Con un giro que echa por tierra la tradición diplomática de Itamaraty, el gobierno de Jair Bolsonaro votó en la Asamblea General de Naciones Unidas a favor de Estados Unidos en el debate en que una abrumadora mayoría rechazó el bloqueo contra Cuba decretado en 1962 y que genera daños multimillonarios a la población de la isla.

No es que el resultado de la votación sorprendiera, porque desde que el ultraderechista ex capitán del Ejército brasileño llegó al Palacio del Planalto se suponía que podría torcer una tradición vigente desde que comenzó a tratarse la represalia estadounidense a la Revolución Cubana, hace 28 años. Pero hasta último momento se pensó que podría abstenerse, una postura intermedia que esta vez siguieron dos países.

Precisamente uno de los que eligió no votar fue Colombia, que también cambió una decisión histórica, de la mano de otro derechista, Iván Duque. También Ucrania prefirió abstenerse y dar una señal de apoyo a Donald Trump, que se puso como enemigo al gobierno cubano. En la última votación de la gestión de Barack Obama, Estados Unidos se había abstenido de votar, una movida insólita para una decisión que pretende decirle a Washington que abandone una política que se considera criminal.

Argentina, en tanto, se mantuvo fiel a su historia y fue parte de esas 187 naciones que sostiene que el bloqueo económico contra Cuba es anacrónico e inhumano.

Según estudios elaborados por el gobierno de la revolución, las pérdidas en dinero contante que causa el embargo supera los 138 mil millones de dólares. Ea medida no solo afecta el comercio con Estados Unidos, sino el turismo, el uso de la moneda estadounidense y hasta se entromete en decisiones de terceros países sobre emprendimientos en la isla.

Desde que Trump está en la Casa Blanca, a diferencia de Obama, que había iniciado el dialogo y reanudó relaciones, el bloqueo se incrementó. Además, puso en vigencia la totalidad de la Ley Helms-Burton, que permite iniciar juicios en EE UU por expropiaciones realizadas desde 1960.

En ese marco, descendientes y herederos de hoteles o empresas nacionalizadas y que nunca aceptaron la indemnización que ofrecía el gobierno cubano, abrieron procesos contra firmas españolas y canadienses.

La extensión llega incluso a plataformas como Booking y Trivago, que informan sobre alojamiento en hoteles por cuya propiedad se reclama en tribunales neoyorquinos.

Al mismo tiempo, el bloqueo impide y dificulta o encarece el acceso a medicamentos, aparatos médicos o alimentos no producidos en la isla. Y en el caso de las operaciones financieras, bancos de varios países ya fueron sancionados por haber realizado transacciones con instituciones cubanas.

El gobierno estadounidense «no esconde su propósito de asfixiar económicamente a Cuba e incrementar los daños, carencias y sufrimientos a nuestro pueblo», dijo el canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, ante la Asamblea. Al mismo tiempo, denunció «una escalada en la agresión contra Cuba» de la administraciónTrump.

 “El bloqueo viola también los derechos humanos y las libertades civiles de los ciudadanos estadounidenses a quienes limita, injusta y arbitrariamente, la libertad de viajar a Cuba, único destino prohibido para ellos en el mundo», culminó el diplomático cubano.

Hace un año, la resolución que reclamaba el fin del embargo contra Cuba fue apoyada en la ONU por 189 países y rechazada solo por Estados Unidos e Israel, esa vez, Ucrania y Moldavia se abstuvieron. Ahora, Brasil se sumó a los aliados incondicionales de Washington mientras que Colombia acompañó al país europeo.

«Cuba es un contribuyente activo a la inestabilidad regional» argumentó la embajadora estadounidense ante la ONU, Kelly Kraft. «Y «colabora con el régimen de (Nicolás) Maduro, perpetuando una crisis humanitaria y económica que se extiende más allá de las fronteras de Venezuela», completó