Librado Azcona tiene un resto de crema humectante en el entrecejo, la gorra hacia atrás y la sonrisa pintada. La figura de la Virgen de Caacupé se le escapa por el neceser. Azcona es el arquero de Independiente del Valle, el equipo ecuatoriano que eliminó a River y a Boca de la Copa Libertadores, lo que nunca otro había logrado en toda la historia. Antes de subirse al micro y volar a Ecuador, donde enfrentará el miércoles por el partido de ida de la final a Atlético Nacional de Medellín, dice: «Esto es increíble. En el vestuario parecía que sólo habíamos ganado un partido. Nada de festejos. Los muchachos estaban sorprendidos. Todavía estamos en shock. Con el tiempo nos vamos a dar cuenta de todo lo que logramos con este club.» El paraguayo de 32 años clausuró el arco en la noche del Monumental y le atajó el penal a Nicolás Lodeiro en La Bombonera. Es el capitán de Independiente del Valle, el club de Sangolquí que debutó en Primera recién en 2010, tres años más tarde de que Boca ganara su sexta y última Libertadores. «Es un sueño hecho realidad llegar por primera vez a la final de la Copa -cuenta–. Cuando jugamos el repechaje con Guaraní nunca nos imaginamos que íbamos a llegar a esto. Se dio paso a paso, y el equipo siempre tuvo claro que si queríamos llegar teníamos que dejar todo en cada compromiso. Por suerte se pudo conseguir. El equipo tiene unos huevos enormes.» Azcona jugará la final ante Atlético Nacional y dejará luego de seis años Independiente del Valle. Las actuaciones frente a River y Boca lo colocaron en la vidriera internacional. Hasta en Argentina hay interés por él. Con 52, es el arquero con más atajadas de la Copa Libertadores 2016.

–¿Te ves como campeón?
–Mmm, no, no. Tenemos 180 minutos donde lo buscaremos. Ojalá se nos dé. Trabajaremos estos días para dar el primer golpe en casa. Ojalá se pueda dar para que Independiente levante la Copa. Nunca pensamos en jugar la final. Fue partido tras partido. Sabemos que enfrente tenemos a otro candidato, como Atlético Nacional, que es complicadísimo. Pero este plantel está acostumbrado a sufrir siempre.
Cuando le contuvo el penal a Lodeiro, el presidente ecuatoriano Rafael Correa tuiteó: «¡Azcona presidenteee!!!» Un rato después, un periodista le preguntó a Azcona en referencia al terremoto en Ecuador: «¿Los devastados de Puerto Viejo y Esmeralda son la inspiración de Independiente del Valle?» Azcona respondió: «El país. Porque nos ha apoyado muchísimo y uno tiene que estar agradecido. Con su apoyo nosotros dejamos todo en la cancha para darle una alegría. Le dedicamos la clasificación al pueblo ecuatoriano.» En Ecuador ya hablan de «El Bombonerazo»: Boca le había ganado a los nueve equipos ecuatorianos que visitaron La Bombonera por la Copa Libertadores. Azcona también está acostumbrado a sufrir. A los ocho años repartía tomates en un canasto por las calles de Caacupé. Trabajó de albañil. Recorría 50 kilómetros cada vez que iba a practicar al club 12 de Octubre y, confesó, una vez robó un par de botines. El día que debutó en 2005, tapó un penal ante 3 de Febrero. Hoy sueña con atajarle uno a Andrea Pirlo. «Nunca estudio penales. No veo videos. Nada. Es sólo intuición –cierra Azcona, sin rastros de la crema en la cara–. Cada uno de los muchachos aportó su granito de arena para que el equipo pueda llegar a esto. Estoy contento por haber tapado el penal, pero estoy más contento porque el equipo dejó todo, dejó bien alto al fútbol ecuatoriano, y este equipo tan humilde va a jugar la final.»