La crisis del consumo sumó nuevas y fuertes caídas en el ámbito de los supermercados, que en septiembre vendieron un 7,9% menos que en el mismo mes del año pasado. A la par, los autoservicios mayoristas, que en el inicio del gobierno de Mauricio Macri aparecieron como una alternativa para los consumidores de clase media, sufrieron un derrumbe de 15,4 por ciento en el mismo mes, según la medición oficial del INDEC.  

La denominada Encuesta de Supermercados y Autoservicios Mayoristas arrojó valores que sintonizan con la caída de la economía en general y con el retroceso del poder adquisitivo en particular.

El viernes el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) exhibió una caída del 5,8% interanual en el noveno mes del año en un complejo panorama en el que resaltó el retroceso de la capacidad de compra de los asalariados. “La pérdida de dinamismo del mercado interno, ante el menor poder adquisitivo y el pico de inflación de septiembre, impactó en las decisiones de consumo y postergó las de inversión: la industria, la construcción, el comercio y el transporte, entre otros, evidenciaron una caída”, enumeró la fuente con detalles que le dan forma al cuadro recesivo.

El mismo día el Ministerio de Producción reconoció en su Monitor de la Economía Real que “el traslado a precios de la suba del tipo de cambio impactó en el poder adquisitivo, mientras que también se incrementaron los costos de financiamiento”, lo que retrajo también el consumo por medio de las tarjetas de crédito.

En el ámbito de los mayoristas, que en los últimos años habían despuntado como alternativas para la clase de media frente al constante aumento de los canales minoristas, también se apreció una suba importante de los precios y en consecuencia un retroceso de las ventas que quedó de  manifiesto en el indicador oficial.

La caída de las ventas en supermercados minoristas y mayoristas acompaña la tendencia del consumo en general. Según los analistas de sector, los consumidores compran menos por la pauperización del salario pero además resignan calidad en forma sostenida, una degradación del consumo que se expresa en la cada vez más habitual opción por las segundas y las terceras marcas.