La interrupción contractual del Fútbol para Todos, medida tomada por el gobierno, profundizó la crisis de los clubes argentinos, la mayoría de ellos dependientes de los ingresos por los derechos de televisación. Pero a pesar de la situación caótica, producto de décadas de endeudamientos, el presidente Mauricio Macri, una vez más, volvió a dejar en claro que el Estado no financiará el programa.

El Estado “no va a participar más en el programa Fútbol para Todos, no hay excepciones para nadie”, reconoció Macri, quien, a todo esto, aseguró que “el fútbol está en una crisis terminal”. En ese camino, pidió que “los clubes abandonen la oscuridad y se transformen en instituciones confiables, transparentes, creíbles y que contribuyan a construir esa Argentina que todos queremos”.

Macri, además, criticó a los dirigentes del fútbol argentino. “En vez de encarar el tema y ponerlo sobre la mesa, como hicimos los argentinos con los temas nacionales, siguen tratando de encontrar un atajo, un parche, y no toman las cosas con la suficiente seriedad”, dijo.

Esas palabras molestaron a Raúl Gámez, presidente de Vélez, quien salió con los tapones de punta. “Es un hijo de puta, un sinvergüenza, lo que hizo con el fútbol éste tipo pedante, soberbio, basura, del presidente de los argentinos no tiene perdón de Dios, es una basura total, un tipo del que tenemos que tener mucho cuidado. Quiero que le vaya bien, en otras cosas, como en el país”, admitió en Radio Télam.

Y, sin filtro, continuó: “Es un cachivache total, que deje el fútbol, porque es una vergüenza la presión que está haciendo en los clubes para que seamos más pobres y él sacarse el gusto de que saquen más plata sus amigos, haciendo sociedades anónimas», cerró.