El gobierno de Brasil le comunicó a su par argentino su voluntad de firmar un acuerdo de libre comercio automotriz. De hecho, le avisó a la administración de Mauricio Macri que el proyecto de un tratado bilateral entre el Mercosur y la UE no prosperará si antes no se firma la libertad de intercambio de automóviles, según señaló este lunes en San Pablo el secretario de Desarrollo y Competitividad Industrial, del Ministerio de Industria, Comercio Exterior y Servicios de ese país, Igor Calvet.

El secretario confirmó que su gobierno y el argentino discutieron la semana pasada en Buenos Aires la posibilidad de acordar con el bloque europeo pero Calvet le planteó a la prensa de su país que no tiene sentido tener libre comercio entre los dos bloques si ese tipo de relación no existe dentro del Mercosur para el comercio de vehículos.

Las consideraciones de los brasileños: «Fueron cuestiones bien recibidas por Argentina», afirmó el funcionario del gobierno de Michel Temer. Tiempo intentó consultar al Ministerio de Producción pero no obtuvo respuesta. 

El funcionario vecino se manifestó en esos términos una semana después de haberse reunido con sus pares de Cambiemos, con quienes negoció el marco normativo que regula el comercio bilateral.

A propósito, aunque las importaciones de autos de Brasil tienen cada vez más peso en el mercado local y produjeron una acumulación de un déficit cercano a los mil millones de dólares, el gobierno estudia aumentar el tope acordado con el principal socio del Mercosur.

Lo reconoció ayer en Brasil el presidente de Volkswagen para la región, Pablo Di Si, quien consignó que los gobiernos de los dos países están negociando las reglas del acuerdo automotor vigente entre las partes, que establece que por cada dólar que Brasil recibe en exportaciones argentinas, este país puede recibir 1,5 dólares en importaciones brasileñas.

Aunque el acuerdo está vigente, desde la llegada de Cambiemos al poder las mayoría de las automotrices lo pasó por alto para aprovechar el negocio de las ventas en el mercado argentino.

Desde 2015, las empresas, que son las mismas de un lado y otro de la frontera, aprovecharon la caída del mercado brasileño y trasladaron la producción de ese país a este mercado, donde vendieron a niveles récord gracias a los fuertes descuentos y los planes de financiamiento que ofrecieron en condiciones muy convenientes para la demanda.

En ese contexto, sin intervención alguna del gobierno argentino, acumularon ventas inéditas a la par de una deuda cercana a los U$S 1.000 millones con el Estado nacional que, hasta donde se sabe, no se saldó, si bien el medio brasileño Agencia Estado destacó que las negociaciones con Brasil ocurren: “Un mes después de que el gobierno argentino comenzara a cobrar garantías de las empresas que no estaban respetando el flex”.

Este lunes los diarios brasileños recogieron declaraciones de Di Si en las que el empresario plantea la posibilidad que se amplíen los plazos del acuerdo comercial (Flex) que en principio vencía en 2020 y que se aumente el flex, es decir la cantidad de dólares que Brasil puede exportar a Argentina por cada dólar que recibe en importaciones desde este país.

“Ahora, el gobierno brasileño quiere elevar el flex y ampliar el plazo”, destacó Agencia Estado. Y agregó: “En opinión del presidente de Volkswagen (por Di Si) el nuevo flex debe estar entre 1,5 y 2, con la posibilidad de un aumento gradual cada año. Di Si afirmó que, si dependiera de él, el flex aumentaría cada año hasta llegar a 2 en 2030”, indicó la fuente.

En diálogo con periodistas brasileños, Di Si negó que las conversaciones para ampliar el flex sean una respuesta al desequilibrio comercial, no obstante reconoció que las garantías supuestamente cobradas por el gobierno argentino: “Son una forma de restringir el comercio”.

Volkswagen Argentina confirmó a este medio la veracidad de las declaraciones del alto ejecutivo automotriz y reconoció que “se está trabajando en un nuevo acuerdo destinado a la armonización de normas de ambos países”.