El exdirector del FBI James Comey acusó este jueves al gobierno de Donald Trump, en una esperada comparecencia en el Senado, de haber mentido sobre él y sobre su despido del organismo cuando investigaba la presunta interferencia de Rusia en las elecciones de 2016, y consideró que fue despedido por la manera en que estaba gestionando la investigación.

«No sé por qué fui despedido. Tomo al presidente por su palabra de que fui despedido por la forma en la que dirigía la investigación rusa y la presión que esto ejercía sobre él», afirmó Comey ante el Comité de Inteligencia del Senado.

Esta comparecencia ocurre un día después de que reveló sus charlas con Trump, en un escrito de siete páginas en el que queda claro que el mandatario habría presionado a Comey para dejara la investigación sobre la trama rusa, lo que refuerza las sospechas de los lazos entre la campaña del magnate y Rusia para influir en los comicios.

En una de las audiencias más esperadas en años, se supone que el exdirector del FBI detallará una serie de conversaciones «preocupantes» con el presidente Trump. El testimonio, la primera declaración pública de Comey desde su despido, el 9 de mayo, vuelve a poner la atención sobre un gobierno que desde hace meses no logra despejar las dudas acerca de sus oscuros vínculos con Rusia y su respeto de la independencia de los organismos de seguridad.
La comparecencia es seguida con mucha expectación en el país, pues puede sentar las bases de un posible proceso de «impeachment» o juicio político en el futuro por posible obstrucción a la Justicia.

Ante la comisión de Inteligencia del Senado, Comey contó que Trump le pidió lealtad y le preguntó qué se podía hacer para que «dejara pasar» las investigaciones sobre su exasesor de seguridad nacional Michael Flynn, quien tuvo que renunciar en febrero por sus nexos con Rusia.

El texto preparado para la esperada intervención de Comey había sido revelado ayer por la propia comisión y recoge con sumo detalle los encuentros y las conversaciones telefónicas que el exdirector del FBI mantuvo con el mandatario hasta que este lo cesó de forma fulminante.

Trump despidió de manera inesperada al funcionario hace un mes, lo que despertó una fuerte polémica, ya que muchos lo interpretaron como un intento de frenar las pesquisas de Comey sobre los vínculos entre la campaña del magnate y el gobierno ruso para influir en los comicios presidenciales del año pasado.

Tras su cese, las comisiones del Congreso que investigan el papel del Kremlin en las elecciones de noviembre pasado solicitaron a Comey que testificara a puerta cerrada, algo a lo que este se negó, pidiendo que fuera en público.

«Espero que puedas ver claro el camino para dejar pasar esto, para dejar que Flynn se vaya. Él es un buen tipo», le dijo Trump a Comey, según las notas que redactó tras uno de sus encuentros a solas.

Asimismo, el exdirector del FBI confirma que en reiteradas ocasiones le dijo al presidente que él no estaba siendo investigado personalmente sobre esta trama, informó la agencia de noticias EFE.

Se espera además que Comey detallará cómo el mandatario le invitó poco después de tomar posesión, en enero, a una cena en la Casa Blanca en la que parecía que iba a haber más asistentes y que acabó siendo sólo entre ellos, en la que el magnate le preguntó si deseaba seguir al frente del FBI.

«Empezó preguntándome si quería seguir siendo el director del FBI, cosa que me pareció extraña porque ya me había dicho dos veces en conversaciones anteriores que esperaba que me quedara, y le había asegurado que tenía la intención de hacerlo. Dijo que a mucha gente le gustaba mi trabajo y, dada la presión que había tenido durante el año anterior, él entendería si yo quería irme», escribió Comey.

«Mis instintos me dijeron que el encuentro cara a cara y la pretensión de que nuestra primera discusión fuera sobre mi puesto, significaba que la cena era, al menos en parte, un esfuerzo para que yo le rogara por mi trabajo y crear algún tipo de relación de clientelismo. Eso me preocupó mucho, dada la posición tradicional del FBI de independencia del Poder Ejecutivo», agregó.

Comey, según sus anotaciones, reiteró a Trump su deseo de cumplir su mandato de diez años al frente de la policía federal, cargo al que accedió en 2013, y le aseguró que «siempre podría contar» con su «honestidad» y para decirle la verdad.

«Momentos más tarde, el presidente dijo: ‘Necesito lealtad, espero lealtad’. No me moví, hablé, ni cambié mi expresión facial de ninguna manera durante el incómodo silencio que siguió. Nos miramos simplemente en silencio. La conversación siguió adelante, pero volvió al tema cerca del final de nuestra cena», aseguró.

El exdirector del FBI explica además que después del primer encuentro decidió tomar nota de sus conversaciones con el mandatario y notificárselo al liderazgo del FBI, textos que han sido filtrado a varios medios, pero que Comey no había confirmado públicamente.

Comey asegura que revisó el asunto con la cúpula del FBI, que no tenía intención de acatar la solicitud del presidente sobre Flynn, y concluyeron que «dado que se trataba de una conversación cara a cara, no había manera de corroborar» su versión.

Con el testimonio revelado hoy, en la víspera de su comparecencia ante los senadores, el exdirector del FBI asegura también que «imploró» al fiscal general, Jeff Sessions, que no le dejara de nuevo solo con el presidente dado el cariz inapropiado que estaban tomando las conversaciones.

De corroborarse esta versión, Trump podría ser acusado de intento de obstrucción a la Justicia, violando la separación de poderes que ampara la Constitución estadounidense.