Confiado por el resultado de las elecciones a gobernador de distritos, en las que el chavismo se quedó con 18 de las 23 administraciones en juego, y con la fractura de la opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD), el gobierno de Nicolás Maduro acaba de convocar a través de la Asamblea Nacional Constituyente, a nuevos comicios para elegir alcaldes municipales para diciembre, posiblemente el día 10. 

Mañana se pondrán en marcha las postulaciones para los jefes y jefas comunales, unas elecciones que originalmente debieron celebrarse en diciembre del año pasado junto con las de gobernador pero que el Consejo Nacional Electoral postergó. La razón oficial habla de un incumplimiento de los plazos de presentación de muchos candidatos, sobre todo de las fuerzas opositoras. La convocatoria prevé una disputa feroz con el partido opositor Primero Justicia (PJ): incluye repetir las elecciones en el estado de Zulia, porque el ganador, Juan Pablo Guanipa, no aceptó juramentarse ante la ANC.

Con el triunfo en la mayoría de los distritos, sobre todo en algunos clave como Miranda, hasta ahora base estratégica de la MUD donde gobernaba el varias veces candidato presidencial y líder de PJ, Henrique Capriles, y cuyo candidato, Carlos Ocariz, perdió ante el chavista Héctor Rodríguez, las elecciones a gobernador del pasado 15 de octubre generaron un cimbronazo en el seno de la coalición opositora. 

Durante años mantuvo la hegemonía antichavista en Venezuela y desde 2015 tiene mayoría en la Asamblea Nacional, pero la falta de acuerdos electorales hizo que en varios distritos los partidos que la integran presentaran candidatos por separado, y eso les restó votos. Lo reconoció el propio Henry Ramos Allup, secretario general de Acción Democrática (AD) y expresidente de la AN, quien adjudicó la derrota a «la falta de unidad en la MUD». Pero el eje central de la ruptura se manifestó cuando cuatro de los candidatos electos, pertenecientes a AD, Laidy Gómez (Táchira), Ramón Guevara (Mérida), Antonio Barreto Sira (Anzoátegui) y Alfredo Díaz (Nueva Esparta), se presentaron el lunes pasado ante la ANC para juramentar sus cargos en la Casa Amarilla de Caracas, contrariando los deseos de los dirigentes. Menos de una semana antes lo hicieron los 18 gobernadores electos del frente chavista Gran Polo Patriótico (GPP). Maduro ya había advertido antes de los comicios que los candidatos electos debían reconocer el poder constitucional de la ANC. Incluso el gobierno decretó el 18 de octubre la prohibición a los Consejos Legislativos distritales de juramentar a los gobernadores, sin que pasaran previamente ante la ANC.

Quien no aceptó la exigencia fue Guanipa. «Quiero informar al pueblo que por coherencia y por amor al Zulia no me someteré a la juramentación en la ANC», dijo al fundamentar su ausencia del lunes y pese a las amenazas del gobierno de que el incumplimiento llevaría a repetir las elecciones en su distrito. Calificó estas medidas como un «golpe de Estado contra Zulia». 

Al día siguiente, Capriles anunció que se retiraba de la mesa, en protesta contra Allup. «Mientras él esté no voy a seguir en esa mesa, ya no voy a ser parte», dijo, poniendo también en evidencia que entre ambos existe una puja por la eventual candidatura presidencial de 2018. Su partido rechaza también las nuevas elecciones y, a diferencia de las regionales, anunció que no participará. Lo hizo a través del actual presidente del Parlamento, Julio Borges. «Si nosotros no logramos dar una lucha que cambie esas condiciones electorales, nosotros no podemos ir a un proceso que va a estar marcado, como estuvo el de los gobernadores, por el ventajismo, por el fraude, por toda la destrucción de la opinión de todos los venezolanos», dijo, criticando disposiciones del CNE, y afirmó que las regionales fueron «un proceso fraudulento, cuyos resultados no reconocen la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática y buena parte de la comunidad internacional». De esa manera, los dirigentes de PJ vuelven a alinearse con las declaraciones de uno de sus mayores aliados internacionales contra el gobierno de Maduro, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quien había criticado a toda la oposición por «avalar el fraude oficial» al participar en las elecciones. Voluntad Popular (VP), del detenido domiciliario Leopoldo López, también adelantó su rechazo a volver a las urnas y AD está «analizando» su participación. Los partidos tienen hasta el miércoles para presentar candidatos.

Pese a los conflictos internos, el gobierno afirma que sigue apostando al diálogo. El viernes, la presidenta de la ANC, la excanciller Delcy Rodríguez, anunció que la delegación del gobierno se encontraba en República Dominicana para reactivar el diálogo con la oposición. «Me encuentro acompañando al jefe de la delegación venezolana (Jorge Rodríguez), reactivando todos los detalles para reencaminar el diálogo con la oposición», afirmó. Esta instancia se abrió el pasado 13 de septiembre, por iniciativa fundamentalmente del presidente dominicano, Danilo Medina, y el expresidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero, aunque hasta ahora fueron canceladas varias de las reuniones agendadas por disputas entre gobierno y oposición y no se observaron avances concretos. «