Con fiebre y otros síntomas compatibles con el virus, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se realizó el test de coronavirus y este martes anunció que dio positivo de “gripecita”, como ha llamado varias veces al virus a pesar de que cuando Brasil es el segundo país con más contagios y muertes en todo el mundo. 

«Acaba de salir [el resultado del test] con resultado positivo. Me encuentro perfectamente bien», dijo el mandatario de 65 años a los medios de comunicación desde la residencia oficial en Brasilia, donde dijo estar tratándose con hidroxicloroquina, un antipalúdico que no es recomendado para tratar la enfermedad pero que tanto él como el estadounidense Donald Trump defienden.

«Estoy bien, tranquilo», afirmó a los medios presentes, dió varios pasos atrás y se quitó el barbijo para mostrar su rostro ante las cámaras. «La vida continúa. Vamos a cuidarnos, especialmente los más ancianos y quienes tienen alguna enfermedad que sea un factor de riesgo», instó, pero reiteró que los «efectos colaterales» del combate al virus no pueden ser «peores» que la propia enfermedad, en referencia a los daños a la economía por frenar la crisis sanitaria. 

El lunes informó que tenía 38 grados de fiebre y un alto porcentaje de oxígeno en sangre (96%), ambos síntomas compatibles con los de Covid-19. Por eso se sometió a un test en el Hospital de las Fuerzas Armadas y estaba esperando el resultado.

El jefe del Estado canceló su agenda para el resto de la semana, pero apenas unas horas antes de informar sobre sus síntomas había saludado a simpatizantes en el jardín del palacio presidencial de Planalto, un hábito del dirigente, que esta vez sí usó un barbijo.

Asimismo, este fin de semana Bolsonaro se reunió con el embajador de Estados Unidos en Brasilia, Todd Chapman, con motivo de haberse conmemorado el sábado el Día de la Independencia estadounidense, y ambos conversaron sin ponerse tapabocas.

Brasil es el segundo país del mundo con más casos y muertos por coronavirus, con más de 1,6 millones de contagios y más de 65 mil  fallecimientos. En ese contexto, Bolsonaro se convirtió en uno de los principales referentes internacionales de los sectores que niegan la gravedad de la pandemia y la efectividad de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este lunes, el mandatario vetó la ley destinada a hacer obligatorio el uso de barbijos en las cárceles, igual que hizo la semana pasada con la norma que imponía esa precaución en comercios, iglesias y escuelas, según la agencia de noticias EFE.