Experimentar en la voz de actores el miedo que transmiten los cuentos de Horacio Quiroga a través de Terror nocturno y compartir la exuberante naturaleza en la que vivió el escritor a través de las 22 fotos de Irupé Tentorio, misionera, tomadas en Peñón Teyú Cuaré (San Ignacio), Misiones, lugar de residencia e inspiración fundamental de la producción literaria de Quiroga. Estas fotos componen la muestra La impunidad de la Selva. Probar el sabor de la magdalena de Proust recreada por famosos chefs, recorrer el mundo de García Márquez con todos los sentidos…Éstas son algunas de las propuestas de la Dirección General del Libro, Bibliotecas y Promoción de la lectura que depende de la Subsecretaría de Políticas Culturales y Nuevas Audiencias del Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, cuyo director es Javier Martínez.

El homenaje a Quiroga a 80 años de su muerte se lazó, a las 19 en la Biblioteca Ricardo Güiraldes, Talcahuano 1261 y durará un mes. Se trata de una propuesta diferente para acercarse a este autor fundamental. “Queremos que las bibliotecas se conviertan en lugares de encuentro –dice Martínez- donde el libro tiene que seguir estando pero también tiene que haber otras plataformas como una gran biblioteca digital, los propios dispositivos que tienen los usuarios y demás. Aquí tenemos que generar la curiosidad por la lectura, por eso tenemos que tener una programación abierta que abarque muchas áreas de interés artístico. El homenaje a Horacio Quiroga que comienza mañana es un ejemplo, pero todos los homenajes que tenemos planificados apuntan en la misma dirección.”

“Tenemos a cargo el funcionamiento y el servicio que ofrecen las 29 bibliotecas públicas dependientes de la Ciudad –agrega- Son bibliotecas que figuran en red. Todas tienen un catálogo similar que es más bien recreativo. En total la colección es de 400.000 títulos. Estas 29 biblioteca funcionan en 26 edificios muy bien distribuidos por toda la ciudad. Hay biblioteca grandes como ésta en la que estamos, la Ricardo Güiraldes, bibliotecas medianas y pequeñas en una escala que va de los 15 metros cuadrados a las que tienen más de 500 como es el caso de la biblioteca Antonio Devoto o de la Martín del Barco Centenera que queda en el barrio de Monserrat. Los ejes de trabajo que tenemos en la Dirección del Libro son, por un lado, el servicio propio de las bibliotecas como es el de acceso al libro y a la información a través de éste. Pero, a su vez, es muy importante que los espacios estén actualizados, por lo que estamos realizando una tarea de puesta en valor de los edificios que son bastante antiguos, que tienen su valor patrimonial y son muy lindos desde el punto de vista arquitectónico pero no son funcionales. Por eso requieren de un trabajo de arquitectura y de mantenimiento. Eso es clave y es uno de los objetivos que nos pusimos en esta gestión porque creemos que si la biblioteca no ofrece la posibilidad de acceder a la información que brinda el libro en la biblioteca misma, los usuarios comienzan a desaparecer y lo que queremos es exactamente lo contrario.”
Por otra parte, señala cuál es el modelo que desea alcanzar desde la Dirección del Libro: “Queremos acompañar la tendencia mundial de que las bibliotecas van teniendo cada vez más participación y se van afianzando como grandes centros culturales y lugares de acceso a la información que no pierden protagonismo frente a otros lugares de la ciudad como un café que puede brindar accesibilidad vía internet. Por eso éstos son algunos de los componentes que están incorporando las bibliotecas de la ciudad de Buenos Aires para que no sólo se pueda acceder a la información a través del libro, sino que se pueda también acceder a ella a través del vínculo que se genera entre las personas, entre los usuarios. Aspiramos a que las bibliotecas se conviertan en lugares de encuentro, donde el libro tiene que seguir estando pero también tiene que haber otras plataformas como una gran biblioteca digital, los propios dispositivos que tienen los usuarios y demás. Para lograrlo capacitamos al personal porque es fundamental que el bibliotecario sea un mediador de la lectura, una persona que genere entusiasmo e intereses por nuevos temas. Esta línea de capacitación tiene  de fondo un programa de la UNESCO, el CERLALC, que se llama Iberbibliotecas y que agrupa a las redes de bibliotecas de distintos países de Iberoamérica. Nosotros somos miembros de este programa por primera vez y lo que te brinda, entre otras cosas, es una selección de diez cursos online que ofrecen distintas instituciones especializadas en bibliotecología y en promoción de la lectura para que el personal de cada una de las redes de bibliotecas pueda hacer ese curso de manera virtual.”

Por su parte, Lorena Iglesias, gerente de programación de la lectura tanto en las bibliotecas como en la Feria del Libro, afirma: “Así como en esta biblioteca (la Güiraldes) hay una plaza que puede ser un lugar de encuentro, queremos que la biblioteca sea una especie de living donde la comunidad pueda reunirse, intercambiar. Queremos desarrollar lo que está en el interés de los lectores. Si uno va a una librería ve que hay libros de cocina, de autoayuda, de literatura erótica. Estar ajenas a eso y no contemplar que ése es el interés cultural en este momento creo que sería una falla por nuestra parte. La cuestión es cómo llevamos eso hacia otras tradiciones literarias que nos parecen valiosas.” 

Martínez asegura que no pretenden inventar ningún modelo de biblioteca porque los modelos ya están inventados, pero que si quieren “marcar un cambio” porque creen que hay una tendencia y un cambio de paradigma en cuanto a la función de la biblioteca. “Nos hemos conectado con diversas redes de bibliotecas a nivel mundial –explica- y todas están haciendo más o menos lo mismo, de modo que no vemos la razón para que Buenos Aires no tome ese rumbo por lo menos en lo que  a bibliotecas públicas se refiere e incorpore elementos que han sido muy exitosos en otras bibliotecas del mundo como las de Colombia, Río de Janeiro, Madrid. Buenos Aires tiene su particularidad, su impronta y las bibliotecas ya de por sí tienen características muy distintas. Eso es algo que estamos preservando, pero creemos que todas tienen que tener una biblioteca digital, una buena accesibilidad, buen wi fi, la posibilidad de tomarse un café y no sólo venir a buscar un libro para ir a leerlo a un lugar más cómodo. Queremos que la gente se quede y que vuelva.”

Iglesias anuncia que la programación para este año está centrada en algunos homenajes como el de Quiroga. “Queremos generar entusiasmo por la lectura poniendo en juego formatos que marquen el énfasis en la cuestión literaria, pero también buscando lenguajes que puedan abrirnos nuevos públicos y acercarnos a otras personas de otros mundos. Por ejemplo, al mundo de la música con una banda que se inspire en un escritor o en un cuento para producir una pequeña obra, al mundo de las formas y los colores a través de las muestras que estamos haciendo con ilustradores, con artistas plásticos. Este año hemos elegido para trabajar una serie de escritores basados en la diversidad: Juan Rulfo, Gabriel García Márquez, Marcel Proust, Copi. Creo que es bueno abrirse a intereses distintos.” Y agrega: “Quiroga es interesante enfocado desde nuestro trabajo que es la promoción de la lectura porque es un escritor que ha sido tradicionalmente elegido para cumplir esa finalidad. Todos lo hemos leído en algún recorrido escolar, por lo cual es alguien que está muy cerca. La idea es dar una vuelta sobre esa lectura y ver cómo nos pueden resultar apelativos hoy esos contenidos. Si uno piensa en la época en que fue producida esa obra con esa carga de siniestro, notamos que fue un fenómeno increíble que marcó la historia de la literatura argentina en muchos sentidos y que sigue resultando muy apelativo  hoy. Cualquiera que haya leído El almohadón de plumas o La gallina degollada, seguramente recuerda mucho esos cuentos. Por eso son una buena manera de acercar contenidos del modernismo, del naturalismo, de Poe que están muy presentes en esas obras. Nuestra idea es usar el marco de la biblioteca Güiraldes que tiene su parte de misterio para hacer una lectura con actores que le van a dar un tinte entre terrorífico y misterioso a sus cuentos. A la vez, montamos una muestra de la fotógrafa misionera que ofrece una mirada de la naturaleza muy emparentada con la obra de Quiroga por lo misterioso y siniestro que puede tener la naturaleza que es desbordante y que nos pone un límite. En esa naturaleza también está inscripta la vida de Quiroga. Este homenaje señala cómo pensamos la programación, el cruce que pretendemos para poder leer una obra literaria desde diferentes puntos de vista.”

Cuando pensamos la programación de este año –aclara Martínez- elegimos a Quiroga no sólo porque se cumplen 80 años de su muerte, sino porque es un autor que, como para muchos, fue muy importante en mi infancia y me llevó a profundizar el conocimiento, en mi caso, de la geografía de la que soy un gran amante. A través de Quiroga, Stevenson y Verne me relacioné muchísimo con la naturaleza. Me parece que está muy bien que las nuevas generaciones puedan tener también ese vínculo y comprender la relación entre la naturaleza y la literatura en un momento en que la relación es únicamente a través de la tecnología. Leer a Quiroga es una forma más creativa de relacionarse con el medioambiente.”