El nuevo cortocircuito en el proceso de transición argentino que abrió el golpe de Estado en Bolivia tendrá este miércoles un capítulo clave en el Congreso Nacional.

La administración de Mauricio Macri esquivó caracterizar como golpe de Estado al proceso que derivó en la renuncia del presidente boliviano Evo Morales. En cambio, su sucesor electo, Alberto Fernández, aceptó ese argumento y tuvo una activa participación en la secuencia para garantizar su salida del vecino país con destino a México.

Legisladores del Frente para la Victoria (FpV) y el Partido Justicialista (PJ) impulsaron el pedido de sesión especial a partir de las 15:30 para repudiar el golpe y reclamar una “salida democrática”.

La presentación lleva la firma de los diputados Agustín Rossi (FpV), Felipe Solá (Red por Argentina) –activo promotor de la iniciativa y mencionado como posible canciller del futuro gobierno-, Carla Pitiot (Frente Renovador), Nicolás Del Caño (Frente de Izquierda), y Juan José Bahillo (PJ). Por el oficialismo, sólo formalizó su adhesión el diputado Daniel Lipoveztky (PRO).

Los legisladores referenciados en el Frente de Todos apuestan a aprobar la iniciativa por “amplia mayoría”.

El debate ahondó las diferencias en el seno de la alianza gobernante. La Unión Cívica Radical (UCR), una de las patas políticas de Cambiemos, expresó formalmente su repudio al golpe, en simultáneo a la caracterización de “crisis política” del canciller, Jorge Faurie.

El interbloque oficialista que comanda el radical Mario Negri intentará llegar al recinto con un proyecto propio que zanje el divorcio entre quienes creen que en Bolivia hubo un golpe de Estado, y aquellos que defienden la tesis de una crisis político-institucional.

En espejo al debate en Diputados, el PJ impulsó también para este miércoles una sesión en el Senado para repudiar el golpe en Bolivia.