y amigos de las víctimas.

Los carnets fueron recreados con las características utilizadas en el pasado por el club, formato libro, con tapas de cuero. “La propuesta tiene base en el hecho de que los detenidos-desaparecidos no pueden ser encuadrados en ninguna de las causales que hubieran permitido haberlos dado de baja del padrón: no fueron expulsados, no renunciaron a su condición de socios, no están muertos y no dejaron de pagar la cuota por propia voluntad”, explicaron desde Banfield en el homenaje que contó con un plantel de oradores de primer nivel: Lucia Barbuto, Lita Boitano, de Familiares de Detenidos-Desaparecidos por Razones Políticas; Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora; y el periodista Ezequiel Fernández Moores, Smietniansky, miembro de Banfield por los DDHH.

“Logramos que el fútbol haga una suerte de mea culpa y un reconocimiento. El deporte durante años estuvo ajeno a la memoria colectiva y a la reivindicación de los Derechos Humanos. Al mismo tiempo, es un triunfo, en lo que respecta a marcar el sentido de pertenencia hacia una institución deportiva, y lograr que nuestras víctimas de terrorismo de Estado, nuestras socias y socios puedan estar presentes, así sea de una manera simbólica en el lugar donde ellos fueron felices”, reflexionó Bargach.

Y agrega: “El fútbol los atravesó de igual forma que la militancia política y el compromiso social por eso disfrutamos mucho del proceso, y posteriormente, de este reconocimiento. Es importante remarcar un triunfo más pequeño, por llamarlo de alguna manera, del Colectivo de Banfield por los Derechos Humanos, que se propuso esto, investigó y rastreó datos para poder llevar esta iniciativa adelante. Por eso decimos que es una victoria colectiva, en todos los sentidos posibles”, finalizó.

Al respecto, Sergio Smietniansky, otro integrante de la agrupación, expresó: “Acá no descubrimos la pólvora tomamos ejemplos hermosos de otros clubes como Ferro, San Lorenzo o Defensores de Belgrano y nos fuimos juntando. Se creó la coordinadora de Derechos Humanos del fútbol argentino y sin ellos, nosotros no seríamos. Entonces, esto también es un reconocimiento a todo y a cada uno de esos clubes que desde su identidad aportan a la construcción de memoria verdad y justicia”. Y completó: “Los sueños de estos once, que no son once, sino 30000 siguen vigentes en tanto nosotros los sigamos soñando».

El puntapié inicial al reconocimiento estuvo a cargo de jugadores y jugadoras del plantel profesional. Tras la proyección de un video en el que futbolistas del plantel masculino y femenino nombraban a cada uno de los once homenajeados, cada rostro, aparecía en una posición de la cancha, con un esquema 4-4-2 con la idea de que «así juega el 11 de Memoria».

En la historia de la institución quedará marcado a fuego la identidad, de aquellos socios. Bajo la denominación ‘Los 11 de la Memoria”, Alberto Pera, Alejandro Hansen, José Pablo Ventura, los hermanos Silvia y Eduardo Streger, German Gavio, Mario Pierrepont, Leonel Saubiette, Ricardo Chidichimo, Roberto Matthews y Raúl Ceci, que fuera jugador de la tercera división de la entidad banfileña, serán para siempre parte de la memoria colectiva y la identidad de todos los hinchas del Taladro. Además, renueva firmemente, el compromiso de levantar, las banderas de Memoria, Verdad y Justicia de todas las instituciones deportivas del futbol argentino.

El Club Atlético Banfield se transformó este jueves en la primera institución en restituir la condición de socios a personas desaparecidas, detenidas o víctimas del terrorismo de Estado en la última dictadura militar de la Argentina.

El acto, bajo el lema «Los 11 de la Memoria» se realizó este jueves por la noche en el “Espacio Banfileño” del estadio Florencio Sola, donde se les entregaron los carnets a familiares y amigos de las víctimas.

 Los carnets fueron recreados con las características utilizadas en el pasado por la entidad deportiva, formato libro, con tapas de cuero.

 “La propuesta tiene base en el hecho de que los detenidos-desaparecidos no pueden ser encuadrados en ninguna de las causales que hubieran permitido haberlos dado de baja del padrón: no fueron expulsados, no renunciaron a su condición de socios, no están muertos y no dejaron de pagar la cuota por propia voluntad”, explicaron desde Banfield.

“Esto es una victoria. Primero porque, logramos que el fútbol haga una suerte de mea culpa y un reconocimiento. El deporte durante años estuvo ajeno a la memoria colectiva y a la reivindicación de los Derechos Humanos. Al mismo tiempo, es un triunfo, en lo que respecta a marcar el sentido de pertenencia hacia una institución deportiva, y lograr que nuestras víctimas de terrorismo de Estado, nuestras socias y socios puedan estar presentes, así sea de una manera simbólica en el lugar donde ellos fueron felices” reflexionó Ariel Bargach, Integrante de el “Colectivo Banfield por los Derechos Humanos”.  

Y agrega: “El fútbol los atravesó de igual forma que la militancia política y el compromiso social por eso disfrutamos mucho del proceso, y posteriormente, de este reconocimiento. Es importante remarcar un triunfo más pequeño, por llamarlo de alguna manera, del Colectivo de Banfield por los Derechos Humanos, que se propuso esto, investigó y rastreó datos para poder llevar esta iniciativa adelante. Por eso decimos que es una victoria colectiva, en todos los sentidos posibles”, finalizó.

Al respecto, Sergio Smietniansky, expresó “Acá no descubrimos la pólvora tomamos ejemplos hermosos de otros clubes como Ferro,  San Lorenzo o Defensores de Belgrano y nos fuimos juntando. Se creó la coordinadora de Derechos Humanos del fútbol argentino y sin ellos, nosotros no seríamos. Entonces, esto también es un reconocimiento a todo y a cada uno de esos clubes que desde su identidad aportan a la construcción de memoria verdad y  justicia”. Y completa, “los sueños de estos once, que no son once, sino 30000 siguen vigentes en tanto nosotros los sigamos soñando».

El puntapié inicial al reconocimiento estuvo a cargo de jugadores y jugadoras del plantel Profesional. Tras la proyección de un video en el que futbolistas del plantel masculino y femenino nombraban a cada uno de los once homenajeados, cada rostro, aparecía en una posición de la cancha, con un esquema 4-4-2 con la idea de que «así juega el 11 de la memoria».

En la historia de la institución, quedará marcado a fuego la identidad, de aquellos socios. Bajo la denominación ‘Los 11 de la Memoria”, Alberto Pera, Alejandro Hansen, José Pablo Ventura, los hermanos Silvia y Eduardo Streger, German Gavio, Mario Pierrepont, Leonel Saubiette, Ricardo Chidichimo, Roberto Matthews y Raúl Ceci, que fuera jugador de la tercera división de la entidad banfileña, serán para siempre parte de la memoria colectiva y la identidad  de todos los hinchas del taladro. Además, renueva firmemente, el compromiso de levantar, las banderas de Memoria, Verdad y Justicia de todas las instituciones deportivas del futbol argentino. 

El homenaje contó con un plantel de oradores  de primer nivel, lo integraron, Lucia  Barbuto, Lita Boitano, de Familiares de Detenidos-Desaparecidos por Razones Políticas; Nora Cortiñas, de Madres dePlaza de Mayo-Línea Fundadora; y el periodista Ezequiel Fernández Moores, Sergio Smietniansky, miembro de Banfield por los DDHH.


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Antes de la entrega de carnets a familiares y amigos de las víctimas, el club también realizó una distinción a los sobrevivientes de distintos centros de distinción de la dictadura. Se trata de un grupo de socios e hinchas del “Taladro», los cuales sus vidas se vieron atravesadas, también por el terrorismo de Estado. Este grupo fueron pieza fundamental en la investigación y la reconstrucción a la hora de buscar nombres y ser el nexo entre muchos familiares de estos once homenajeados. Banfield les hizo entrega de un banderín con los rostros de aquellos socios e hinchas desaparecidos.

A la hora de las palabras, quien abrió el reconocimiento a los hinchas fue Lucía Barbuto, presidenta de la institución deportiva del sur del Conurbano. «Entendemos la identidad como un derecho y acciones como éstas ayudan porque la verdad sana”, dijo la titular banfileña, además quiero pedir perdón por haber demorado tantos años y haber mantenido esta deuda con la historia, con los familiares y con los socios y socias que lucharon por un mundo mejor y que amaron este club como lo amamos nosotros».

Por su parte, Lita Boitano de Familiares de Detenidos-Desaparecidos, recordó que era “la tercera vez que acudía a una cancha» al tiempo que mencionó una vivencia junto a Ubaldo Matildo Fillol en donde contó que el año pasado cuando en el estadio de River y durante un homenaje a los campeones del ’78 vio llorar al Pato Fillol, que le decía que se sentía «en deuda porque ellos como jugadores desconocían lo que pasaba», dijo.

Asimismo, el periodista Ezequiel Fernández Moores, señaló: “Pasé por muchas situaciones, pero ninguna como ésta. Dicen que la memoria futbolera es corta, se gana un domingo y ya está. Pero este evento demuestra que la memoria es bien larga».

A su turno, Delia Giovanola (Abuelas de Plaza de Mayo) dijo, “el ejercicio de la memoria que se está cumpliendo en este momento es una deuda que tenía el club, la cual está reparando y con creces porque los detenidos desaparecidos que están presentes esta noche se merecen este reconocimiento junto a sus familiares. Luego recordó a su hijo Jorge Oscar Ogando, y a Stella Maris Montesano. “Hay un rincón de Banfield en el que supongo que murieron mi hijo y mi nuera embarazada de ocho meses. Como abuela, todo este tiempo busqué un niño y me encontré con un hombre de 39 años. Aún seguimos en busca de otros 350 nietos».

Por su parte, Smietniansky remarcó: «Cumplo un sueño, el de homenajear al ’11 de memoria’, un equipo que se la jugó de verdad; no marcó, pero nos marcó a todos. Y fueron felices en el club del que Evita se hizo hincha».

El cierre fue de dos Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora. Taty Almeida se ocupó de remarcar que “había que reivindicar a estos once y a los 30.000 desaparecidos». Y Nora Cortiñas concluyó: «Hay que apoyar a la Justicia para que ningún genocida camine libre por la calle»

Antes de la entrega de carnets a familiares y amigos de las víctimas. El club también realizo una distinción a los sobrevivientes de distintos ex campos de concentración de la dictadura. Se trata de un grupo de socios e hinchas del “Taladro», los cuales sus vidas se vieron atravesadas, también por el terrorismo de estado en nuestro país. Este grupo de socios e hinchas fueron pieza fundamental en la investigación y la reconstrucción a la hora de reconstruir casos y buscar nombres y ser el nexo entre muchos familiares de estos once homenajeados. Banfield les hizo entrega de un banderín con los rostros de  aquellos socios e hinchas desaparecidos.  

A la hora de las palabras, quien abrió el reconocimiento a los hinchas fue Lucía Barbuto, presidenta de la institución deportiva del sur del Conurbano. «Entendemos la identidad como un derecho y acciones como éstas ayudan porque la verdad sana”, dijo la titular banfileña, además quiero pedir perdón por haber demorado tantos años y haber mantenido esta deuda con la historia, con los familiares y con  los socios y socias que lucharon por un mundo mejor y que amaron este club como lo amamos nosotros».

Por su parte, Lita Boitano de Familiares de Detenidos-Desaparecidos, recordó  que era “la tercera vez que acudía a una cancha» al tiempo que mencionó una vivencia junto a Ubaldo Matildo Fillol en donde contó que el año pasado cuando en el estadio de River y durante un homenaje a los campeones del ’78 vio llorar al Pato Fillol, que le decía que se sentía «en deuda porque ellos como jugadores desconocían lo que pasaba», dijo.

Asimismo, el periodista Ezequiel Fernández Moores, señaló: “Pasé por muchas situaciones, pero ninguna como ésta. Dicen que la memoria futbolera es corta, se gana un domingo y ya está. Pero este evento demuestra que la memoria es bien larga».

A su turno, Delia Giovanola (Abuelas de Plaza de Mayo) dijo, “el ejercicio de la memoria que se está cumpliendo en este momento es una deuda que tenía el club, la cual está reparando y con creces porque los detenidos  desaparecidos que están presentes esta noche se merecen este reconocimiento  junto a sus familiares. Luego recordó a su hijo Jorge Oscar Ogando, y a Stella Maris Montesano. “Hay un rincón de Banfield en el que supongo que murieron mi hijo y mi nuera embarazada de ocho meses. Como abuela, todo este tiempo busqué un niño y me encontré con un hombre de 39 años. Aún seguimos en busca de otros 350 nietos».

Sergio Smietniansky, integrante de Banfield por los Derechos Humanos remarcó: «Cumplo un sueño, el de homenajear al ’11 de memoria’, un equipo que se la jugó de verdad; no marcó, pero nos marcó a todos. Y fueron felices en el club del que Evita se hizo hincha».

 El cierre fue de dos Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora. Taty Almeida se ocupó de remarcar que “había que reivindicar a estos once y a los 30.000 desaparecidos». Y Nora Cortiñas concluyó: «Hay que apoyar a la Justicia para que ningún genocida camine libre por la calle».


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La iniciativa se extenderá a otros clubes como Estudiantes de La Plata, San Lorenzo y River en reconocimiento a sus respectivos asociados/as detenidos/as-desaparecidos/as durante la última dictadura militar.

En línea con la iniciativa, meses atrás Banfield ya había avanzado con la realización de un mural sobre la calle Lugano, cerca del acceso de la Tribuna Eliseo Mouriño, que recrea la historia de la trenza verde y blanca que Silvia Streger, detenida y desaparecida, utilizó para dar una señal de vida a su familia y conocidos.

La iniciativa de la entidad deportiva del sur del Conurbano se extenderá hacia la Fundación Estudiantes de La Plata y los clubes San Lorenzo de Almagro y River Plate, en reconocimiento a sus respectivos asociados/as detenidos/as-desaparecidos/as durante la última dictadura militar.