El miércoles 3 de mayo de 1999, el coronel José Ignacio Saravia Day, salió de la Cámara Federal de La Plata caminando libremente, como había entrado. Había sido citado para una audiencia del Juicio por la Verdad de La Plata, que no tenían consecuencias penales, para que diera explicaciones por la desaparición en la dictadura del conscripto del Regimiento de Granaderos a Caballo, José David Aleksoski. Ese día negó a declarar. Dieciocho años más tarde, el ex militar fue atrapado por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) en una finca de las afueras de San Salvador de Jujuy, después de pasar tres años prófugo de la justicia platense. Está acusado por esa desaparición y otros dos casos.

En plena vigencia de las leyes de impunidad, Saravia Day se negó a aportar información de Aleksosky, un conscripto desaparecido luego de que el coronel, por entonces su superior directo en el Regimiento, lo enviara a hacer una diligencia. En aquella audiencia estaban los hermanos de la víctima, Zivana y Lázaro Aleksosky, con quien tuvo un fugaz cruce. “Usted es una basura”, le espetó aquella vez el hermano del desaparecido al militar, cuando culminó el debate. “No, soy teniente coronel”, respondió el militar. Aleksosky aceptó la respuesta y se corrigió: “Teniente coronel basura”.

Saravia Day, de 71 años, fue localizado y capturado en una casa situada en una zona semirural, ubicada a unos ocho kilómetros al norte de la capital jujeña. Estaba prófugo desde hace más de tres años de la justicia federal de La Plata, donde se lo acusa por la desaparición del conscripto Aleksoski en 1976 y por el secuestro y las torturas que sufrieron otros dos soldados que finalmente recuperaron la libertad, mientras cumplían el Servicio Militar Obligatorio en el Regimiento de Granaderos a Caballo.

La Policía allanó el domicilio luego de ubicar al represor con la intervención de los teléfonos de su entorno solicitado por el juez platense Ernesto Kreplak. La detención había sido solicitada por la Unidad Fiscal de La Plata integrada por Marcelo Molina, Hernán Schapiro y el fiscal ad hoc, Juan Martín Nogueira, que había imputado al prófugo en 2007 por entregar a los conscriptos a personal de las mismas fuerzas armadas que los secuestraron y finalmente confinaron en centros clandestinos de detención. En 2014, el fallecido juez federal platense Humberto Manuel Blanco ordenó la captura, pero cuando la Policía fue a buscarlo no lo encontraron. Desde entonces, se dispuso su búsqueda nacional e internacional.

Saravia Day está imputado como partícipe necesario de la privación ilegal de la libertad, las torturas y el homicidio de Aleksoski y por la privación ilegal de la libertad y los secuestros de otros dos conscriptos que lograron sobrevivir. Está acusado de entregarlos.

José David Aleksoski, oriundo de Bahía Blanca, estudiaba Arquitectura en La Plata cuando fue sorteado para el Servicio Militar Obligatorio e ingresó, en febrero de 1976, a realizar la conscripción en el Regimiento de Granaderos a Caballo. En la semana del 22 de octubre de ese año fue visto por última vez en libertad, cuando asistió a la Quinta Presidencial de Olivos para realizar la guardia.

Ese día recibió un llamado de su jefe, el entonces teniente José Ignacio Saravia Day, quien le ordenó que se presentara en el Regimiento para realizar un diligencia. El testigo desaparecido en 2006, Jorge Julio López contó que estuvo secuestrado con Aleksoski en la comisaría 5ta de La Plata, que funcionó como un centro clandestino de detención del Circuito Camps.

Por el testimonio de su hermano Lázaro Aleksoski, el desaparecido fue interceptado por una patota que se movía en Torino, un Ford Falcon y otro auto, quienes lo secuestraron. Desde el Regimiento de Granaderos le comunicaron a su novia que había desertado.

El paso de Aleksoski por la Comisaría 5ª fue acreditado por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°1 de La Plata en la sentencia del juicio por el «Circuito Camps», realizado en 2012, en el que fueron condenados una veintena de imputados.