La primera semana de tratamiento formal del Presupuesto 2019 fue intensa. Todo parece indicar, pese a que no es el objetivo de la oposición dejar sin esta ley al oficialismo, que la tensión irá en aumento.

Las poco más de cuatro horas que el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, estuvo a merced de las preguntas de los integrantes de la Comisión de Presupuesto de la Cámara Baja fueron apenas una muestra de lo que será el trámite parlamentario. La oposición pondrá la pirotecnia, el oficialismo buscará los votos.

Uno de los hombres más experimentados de la bancada oficialista minimizó el accionar opositor. «Que ellos se queden con las cámaras, nosotros nos vamos a quedar con la ley», dijo minutos antes de comenzar el debate en Comisión.

Si bien, como anticipó este diario hace 15 días, el peronismo no piensa en dejar sin Presupuesto a Mauricio Macri en su último año de gobierno, no es menos cierto que el trámite no será fácil. Menos ahora que el propio ministro de Hacienda admitió que podría llegar una «ayuda extra» del FMI –entre 15 mil y 20 mil millones de dólares más–, lo que pone en jaque todo lo enviado al Parlamento el 15 de septiembre.

Lo cierto es que a la hora de sumar porotos, la Cámara Baja no aparece como un escollo en el mapa de Cambiemos. Con 107 legisladores propios el oficialismo necesita sólo 21 diputados más para lograr la media sanción. Algo que nadie pone en duda. Incluso desde la presidencia del bloque de Cambiemos arriesgan que cosecharán por los menos 135 votos. Esto sin contar las abstenciones y las ausencias.

Así las cosas, la mirada comienza a posarse, por lo menos desde los hombres fuertes del oficialismo, en el trámite del Senado. Por eso el viernes, el ministro del Interior Rogelio Frigerio fue al Senado y visitó al titular de la bancada de Argentina Federal en esa Cámara, Miguel Ángel Pichetto.

El Senado aguarda el envío de la adenda fiscal. Cambiemos espera convertirla en ley junto con la aprobación del Presupuesto en la Cámara de Diputados. Ese es el objetivo para el que trabaja Cambiemos por estos días, aunque todo dependerá del nivel de adhesión que finalmente coseche el documento entre los gobernadores de la oposición.

Estaba previsto que la adenda ingresara este viernes a la Cámara Alta, pero su envío se retrasó. El gobierno esperaba la firma de más gobernadores pero hasta ahora sólo 14 mandatarios provinciales estamparon su rúbrica, con el fin de sumarse a la compensación fiscal por el ajuste que sufrirán sus distritos.

Entre otras cosas, el texto oficial propone derogar las exenciones de Ganancias para empleados y funcionarios públicos; posponer la rebaja del impuesto a los sellos; e impulsar una rebaja en el impuesto a los bienes personales, subiendo la alícuota para las cuentas, sociedades e inmuebles en el exterior. Más allá del respaldo que puede tener el Presupuesto, que en algunos casos es sólo atribuible a una cuestión de formas, en el oficialismo entienden que en la adenda fiscal es donde se plasmará realmente el compromiso político con los gobernadores.

La bancada que lidera Federico Pinedo intentará aprobarla dentro de los próximos 20 días. La estrategia del oficialismo es que la norma pase a Diputados y sea sancionada con fuerza de ley el mismo día que la Cámara Baja se disponga a debatir la ley de leyes. El texto ya cuenta con el apoyo formal de los mandatarios oficialistas: María Eugenia Vidal (Buenos Aires), Alfredo Cornejo (Mendoza), Gerardo Morales (Jujuy), Gustavo Valdés (Corrientes), Alberto Weretilneck (Río Negro) y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta (CABA). Los opositores que se sumaron son: Juan Manuel Urtubey (Salta), Omar Gutiérrez (Neuquén), Domingo Peppo (Chaco), Hugo Passalacqua (Misiones), Sergio Uñac (San Juan), Juan Schiaretti (Córdoba), Gustavo Bordet (Entre Ríos) y Sergio Casas (La Rioja). «