El cepo al dólar y las políticas de Estado son las dos caras de la posible recuperación de la construcción.

La caída del sector volvió a agravarse en septiembre, según el último informe del Indec. Pero lo más preocupante del estudio es que los empresarios constructores ven que el panorama seguirá siendo negativo. El 58,7% de los que realizan obras privadas cree que la actividad volverá a caer en el último trimestre del año. En tanto, el 77,9% de los que desarrollan obra pública coincidieron en la proyección negativa a futuro.

Pedro Brandi, presidente del Grupo Construya -que agrupa a once empresas líderes del sector-, contó a Tiempo que su expectativa es una pronta recuperación: «No vemos una caída a largo plazo. Creemos que habrá una reactivación, de cara a marzo, ligada al cepo cambiario.»

Brandi analizó que «habrá cepo para rato y esto puede beneficiar a la construcción de manera indirecta. La construcción ha sido siempre un buen refugio de valor y el cepo hace que la gente disponga de pesos. Esto se va a volcar al consumo y también a la construcción. Así lo vimos en el último año y medio del segundo gobierno de Cristina (Fernández de Kirchner) y creemos que se va a repetir mientras dure el cepo».

Para Brandi, en la actualidad, «la gente está detenida a observar el panorama e invertir en construcción tiene muchos obstáculos», pero «el cepo otorga también una estabilidad cambiaria y el dólar ya está lo suficientemente alto». Esto «hará que la gente se vuelque a otras opciones».

Con respecto a los tiempos, Brandi especuló: «Es difícil que se arranque un proyecto hacia fin de año. Normalmente, estas decisiones se toman a principio de año. Por tanto, de acá hasta marzo es probable que no haya grandes movimientos».

En el sector privado, «se reactivará la autoconstrucción, ampliaciones, refacciones, cosas que están paralizadas». En cuanto a la obra pública, «creemos que no va a haber grandes movimientos a nivel nacional porque no hay recursos, pero es distinto a nivel provincial y municipal, que están un poco mejor y pueden hacer obras chicas», finalizó.

El economista Mariano Kestelboim es también relativamente optimista en cuanto a la recuperación de la construcción, pero no ve que el cepo pueda llegar colaborar. Para él, la clave estará en las políticas de Estado.

«Parte de la caída actual se explica por el golpe devaluatorio de agosto. La prohibición para comprar dólares agrava el panorama. No habrá una salida rápida, pero tampoco se extenderá por todo el año que viene. Desde mediados del año próximo, notaremos una recuperación, motorizada por los sectores productivos, entre ellos el de la construcción. A esa altura del 2020, van a empezar a surtir efectos las políticas económicas que se adopten en ese sentido», apuntó.

El economista comparó: «En 2001, la construcción fue el sector que lideró la recuperación; en segundo lugar, estuvo la industria y en ambos casos se empezó a notar en el segundo semestre de 2002. Con políticas económicas que tiendan a promover la actividad productiva -en lugar de los negocios financieros-, habrá una posibilidad de que se produzca una recuperación, quizás no tan fuerte como la de 2002, pero sí importante».

Con respecto al rol del cepo cambiario, opinó: «No me parece que sea la clave de la recuperación. Habrá ahorristas que no sabrán qué hacer con los pesos y se volcarán a la construcción, pero el saldo neto es negativo porque el cepo complica el negocio inmobiliario, que está atado a la construcción. No lo veo por ese lado». En cambio, «sí me parece que el próximo gobierno va a estimular el crecimiento de la economía» sobre todo «favoreciendo con políticas económicas específicas a los sectores no tan demandantes de divisas». El sector de la construcción «no es muy demandante y, además, es un gran generador de empleo». Por todo eso «creo que la recuperación vendrá por el lado de las políticas de Estado».

En septiembre de 2019, la actividad de la construcción (Isac-Indec) mostró una caída del 8,5% con respecto a igual mes de 2018; del 6,5% respecto al mes anterior, y del 8% en los primeros nueve meses del año respecto a igual período de 2018.