Con una pasión a prueba de cualquier barrera, la vida de la protagonista de estas líneas no supo de parates ni demoras anímicas en tiempos donde el mundo se encuentra casi en pausa. Inquieta como todos los estilos que abarca –flamenco, jazz, bolero, canción asiática, soul, reggae y más–, a la mallorquina Concha Buika se la escucha optimista en estos días, fundamentalmente por volver a su rutina como cantante que disfruta los shows en vivo.

Para eso nada mejor que volver a ofrecer conciertos, situación que intempestivamente se detuvo con la llegada de la pandemia desatada por el Covid-19, instancia que la sorprendió algunos días antes de salir a una extensa gira que iba a comenzar en marzo pasado. Su presentación de este sábado, entre otras cosas, le permitirá reencontrarse con el público argentino de la mano del Streaming World Tour. “Tenemos mucha magia con los fans de tu país. No sé el motivo, pero desde la primera vez que estuve en Buenos Aires hubo una conexión emocional”, confiesa la cantante desde Miami. “En teoría, en ese entonces tenía pensado quedarme solo una semanita en la Argentina y terminé permaneciendo allá casi hasta navidad porque me enamoré de la ciudad. Tuve una conexión brutal que no cambió con el tiempo”, destaca.

Para Buika, volver a encender motores artísticos es algo que la tiene expectante –su primer show del tour por streaming fue el 25 de julio–, más allá de no ser lo ideal que busca como consumada artista. “Hacer conciertos vía streaming es lo que tenemos hoy por hoy. Yo soy una artista que se preparó siempre para los shows en vivo, así que cuando todo se suspendió me quede agobiada, casi te diría que en shock. Luego entendí que esta manera de encuentro es una forma de paliar la añoranza que tengo, sobre todo porque hecho mucho de menos a la gente, a la tribu, a los periodistas. Una manera de poder seguir en contacto es dar estos conciertos, ya sea en directo u online, siempre es bonito. Esto será algo discreto, una petit reunión, pero lo bueno es que podremos interactuar juntos”.

Volver de esta forma online es algo que le tomó cierto tiempo a Buika, sobre todo por los pruritos que ella tenía para con estas transmisiones, ahora tan habituales. “Yo era muy reacia a todo eso del online porque me cuesta mucho lo de tener un personaje en la red. Me acuerdo que en la época del confinamiento hicimos una especie de experimento y salió tan bien cuando tocamos que me pareció divertidísimo. Yo no estaba acostumbrada a eso de cantarle a un teléfono (risas), así que para mí fue un shock y me ponía muy nerviosa. Luego la pasé muy bien y entonces pensé que podíamos hacer algo para todos, pero que sea bueno, bonito, con músicos. Por eso ahora lo ponemos de manifiesto con los músicos, así que ellos estarán en un mismo recinto, con todo listo, con la distancia adecuada y todo el rollo que se necesita para que sea seguro y muy bueno. Seremos en total tres personas al mando de todo”.

Sin develar mucho en favor del show del sábado, la española tira algunas pistas de por dónde pasarán las canciones. “Habrá un poco de lo que todos conocen con un repertorio que prometo será divertido. Serán de la partida algunas canciones nuevas que estoy preparando junto con improvisaciones y también las cosas a las que están acostumbradas las personas que me escuchan. Quienes me conocen saben que soy bien loca y que nunca se sabe (risas) qué puede pasar, porque yo puedo tener una lista de canciones en la cabeza, pero al conectarme con mi gente me pongo a cantar otras cosas y vuelvo medio loca a los músicos porque les hago preparar algo, pero en el show termino cambiándolo todo. Aunque bueno, eso también es estar vivo porque si no se siente el riesgo para mí no hay show. Necesito un poco de emoción porque es algo que me gusta”, se sincera.

Cualquier podría pensar que en el mundo de Buika un nuevo álbum está en camino, pero lo concreto es que ese formato es algo en lo que la cantante ya no está de acuerdo. “Con lo de los discos me volví un poco loca. No es que sienta que ya no hacen faltan, pero ya no sé qué es un disco ni qué representa en estos días. Lo que hago es un tema, lo saco y listo. Ya me liberé de esa presión porque ya no tengo edad para estar preocupada, así que lo mejor es sacar música y ya. No sé hacia dónde se fue la industria del disco pero sí hacia donde me he ido yo. Soy una persona que quiere hacer de todo, y con la posibilidad de publicar cosas en internet. No quiero pensar en formatos antiguos, aunque los respeto y sé que funcionan. Darle de comer a la industria es algo que cansa, así que yo me adapto a ciertas herramientas que conmigo funcionan bien. Hay elementos de la vieja industria que ya no me van bien ni por edad, ganas, ni ilusión. Soy una loca que eligió ser así, y los que elegimos esta forma de vivir no tenemos que jugar con el miedo, la tristeza y las inseguridades que te dan las compañías, que son hambrientos que siempre quieren más de una cosa a la vez. No se sacian ni revientan (risas). Soy de las personas o las artistas que se han liberado, y no sé si será para bien o para mal pero me liberé”. 

Buika

Streaming World Tour. Sábado 15 de agosto (14:30 hs) vía .

El estudio de grabación y la familia

Como a muchos artistas alrededor del mundo, la llegada de la pandemia implicó la suspensión de múltiples planes programados para desarrollar durante 2020. Pero Buika encontró su forma de no detenerse: “A mí la pandemia me agarró casi arriba de un avión. Recuerdo que estábamos con mi banda preparando todo para irnos de gira como siempre hacemos, pero se decretó que había que resguardarse y entonces nuestros planes fueron todos para atrás. A mí eso no me afectó en absoluto porque soy de las que pueden llamarse workaholic, me gusta lo que hago y si fuese por mí no pararía de trabajar jamás, ya que puedo meterme en el estudio y soy capaz de no salir en dos semanas acompañada de mis musas, trabajos, composiciones e ideas que sólo puedo desarrollar ahí. Así que el contexto de la pandemia me hizo desarrollar más de lo que hago habitualmente en mi casa. Compuse mucho durante este tiempo y no tuve un lapso libre como para pensar demasiado, salvo en protegerme seriamente de no contagiarme. Voy a contarte algo que puede ayudar a ver mi adicción al trabajo: resulta que hace un tiempo me había enamorado de un sillón grande, cómodo y de diseño que pude ver que vendían en Suecia, Noruega o por esos lados. Lo cierto es que era caro, pero ahorré, trabajé y finalmente luego de varios meses me lo trajeron a mi casa desde esa parte de Europa. Y aquí viene lo interesante porque desde que me lo trajeron jamás me he sentado en él todavía. ¿Puedes creerlo? Por suerte tengo una familia con dos niños y un compañero que me traen a tierra y me hacen trabajar algo menos, ya que tengo que dedicarme a otras cosas, como por ejemplo la familia (risas). Tenerlos a ellos me da la tranquilidad de que no voy a estar todo el día haciendo música, sobre todo porque me considero un animal de la música. No quiero dejar de ser eso jamás, o al menos serlo todo lo que el tiempo me lo permita”.