A días de cumplirse un nuevo aniversario del ataque de una patota a la redacción de Tiempo Argentino, el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Comercial N°23, Secretaría N° 46, citó a Juan Mariano Martínez Rojas para que dé las explicaciones del caso. A fines de abril, el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi había procesado al defraudador y al resto de los violentos por los delitos de «usurpación, daño, interrupción de la comunicación y robo», y ordenó embargos de hasta 8 millones de pesos, incluyendo al comisario de la Policía Federal Jorge Guillermo Azzolina.

A través de un oficio librado con fecha 13 de junio, se intimó a Martínez Rojas a presentarse en la audiencia fijada «para el día 14 de agosto de 2019 a las 10:00 horas».

De acuerdo al procesamiento de Martínez de Giorgi, además del vaciador de Tiempo Argentino y Radio América, Juan Carlos Blander, Gabriel Martín Moraut, Henry Omar Castro Vargas, Carlos Alberto Ruiz Díaz, Carlos Roberto Antivero, Marcelo Mauricio Caña, Pablo Javier Batista, Diego Javier Chaves, Esteban Oscar Díaz, Rodrigo Ezequiel Roldan, Juan Carlos Moreno, Ovidio Leonardo Ramírez, Omar Osvaldo Ontivero, Alejandro Agustín Marostica Spahn y Juan Zacarías Sosa «invadieron el inmueble sito en la calle Amenábar 23 de esta Ciudad, violentando los cerrojos de acceso y cambiando las cerraduras, y expulsaron de su interior a Norma Fernández, Gabriel Agüero y Nahuel De Lima, despojando de tal modo a los trabajadores de la Cooperativa de Trabajo Por Más Tiempo Limitada de la posesión del mismo».

«El despojo –añade la resolución, de unas 80 páginas– fue cometido mediante violencia y amenazas dirigidas a los nombrados Fernández, Agüero y De Lima que se encontraban en el momento de la intrusión cumpliendo funciones laborales dentro del inmueble, a quienes profirieron frases tales como ‘tomátelas, tomátelas por las buenas o si no te vas a tener que ir por las malas’, ‘bájese que se va’ y ‘andáte a la mierda’ las cuales resultaron intimidantes para los nombrados.»

Aquella madrugada del 4 de julio de 2016, la redacción de Tiempo fue escenario del peor ataque a un medio de comunicación en la Argentina desde el regreso de la democracia. «