Que Chile necesita una nueva constitución para terminar de enterrar esa que en 1980 consolidó el modelo neoliberal no es novedad. El resultado del plebiscito de este domingo muestra a las claras el amplio consenso para que la democracia chilena se dicte una Carta Magna sin tutelaje de las Fuerzas Armadas. Lo novedoso es que esta “ley de leyes” será escrita por igual cantidad de hombres que de mujeres. En un país forjado a sablazos desde 1973, ese detalle no es menor.

Los movimientos feministas que protagonizaron las manifestaciones que comenzaron hace justo un año están en posición de lograr que los principios rectores de la futura Constitución tengan una fuerte perspectiva de género, atendiendo a que, como dice Valentina Olivares Grey, militante feminista, “las mujeres y los cuerpos feminizados recibimos el doble o el triple de castigo” en una sociedad tan desigual como la chilena. Ahora el desafío es que cada uno de esos 78 asientos en la constituyente de 155 integrantes incorpore definitivamente ese mandato en la nueva normativa que se votará en abril de 2021.

Los temas en danza, a nivel superficial, van desde el acceso al aborto seguro, la paridad en la representación en el Congreso o los derechos de la comunidad LGBT. Pero buceando un poco más profundo, hay otras cuestiones fundamentales.

Olivares Gray integra la Asamblea Plurinacional Feminista y desde ese lugar sostiene ante Tiempo que en la futura Cartas Magna el tema de agenda primordial es “el derecho a una vida libre de violencia, porque es el que nos permite seguir vivas para conversar”.

Otro cuerpo de demandas, detalla, se relaciona con garantizar “un mínimo de dignidad en las condiciones de vida y de la población en general”. Esto implica “el reconocimiento del trabajo de cuidados, no solo de manera simbólica sino para reconocerlo como un trabajo”. El tema tiene su peso ya que la nueva constitución tirará por la borda el corset neoliberal que impuso la dictadura, por lo tanto el Estado pasará de ser subsidiario a ser garante, y las mujeres “deben contar con un sistema de seguridad social universal que incluya criterios de género, que reconozca las desigualdades que hay entre mujeres y varones”. 

Otra cuestión que no deberá soslayarse en el futuro ordenamiento legal chileno, dice Olivares Gray, es lo que ocurre en las llamadas “zonas de sacrificio”. En regiones donde se extiende el modelo extractivista “las mujeres han avanzado en muchas formas de organización y resistencia para hacer frente a la devastación que allí se genera a nivel ambiental y humano”.

En esos territorios se ven escuelas que cierran, “niños que se envenenan, familias que se quedan sin fuentes de trabajo y de ingreso y que se enferman de por vida”. Las mujeres son las que salen a enfrentar esta calamidad. Allí es justamente donde la aprobación sacó los mayores porcentajes del país este domingo, en algunos casos con cerca del 90%, recuerda Olivares Grey.

Colectivos feministas que militaron esta iniciativa chilena mostraron su alegría en las redes por el rotundo resultado a nivel nacional de este domingo.

Fronteras afuera de Chile, este Constitución paritaria fue celebrada en todo el mundo La ex senadora colombiana Piedad Córdoba celebró también que habrá también participación de pueblos originarios en la redacción.
También desde Colombia, el excandidato presidencial Gustavo Petro festejó el resultado.
Desde Argentina, Delfina Rossi, directora del Banco Ciudad, unió la lucha de las mujeres chilenas a la lucha por la reconstrucción de la Patria Grande.
Mercedes D´Alessandro, Directora Nacional de Economía, Igualdad y Género, sosteiene a su vez que la salida a la crisis es con mas feminismo.