“Por primera vez los chilenos tendremos la posibilidad de redactar una Constitución que termine con la creada por la dictadura militar para perpetuar a Pinochet en el poder”, dice Francisco Martorell, director de la revista El Periodista. Aclara: “Fue creada en 1980, y ratificada por un plebiscito fraudulento. Senadores designados por instituciones marcadas por los militares, como la Contraloría General de la República, eran cogobernantes con quienes ganaran la presidencia en la transición”. Este modelo, si bien tuvo reformas desde la recuperación de la democracia, “sigue siendo ilegítima en su origen”.

Como consecuencia del histórico estallido del año pasado, el próximo 25 de octubre la ciudadanía tiene la oportunidad de decidir si prefiere “una asamblea mixta, con personas elegidas y otros que vengan del Parlamento, o una convención completamente elegida por la ciudadanía para que se dedique por un año a realizar una nueva Constitución”. 

En caso de aprobar una nueva Carta Magna, “vamos a partir de una hoja en blanco”, sostiene Martorell, quien es también panelista en radio La Clave. Según le indica su “olfato político”, dijo, ganará la opción de una constituyente nueva por “el desprestigio de la clase política”.

Sin embargo, no todos están a favor de aprobar el plebiscito. “Se dice que Chile podría vivir un proceso destituyente el 25 de octubre. Es decir, si el triunfo del ‘apruebo’ es muy amplio, muchos sectores pueden verlo como un plebiscito sobre el gobierno actual”, dijo Martorell.

La campaña se desarrolla a pocos del día del primer aniversario de las masivas protestas de octubre, por lo que se esperan movilizaciones. “La ciudadanía no quiere que se repitan las acciones violentas del 18 de octubre ni que se enturbie el proceso”, remarcó.

“Es un plebiscito voluntario y hay sectores que apuestan a que vaya menos gente, para que se produzca una especie de empate. Pero Chile tiene que encontrar una manera de no agigantar la grieta”, afirmó el periodista. 

Chile tendrá posteriormente otras seis elecciones en casi un año y medio. “Deberemos elegir gobernadores, renovar las alcaldías, elegir al presidente, a diputados y senadores, y en abril próximo a los constituyentes. Cuando terminemos de hacer el proceso, y se redacte la Constitución, tendremos que ratificarla”.  Un intenso calendario para terminar con los vestigios del pinochetismo.