Caravana es una obra de danza creada e interpretada por Amparo González Sola y Juan Onofri Barbato, quienes performatean en la escena del Cultural San Martín un viaje futurista del pasado. La obra cuenta con un largo trayecto iniciado en diferentes instituciones de Holanda y nuestro país, experiencia de viaje que anticipa en su propia historia el certificado de vuelo en las escenas de la luz (Matías Sendón) y el sudor que cae sobre los metales de sonido. Entre los tubos, las texturas se entrecruzan componiendo una pieza singular (con dramaturgia de Claudia Ganquín). Y el noqueo sobre el público irá reposteándose a medida que se sucedan las pistas.

El viaje performático es de sentido potencial, carece de palabras porque ruge un solo grito en toda la obra. Resulta difícil reponerlo sin metáfora, pero como toda abstracción abre los significados y el lugar del “pero” se tensiona en los cuerpos. Hay marcas de anclaje en los que el público, dispuesto alrededor de un ring de luz inicial, ve cuerpos que automatizan un entrenamiento, un ejercicio. Se escuchan trenes, martillos, sonido experimento-industrial (Ismael Pinkler) y se descubren sistemas nerviosos de luz sobre las ropas todavía no despojadas. 

La preparación hacia el viaje de Caravana lleva como destino la caverna. ¿Historia del fuego? ¿Origen de la sombra humana en el futuro? ¿Futuro imperfecto? El sistema de luz performatea en la escena como un cuerpo más, es el tercer sujeto sobre el cual los performers se rearman o descomponen. Es absurdo decir que la luz se electrocuta a sí misma, pero no tanto. Así se ve, se descompone y vuelve a nacer. El impacto brilla en un esquema de materiales como el papel metalizado, las pieles, las plumas, el látigo encuerado que bordearán los desnudos. Tanto González Sola como Onofri Barbato magnetizan en su silencio o su estatismo las manifestaciones, las señales conductoras del sentido de su coreografía. 

Caravana o caverna de ruidos y de sombras maximizan la escena del vacío de palabras a través de movimientos regulados por la velocidad. Temblores o bestializaciones hacen abrir los ojos, regulando los latidos. Todo radar percibirá que los sentidos se ponen en juego para la demolición de la experiencia conocida. Y aunque exista la amenaza y el castigo entre y sobre los cuerpos, la performance fluye con el artefacto, el riel de luz para que la obra del fuego logre lo imposible y desplace la materia. La emoción se (a)sienta muy cerca de la piedra filosofal danzada.

Ficha técnico artística

Coreografía y dirección: Amparo González Sola & Juan Onofri Barbato
Elenco: Amparo González Sola, Juan Onofri Barbato / Rakhal Herrero
Dramaturgista: Claudia Ganquín
Música y diseño sonoro: Ismael Pinkler
Espacio e iluminación: Matías Sendón
Vestuario: Belén Parra
Fotografía: Sebastián Arpesella
Video: Soledad Rodríguez
Asistencia de dirección y producción Carolina Stegmayer

En: el Cultural San Martín – Sarmiento 1551
Funciones: Jueves y viernes de agosto y septiembre > 21h
Espacio Sala A
Entrada $130