A las 16 de este martes en Chivilcoy cerró sus puertas la empresa Paquetá, proveedora de la multinacional Adidas, afectada por las importaciones y la caída del mercado interno.

El cierre dejó el penoso saldo de 600 despedidos que pasaron a  engrosar la lista de desempleados industriales. En diciembre de 2015 la compañía empleaba a 840 trabajadores.  

Al cierre de esta nota los trabajadores realizaban un acto en el centro de Chivilcoy para visibilizar la situación de las familias en un contexto de cierres de empresas productivas y poca inversión en materia de obra pública.  

El delegado del Sindicato del Calzado, Juan López, contó que los primeros indicios del cierre se vieron en agosto pasado, cuando la empresa le cortó al gremio el acceso a la información de la planta.

Los trabajadores se movilizaron para tratar el tema y fueron recibidos por las autoridades nacionales que recibieron la inquietud pero no aportaron soluciones.

“La industria del calzado venía complicada por las importaciones y la caída del consumo, así que cuando supimos de la crisis de la producción no nos extrañó”, expresó López en diálogo con Tiempo.

Además de las entrevistas con el gobierno el personal organizó una marcha con la Mesa de Unidad Sindical y otras medidas como cortes del tránsito en la Ruta 5 pero los resultados fueron nulos. Dentro de la fábrica lanzaron quites de colaboración y otras medidas de protesta, especialmente después de que se supo que Paquetá escondía información sobre el proceso productivo al que habitualmente el gremio accedía.

El delegado contó que la noticia del cierre se informó en octubre. “Pero el cierre del Paquetá no va a ser el último del calzado porque la purga de fábricas es constante. Hoy nos enteramos de que hay otros 180 trabajadores despedidos en Daff (una proveedora de Nike establecida en Misiones)” y que los empleados se enteraron en la puerta de la empresa.

En Chivilcoy el cierre de la fábrica dejó un sentimiento de pesar que tardará en disiparse. “Hay que ver lo que es la angustia de los compañeros y de la ciudad frente al cierre de esta fábrica, que va a ser un antes y un después” lamentó López.

La empresa pagó el 140% de indemnización a todos los empleados que aceptaron el retiro voluntario en el último mes y medio. El último intento de frenar el cierre por la vía política fue a mediados de octubre con una serie de reuniones la intendencia local, concejales, referentes del gobierno y de la empresa, además de la propia Adidas.

Pero el futuro laboral de los despedidos es una enorme incógnita. “Hoy no tienen ningún tipo de posibilidad de reinsertarse en el mercado laboral en Chivilcoy. No hay puestos, ni empresas que estén incorporando”, señaló el delegado. La mayor expectativa está puesta en una posible llegada de inversiones chinas para desarrollar la Autovía de la Ruta 5 y a la par se espera el desembarco de una fábrica de construcción de viviendas pero nada que trascienda el límite de la especulación.

En cuanto a los proveedores de Adidas, la multinacional tiene todavía una fábrica en Coronel Suárez, provincia de Buenos Aires, pero también viene aplicando un ajuste que ya dejó en la calle a más de dos mil trabajadores del calzado.