Parece a propósito pero no. Llegan a la entrevista de blanco y negro. «¡Somos un damero!», dice Juliana Gattas, la voz femenina de Miranda!, al reparar en la combinación que, aunque sin la gala, es similar a la de la portada de Fuerte, el último disco de la banda donde están vestidos de novios, provocadores, con las prendas habituales invertidas. 

A punto de presentar en vivo, el 24 y el 25 de mayo en el Teatro Ópera, sus nuevas canciones Juliana y Ale Sergi se ríen de la ¿casualidad? y de esa extraña forma de relacionarse que encontraron a lo largo de casi 15 años en los que artística y personalmente lograron sortear cualquier escollo y terminar de consolidarse como dúo –algo que se venía trasluciendo en los últimos años– tras la inesperada desvinculación de Nicolás «Monoto» Grimaldi, uno de los históricos del grupo. 

«Siempre quisimos ser una banda que se divertía tocando, que la pasaba bien», arranca Sergi intentando explicar las motivaciones inicialesy sigue: «Hicimos el grupo para salir a los lugares que nos gustaban. Cuando vimos que por diez años eso seguía pasando, sentimos la necesidad de hacerlo a otro nivel y empezamos a trabajar así desde Magistral (2011), Safarí (2014) y ahora Fuerte. Y encima lo que tiene Fuerte es que es el primer disco que sacamos en Sony y se suma gente nueva al proyecto. Es un lanzamiento realmente llamativo y pensamos que el disco tenía que ser lo más y mejor Miranda! posible».

Para Juliana los diez años de grupo también marcaron una bisagra. Ya no era solo subir al escenario del boliche donde iban a bailar. Lo que se estaba gestando un poco los pasaba por encima. «Estar diez años con la misma persona haciendo discos es importante y tuve una renovación, como un reseteo de energía y de entusiasmo. No estaba aburrida ni cansada ni nada, pero empecé a valorar con otra energía y con otro entusiasmo cada cosa. Creo que nos relajamos, nos dejamos de poner ansiosos, de preocuparnos tanto.»

–¿Qué cosas que antes los preocupaban ahora ya no tanto?

Juliana Gattas: –La madre de todas es el qué dirán, algo de lo que es muy importante deshacerse. Si bien tenemos muy en cuenta la mirada del otro, sobre todo la de nuestro público de hace mil años, a mí cada vez me importa menos lo que piensen de mí. Antes esa mirada me intimidaba.

–¿Quién sería ese otro: pares, público, crítica?

JG: –El que te está mirando cuando estás arriba del escenario, o te está escuchando cuando ponés la voz en un disco. Ahora puede ser que tenga más en cuenta a la gente que tengo cerca y a la que quiero. 

Ale Sergi: –Fue todo un aprendizaje de llegar a entender que cada gota de la lluvia cae donde tiene que caer. A veces, en un show, una canción no salía del todo bien o si teníamos algún problema yo me angustiaba mucho. A mí, todo lo que es el vivo cuando algo fallaba, en un principio, me amargaba. El grupo tuvo un ascenso bastante rápido y pasamos de tocar en bares muy pequeños a estadios y todo ese tiempo yo sentía que no estábamos a la altura y que estábamos medio corriendo atrás de nuestro propio suceso. Ahora si algo no sale del todo bien me preocupo, trato de que no vuelva a pasar, pero no me angustio tanto.

–¿Cómo surgió la idea de la estética del casamiento?

JG: –La boda en sí misma fue idea nuestra, pero la idea de casarnos fue de Alejandro Ros, que es quien se encarga del arte de tapa de nuestros discos. En este caso fue muy importante que ya tengamos el título del álbum porque eso a él le disparó esa imagen que nos pareció fabulosa. Esta tapa nos parece la mejor por la cantidad de lecturas que va teniendo la imagen, fuertísima, de nosotros casándonos, y cómo responde a la idea que tiene la gente de nosotros. Además el juego de roles también tiene que ver con lo musical ya que él siempre cantó más falsete y yo con voces más graves. 

–¿Cómo describirían hoy la escuela musical de Miranda! que, de alguna forma, los trajo hasta acá?

JG: –Michael Jackson’s school.

AS: –Mi adolescencia fueron los ’80, la explosión del rock bailable en la Argentina con Los Twist, Virus, Soda Stereo, Los Abuelos de la Nada, Viudas e Hijas… En un momento le decían rock divertido y había mucho prejuicio, como que era música plástica y sin contenido, lo cual es absolutamente falaz. Pero eso era lo que se discutía porque veníamos de la guitarra acústica y la canción mucho más densa o el jazz rock. Cada momento tuvo su validez, a mí me tocó ese y fue una explosión total darme cuenta de que no necesitaba escuchar música en inglés para bailar. Clics modernos fue una revelación total. Y Prince también, pero a partir de ellos. Cuando Charly y Fito dijeron «Estamos escuchando Prince», yo fui a ver qué pasaba y me partió la cabeza. Y a partir de Prince, Sly & the Family Stone y George Clinton y James Brown. Soy muy fanático de la música. Mi mamá escuchaba mucho bolero romántico, mi papá tango y folklore. Escuchábamos mucha música y veíamos poca tele. La opción era poner un disco y yo empecé a escucharlos, a comprarlos y a pedirlos desde los ocho, nueve años.

JG: –Mi escuela de radio. Yo escuchaba Aspen y Horizonte, me grababa las canciones y me armaba mis propios programas, me grababa a mí misma presentando las canciones. Me felicitaban mucho en la escuela porque hablaba inglés perfecto porque aprendía de fonética todas las canciones. Con el unplugged de Charly, que me llegó al corazón, empecé a escuchar rock nacional y de más grande jazz porque mi papá es fanático. A mí me gusta casi todo. Esa es mi virtud y mi problema. Me gusta mucho el cine, el teatro, la moda. Me fue bien cantando y me di cuenta de que lo hacía bien pero podría haber hecho otra cosa. Todavía pienso que si no me llama nadie voy a hacer mi propia película y la voy a actuar.

–Si viene alguien marciano y pregunta… ¿Qué es Miranda!?

AS: –Un grupo para desinhibirte. Está todo bien, marciano, sumate a la party.

JG: –Lo más probable es que si alguien viene de Marte lo conozcamos. «

Una banda que se lleva muy bien con el aquí y ahora

–¿Qué tiene que pasar para que sientan que hicieron un show increíble?

JG: –Por suerte, esto se volvió algo muy sólido, donde todos le ponemos mucha onda y amor. Nos adaptamos a millones de circunstancias diferentes, a veces trabajamos con las herramientas que necesitamos y a veces no, pero siempre aparece el espíritu de sacarlo adelante, de pasarlo bien. Nos gusta terminar un show y decir «qué bueno que estuvo». No es azaroso que un show salga bien, un poco sí, pero hay mucho trabajo. En el escenario pasan cosas mágicas, te despojás de sensaciones térmicas, si tenés fiebre no la sentís, es un microclima de felicidad con todos los sueños de todas las personas que estamos ahí juntos. Para nosotros, es una satisfacción subir a un escenario a hacer lo que nos gusta. 

AS: –Siempre damos lo mejor que podemos dar y usualmente el público es receptivo a eso y devuelve. Por suerte, contagiamos ese espíritu a todos los que trabajan con nosotros. Somos un equipo grande y todos están comprometidos con la excelencia. La tenemos que romper siempre, como sea, porque ese es el orgullo que nos da. Hay público, un escenario y un sonido y nos ha tocado estar acá.

Miranda! del otro lado del mostrador

Hace un par de años Miranda! aceptó el desafío de ponerse en el rol de jurado para Elegidos (Telefe) un reality donde cantantes amateurs concursaban por una grabación. Dice Juliana sobre esa experiencia: «A nosotros era a los que más nos costaba hacer críticas, porque todo nos parecía que podía servir para algo y esa apertura mental no nos permitía tanto estar en el rol de jurado. El más estricto era El Puma». 

Para Ale la clave estaba en ser auténticos. «Lo que a veces criticábamos un poco era la falta de personalidad, el miedo a mostrarse tal cual uno es, la pose. Además, al ser un programa de televisión, muchos músicos y cantantes que tienen más vínculo con el rock o con el underground solían renegar del medio. Ahí detectábamos a algunos de los concursantes que tenían como esa onda sobrando la situación y eso no nos caía bien. Si vos te creés que sos más que todos los que estamos acá, no vengas», dice y Juliana agrega: «Hubo uno que dijo que quería perder. ¡Al cabo que ni quería!» (risas).

¿Cuándo? 

Miranda! presenta Fuerte el 24 y el 25 de mayo en el Teatro Ópera, Corrientes 860.