El titular de la cartera laboral anunció, a la salida de la reunión con el Consejo Directivo de la CGT, que en la Argentina no habría una reforma laboral a la brasileña y que toda modificación de los convenios sería sobre la base del consenso con los dirigentes sindicales.

Sin embargo, una de las ofensivas recientes sobre los convenios vigentes es la que el directorio del Banco de la Provincia de Buenos Aires (Bapro) resolvió mediante un acta del 17 de agosto que vulnera lo establecido en el convenio 18/75 que rige la actividad.

La resolución, lejos de atravesar una negociación con los representantes sindicales de la Comisión Gremial Interna del banco o con los dirigentes de la Asociación Bancaria, fue resultado de una decisión unilateral.

El núcleo de la reforma apunta a una modificación de las categorías vigentes y que se encuentran plasmadas en el convenio colectivo de trabajo. En concreto, directamente  se eliminan las categorías de Auxiliar, Ayudante de Firma, Jefe de Área, Cajero Principal, Cajero Efectivo, Cajero Accidental, Supervisor Operativo y Subgerente Operativo hoy vigentes y se reemplazan por otras.

A las nuevas categorías que se pretende aplicar corresponde una redefinición de tareas que impone, de hecho, la polifuncionalidad de los trabajadores, una de las grandes aspiraciones de las patronales, tanto de servicios como industriales.

La implementación del nuevo escalafón obliga a la reubicación  de los agentes y la reasignación de cargos con responsabilidad, toda vez que se establece que «cada unidad de negocios sea autosuficiente», según la dirección del banco, congelando la incorporación de nuevos agentes.

Según denuncia la CGI, el nuevo escalafón plantea la posibilidad de que agentes que actualmente se desempeñan en cargos medios deban asumir la responsabilidad de una sucursal sin la categoría correspondiente. Santiago Etchemendi, secretario general de la CGI explicó a Tiempo que «otorgan funciones pagando adicionales por debajo de lo que dicta el convenio. Con eso habilitan las polifunciones y avanzan con la carrera de metas».

Los representantes sindicales y el cuerpo de delegados rechazaron la reforma y exigen la derogación de la resolución. Etchemendi explicó que «hace una semana votamos medidas de acción directa y estamos esperando el aval de la conducción del sindicato porque aspiramos a la unidad del sindicato. El directorio no nos concedió ninguna reunión oficial».

Una reforma de convenio muy lejos del mentado «consenso». «