Según lo indica ABC Cultural, se trata de un antiguo espacio industrial que formó parte del “cinturón rojo de París” y que se convertirá en “la ciudad de la música del siglo XXI”. Bob Dylan lo inaugurará mañana. 

La construcción del lugar requirió una inversión de 170 millones de euros que fueron aportados por capitales privados, la administración regional (Altos del Sena), la administración parisina y el Estado. 

El espacio cuenta con una gran sala de más de mil metros cuadrados, un auditorio musical, una gran sala de espectáculos, un centro de grabación musical, una sala de ensayos y experimentación y un parque público. El espacio tendrá, además, bares, restaurantes y espacios de recreo para grandes y chicos.

 La oferta musical será amplia, desde orquestas sinfónicas de repertorio clásico a música contemporánea y vanguardista. También se ofrecerán servicios de creación grabación y las empresas privadas tendrán allí un espacio de promoción. Se trata de un megaproyecto que aspira a convertirse en un faro de irradiación cultural no sólo para Francia, sino también para el resto de Europa. 

Esta vez Bob Dylan, siempre desconcertante, no ha puesto reparos en inaugurar un proyecto que más allá de su función artística constituirá, si las predicciones se cumplen, en un gran negocio para los privados y el Estado. El músico y poeta galardonado con el Nobel que recibió en una pequeña ceremonia luego de un largo silencio, se hará presente mañana en este escenario imponente.