El vuelo financiado por el empresario Eduardo Eurnekian, llevó a 240 familiares de caídos, entre ellos quienes lograron darle un giro al duelo que llevan hace 36 años, debido a la ansiada identificación de los restos de sus seres queridos.

La comitiva fue encabezada por el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, que se transformó en el primer secretario de Estado argentino en visitar las islas, pero dejó que el gobierno isleño le sellara su pasaporte, un gesto que desató polémica dentro del Palacio San Martín.

«Avruj es el secretario de Estado de un país que reclama la soberanía de las islas hace décadas, y cuando viaja se deja sellar el pasaporte por los kelpers, reconociendo en los hechos la jurisdicción inglesa», se lamentó una fuente diplomática consultada por Tiempo, que transmitió el malestar de un sector de la cancillería sobre la ausencia de recaudos adoptados por Avruj con tal de exhibir el viaje a Darwin como un éxito de su gestión.

Sin embargo, por fuera de las discusiones sobre la osadía de Avruj para capitalizar la identificación de las tumbas NN, en el Gobierno aseguran que la hoja de ruta del intercambio con Londres se encamina a continuar con los puntos previstos por la declaración conjunta firmada en septiembre de 2016, ratificada en diciembre de ese año y sutilmente administrada por Buenos Aires hasta que se hubiera concretado la mayor parte del trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense.