Con diez mil millones menos que los recibidos por Argentina en 2001, el presidente Mauricio Macri puso en marcha, este martes al mediodía, la pieza de relojería económica que marcará la segunda mitad de su mandato: un endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional cercano a los 30 mil millones de dólares que reanuda el vínculo roto hace quince años entre el país y el organismo financiero con sede en Washington. A esa capital llegó este miércoles el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, para pactar los detalles del crédito «stand by» que Macri solicitó formalmente por teléfono el martes por la mañana, en medio de una nueva corrida cambiaria de un dólar cercano a los 24 pesos, el techo de la crisis que afrontó durante la semana pasada y que intentó frenar con un nuevo ajuste fiscal de 32 mil millones de pesos.

Aún se desconoce qué áreas del Estado serán recortadas, pero el mismo equipo económico que se niega a ventilar los detalles del ajuste, son los mismos que ya ventilaron el monto del posible acuerdo. El nuevo endeudamiento con el FMI, tal como anticipó este diario en su edición del domingo, era una de las opciones posibles que barajaba Macri, y fue adoptada cuando se confirmaron los pronósticos del ministro de Finanzas, Luis Caputo, que había anunciado en la reunión del equipo económico del lunes una nueva devaluación del peso al día siguiente. Si eso ocurría, según explicaron a Tiempo en la Casa Rosada, el Presidente pondría en marcha el endeudamiento que está rodeado por una serie de señales provenientes desde la administración del presidente norteamericano Donald Trump.

Aventón de EE.UU.: Malpass, Perdue y Prado

Fue David Malpass, subsecretario de Asuntos Internacionales del Departamento del Tesoro, quién desde Washington aprovechó un encuentro organizado por el Consejo de las Américas para respaldar a la administración de Cambiemos. «No vemos el comienzo de una crisis de los países emergentes con el caso de la Argentina. No creo que estemos viendo eso, pero seguiremos de cerca las negociaciones», dijo el funcionario que hace poco estuvo en Buenos Aires. La visita oficial se realizó el 16 de marzo de 2018, cuando la directora del FMI, Christine Lagarde, también estaba en Argentina y fue recibida por Macri y Dujovne, durante la previa de la cumbre de ministros de finanzas del G-20, previa al evento internacional que se realizará entre noviembre y diciembre próximos. «La administración de Trump ha sido muy partidaria del Presidente Macri y de su programa de reforma económica», cerró el funcionario, como expositor del encuentro «Invirtiendo en las Américas: la nueva agenda para crecer».

Durante la visita porteña de Lagarde y Malpass en marzo, el gobierno argentino habría aprovechado para hacer consultas informales sobre las líneas de crédito disponibles en el marco de la relación que mantiene Argentina con el FMI. Son dos: la Línea de Crédito Flexible (Flexible Credit Line -FCL-) y el acuerdo Stand By (Stand-By Arrangement -SBA-). Este martes, apenas Macri levantó el teléfono, el FMI respondió con un escueto mensaje que dio la bienvenida a las negociaciones y Malpass lo refrendó dos horas después.


La otra señal de la administración Trump lleva meses de planificación, y trámite legislativo, pero se concretó este martes en medio de la tormenta financiera de Cambiemos. Se trata de la llegada a Buenos Aires del ex juez texano Edward Prado como nuevo embajador de los Estados Unidos. La llegada del representante político que la Casa Blanca nominó para su aprobación en el Senado es un gesto que Macri aguardaba hace meses, en el marco de las negociaciones comerciales con Washington signadas por una balanza comercial desfavorable que registra un déficit récord. Esa hoja de ruta fue transitada el lunes en la capital estadounidense por el ministro de Agricultura, Luis Miguel Etchevehere, que fue recibido por el secretario de Agricultura Sonny Perdue, dentro de una visita programada con anticipación.

Cruda realidad

Los augurios y respaldos de la Casa Blanca no se condicen con el impacto negativo que cosechó el anuncio de Macri en la prensa internacional. Los medios extranjeros destacan que la medida fue acompañada por un dólar que no perdió su tendencia alcista, con caída en los mercados de bonos y acciones argentinos, y creciente fuga de capitales.

Dentro de la Casa Rosada defienden las negociaciones. Sostienen que serán para «mantener el gradualismo» y para no ceder ante el sector más duro del establishment que les reclama un shock de ajuste y devaluación para revertir la situación. En ese contexto, los voceros presidenciales consultados por Tiempo relativizaron el impacto negativo del acercamiento con el Fondo y anticiparon que los esfuerzos oficiales estarán concentrados en comunicar una agenda positiva, que comenzará este miércoles con la visita del Presidente a Mendoza, donde será recibido por el gobernador y titular del Comité Nacional de la UCR, Alfredo Cornejo.

El cacique radical pronunciará el apoyo del radicalismo al acercamiento con el FMI, con un tono parecido al que utilizó la jefa de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, que consideró «una maravilla» el endeudamiento con el organismo internacional. «Cambiemos está absolutamente cohesionado», porque «hay que sostener al Presidente», aseguró luego de criticar al consultor ecuatoriano, Jaime Durán Barba. «Basta de ser buenos, basta con los globos», reclamó, en referencia al asesor que responde directamente a Macri y al jefe de Gabinete Marcos Peña.