Tras casi un siglo de prohibición, Canadá se convirtió este miércoles en el segundo país del mundo, después de Uruguay, en legalizar la marihuana recreativa, una reforma histórica celebrada con largas filas de clientes ansiosos pero recibida con cautela por los mercados.

Aunque en la provincia de Quebec, las tiendas de la estatal Sociedad de Cannabis Quebequense, la SQDC, abrieron a las 10 locales, los primeros clientes acamparon a sus puertas desde la noche anterior.

En Montreal, frente a la sucursal de la calle Sainte-Catherine, una de las principales avenidas de la ciudad, Mathieu, espera desde las tres de la mañana. «Es histórico, quería estar aquí».

Unas decenas de personas hacían la fila pacientemente desde el alba sobre la acera. En sus sillas plegables, varios mataban el tiempo fumando un porro.

«Hace tiempo que debió ser legalizada. Fumo desde que tengo 15 años, tengo 33 (…) Tengo 300 dólares en el bolsillo», agrega Mathieu.

Sebastian Bouzats, francés de Burdeos, vino «para vivir la experiencia y probar los sabores», reconociendo que «todos» tienen «hierba» en casa. «Los franceses vendrán todos a fumar aquí», predice.

Sin embargo, las compañías de cannabis reaccionaron débilmente a la entrada en vigor de la legalización en Canadá.

Poco después de la apertura, caían las empresas canadienses que cotizan en la Bolsa de Nueva York, Tilray (-6.14%), Canopy Growth (-5.87%) y Cronos (-8.59%), en un mercado cauteloso.

Los primeros clientes en Canadá habían comprado sus primeros gramos de cannabis «legal» desde la medianoche en Saint-Jean-de-Terre-Neuve (este). Desafiando el frío, Ian Power había llegado cuatro horas antes para «hacer historia». «Ha sido mi sueño ser la primera personas en comprar el primer gramo legal de cannabis en Canadá, y acá estoy finalmente», declaró a periodistas en el lugar. «Estoy tan emocionado, no puedo dejar de sonreír», dijo.

Tres años después de su elección, el gobierno liberal de Justin Trudeau materializó una de sus promesas de campaña y Canadá se convirtió en el primer país del G20 en legalizar la marihuana recreativa. Ya Uruguay lo hizo en 2013.

Estados Unidos, el consumo recreativo de la marihuana es legal en ocho estados -California se convirtió el 1 de enero de 2018 en el mayor mercado legal en el mundo- y la capital Washington. Otros países como España permiten el uso terapéutico de la droga.

La entrada en vigor de esta medida será escrutada tanto por los canadienses, que acudirán a las urnas dentro de un año para unas legislativas inciertas, como por los países aliados de Ottawa.

El gobierno permitió a cada provincia organizar el comercio de la hierba, por lo que hay distintos modelos en todo el país para un mercado valorado en unos 4.600 millones de dólares por año.

En los últimos días, la oposición conservadora ha multiplicado sus ataques contra la medida, que considera precipitada y con riesgos para la seguridad y la salud pública.

«Hace al menos dos años que trabajamos con los diferentes gobiernos», respondió el martes Trudeau, repitiendo que la legalización permitirá restringir el acceso de menores a esta droga y «sacar dinero de los bolsillos de las organizaciones criminales».

Este miércoles, el ministro de Salud Pública, Ralph Goodale, anunció un proyecto de amnistía para los consumidores condenados a penas leves por posesión de pequeñas cantidades de cannabis.

En su campaña electoral de 2015, Trudeau reconoció haber fumado algunas veces en el pasado. Pero el martes su oficina dijo a la AFP que «él no prevé comprar o consumir cannabis una vez que esté legalizado».

Según estadísticas oficiales, 16% de la población canadiense había fumado cannabis en 2017, una proporción superior a los fumadores de tabaco.

El 17 de octubre será una fecha histórica para muchos canadienses y decenas de fiestas están previstas en todo el territorio, en particular en Toronto y Montreal.

Miles de millones de dólares se han invertido en esta nueva industria en los últimos meses. La líder del mercado, Canopy Growth, aumentó 448% sus ganancias en un año.

Parece inevitable que los 120 productores autorizados actualmente no se vean superados por la demanda inmediata. Pero para Bill Blair, ministro a cargo de la reducción del crimen organizado, es previsible eliminar 25% del mercado negro de aquí a fin de 2018 y cerca de la mitad en el curso de un año.

«Muchas personas piensan que la legalización es un evento, pero es un proceso», declaró Blair a AFP. «Por casi un siglo los grupos criminales han controlado todo el mercado», recordó. «No van a desaparecer tranquilamente de la noche a la mañana», dijo asegurando que han ganado varios miles de millones de dólares cada año.

Según el ministerio de justicia, eliminar el mercado negro tomará al menos cuatro años.