Acorazado Potemkin se ganó un lugar central en el under porteño desde Mugre (2011), su primer disco. No se trató de la nueva moda del momento, de una cuestión de raros peinados nuevos o de una combinación estrafalaria de ritmos exitosos. Hacía tiempo que una banda no se plantaba con un primer disco de tanto carácter y un estilo propio inmediatamente reconocible. Juan Pablo Fernández (ex Pequeña Orquesta Reincidentes), Federico Ghazarossian (ex Don Cornelio y la Zona, Los Visitantes y Me Darás Mil Hijos) y Luciano «Lulo» Esain (Valle de Muñecas, Motorama) establecieron las bases de una combinación singular de post punk, punk, pasión beatle, rock local, aires de arrabal y más. Pero no se trataba sólo de influencias. El trío demostró una enorme capacidad para articular angustia existencial y determinación, urgencia y capacidad de reflexión, oscuridad y belleza. Remolino (2014) confirmó que aquel primer disco no era el resultado del azar y el flamante Labios del río multiplica aciertos y gana en matices sin apelar a golpes de efecto.

El tercer álbum de Acorazado Potemkin ofrece múltiples revelaciones. Atrapa desde la primera escucha gracias al vértigo rock de «El Rosarino», el juego surf de «Flying Saucers» y el gancho sinuoso de «Sopa de alambre», por citar apenas algunos ejemplos. Pero una de las marcas de estilo de la banda es que muchas cosas pasan al mismo tiempo y resulta un placer descubrirlas. Tanto en lo musical como en las letras los desarrollos van mucho más allá de lo convencional y multiplican sus lecturas. La base de Esain (batería, coros) y Ghazarossian (bajo) es una de las más originales y determinantes de la escena y Fernández canta con fervor descarnado y crece día a día como guitarrista. El dolor abismal de «Hablar de vos» (que reúne a Juan Pablo y Mariano Fernández Bussi para cantarle a su hermano Santiago, quien murió en enero pasado), la imposibilidad amorosa de «Las Cajas» y el clima represivo de «Santo tomé» son otras gemas de un disco sin baches. Los invitados Mariana Päraway (voz) Elbi Olalla (piano), Christine Brebes (violín) y Juliana Moreno (flauta) suman colores y sorpresas.

–¿Cómo nació «Labios del río»? ¿Se impuso por la suma de canciones nuevas o se propusieron hacer un disco nuevo?

Federico Ghazarossian: –Hace más o menos un año ya teníamos algunas canciones. «El rosarino», «Haz de luz», «Mundo lego» y la versión de «Semilla de piedra» (Lila Downs) fueron las primeras y ya las tocábamos en vivo. Pero desde la mitad del año pasado empezamos a ensayar tres veces por semana con el objetivo del disco y se fueron sumando más canciones.

Juan Pablo Fernández: –Creo que fue más la segunda opción. Querés que las canciones se vayan juntando y se forme el disco solo. Pero después necesitás obligarte como una forma de laburo. Somos una banda independiente, ponemos nuestras propias reglas y tiempos. Decidimos que queríamos tener el tercer disco, planificamos el proceso y hasta cerramos la fecha de la presentación. Después nos dedicamos a hacerlo realidad. Fue una linda presión.

Luciano «Lulo» Esain: –Hay temas que los terminamos sobre el pucho, con la adrenalina del contrarreloj. También confiamos en eso. Me parece que suma un ingrediente más. Pensamos mucho, pero también nos interesa lo intuitivo.

–¿Buscaron un concepto general que uniera las canciones?

F.G.: –No en forma determinante o estricta. Sí nos preocupa mucho cada canción: tratamos de no repetirnos, queremos que sean interesantes desde la primera oída y que al mismo tiempo que tengan variantes.  

J.P.F.: –Cada tema se tiene que sostener por sí mismo. Ganar su instante de eternidad. Cuando tocamos nos metemos en una burbuja.

L.L.E: –Y queremos que a la gente le pase lo mismo. Que se meta en esas burbujas y en el viaje completo que es el disco o el show. 

–¿Cómo eligen los temas que no son de ustedes?

L.L.E: –Los temas nos eligen a nosotros (risas). «Semilla de piedra» (Lila Downs) es un tema que le gustaba mucho a Fede. Lo trajo a la sala y le encontramos la vuelta. Juan Pablo tocaba en casi todos los ensayos el riff de «Two of Us», de Los Beatles. Hasta que un día le fuimos sumando compases, la letra en castellano y quedó «Dos de nosotros». 

J.P.F.: –Con los temas de otros autores juega mucho lo lúdico. El tema tiene que estar bueno, pero es todavía más importante que nos lo podamos apropiar, que suene a Acorazado. Creo que lo logramos. 

–En «Mundo lego» (con letra en base a poemas de Josefina Saffioti) y “Semilla de piedra» (Lila Downs) cantás desde el punto de vista de una mujer. Pudiste haberlas adaptado, pero no lo hiciste.

J.P.F.: –Claro, ya lo habíamos hecho con otras versiones. Me parece que está buenísimo ponerse en el lugar de una mujer. Hay que reivindicar eso, no tenerle miedo. Cantar esos temas en su forma original obliga a pararse en otro lugar y eso es enriquecedor. 

–Tu forma de frasear es otra de las características distintivas de Acorazado Potemkin. 

J.P.F.: –Canto con un fraseo medio tanguero, me lo dice mucha gente. Evidentemente me voy a tener que hacer cargo. Y tiendo a los agudos, así que tuve que asumir que las voces graves a lo Leonard Cohen o Nick Cave no son lo mío. Trato de jugar con contrastes y matices. Pero esa búsqueda me vino más del rock que del tango. La dinámica de Black Rebel Motorcycle Club fue muy inspiradora en ese sentido.

–¿Los tiempos difíciles ayudan a la creatividad?

F.G.: –La vida cotidiana impacta en la música. La realidad social y política influye. Seguramente nos hace tocar con más bronca (risas).

L.L.E: –Nosotros sentimos que con nuestra música intervenimos la realidad. La nuestra, la de la gente que viene a los shows, la que escucha nuestros discos. ¿Para que tocamos? Llevado a un extremo, tocamos para cambiar el mundo. Al menos para cambiar la realidad inmediata de la vida de los que nos escuchan, sean muchos o pocos.

J.P.F.: Estos tiempos son tan difíciles que pueden hacer naufragar muchos proyectos porque la gente no tiene trabajo y no puede pagar entradas. O los músicos tienen que correr como locos para sobrevivir y no tienen tiempo para crear. Al mismo tiempo, me parece que hay más solidaridad entre bandas. Unimos esfuerzos para salir adelante y eso es bueno. «

-Acorazado Potemkin presenta «Labios del río» este viernes a las 20.30 en Niceto (Niceto Vega 5510). Grupo invitado: Altertango.